¿Modelo a seguir?

379 70 43
                                    

¿Hubo algo diferente esta vez? -interroga su psicoterapeuta sentada frente al rubio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.



¿Hubo algo diferente esta vez? -interroga su psicoterapeuta sentada frente al rubio.

Su paciente yacía acostado boca arriba en aquel sillón color esmeralda. Respondiendo a todas sus preguntas con una mirada perdida.

-Esta vez, aquello que siempre me persigue logró alcanzarme.

-¿Como fue?

-Estaba corriendo, como en todas mis pesadillas y me tropecé con mis propias piernas. Estaban muy adoloridas. Perdí las fuerzas y el equilibrio y caí al suelo lastimando mi frente con una piedra al punto de sangrar.

-Continúa. -le invita su doctora mientras hacía apuntes en su pequeña libreta.

-El deforme belcebú logró arrinconarme en el suelo. Sentía una horrible pesadez tras de mi que juro que ni siquiera podía respirar. Sentía que iba a morir de asfixia y no podía mover ninguna parte de mi cuerpo. Ni gritar... Y... -calla.

-¿Y? -detiene sus anotaciones para observarlo.

-Me hizo implorar su perdón.

-¿Qué sentiste en ese momento?

-Fallecer.

Los cansados ojos del rubio aterrizan en su psicoterapeuta. Su doctora le observa en silencio por unos cortos segundos. Realmente se le veía extenuado...

-Repíteme el aspecto físico de aquello que te persigue.

-...Parece ser una mujer. Su cabello es largo y negro. Es delgada, al punto de poder notar sus huesos. Sus ojos son grandes y oscuros y si los observas por mucho tiempo sentirás la horrible sensación de caer por un vacío sin fin. Su boca siempre está abierta, sus labios heridos, y su tez es grisácea. La gran parte de su epidermis está en piel viva y hay muchos moretones y cortaduras por todo su cuerpo y rostro. Siempre lleva una expresión de pesadumbre, como si andara en pena. Y su voz... es horrible. Es como viajar al infierno y escuchar los gritos de esas almas siendo torturadas.

-Dime que más ocurrió cuando te hizo rogar por perdón.

-Desperté. Luego no pude dormir más, como de costumbre.

-Bien... ahora dime. ¿Me has hecho caso?, ¿has seguido mis instrucciones y practicado las terapias que te asigné?

-Escribir en un papel lo que me ocurre para saber que está mal en mi, no me ayudará Dra. Ya se lo que está mal, ¿por que querría recordármelo?

-Felix, como ya te he mencionado varías veces, es parte del proceso. Tu terapia es una cognitiva conductual, la cual se utiliza para fomentar el cambio de pensamientos y conductas perjudiciales. Te he pedido que escribas en una libreta todo aquello que está ocurriendo en tu mente, en tus pesadillas, en tus emociones. Todo lo negativo lo narres y te permitas...

El pecoso le interrumpe.

-Dra. Ya lo intenté una vez... no funcionó. De nada me sirve tener una hoja en blanco y escribir mis delirios, traumas ni las razones de mi aflicción.

Entre versos de terciopelo. (Hyunlix)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora