𝐋𝐚𝐳𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐬𝐚𝐧𝐠𝐫𝐞.[𝐊𝐲𝐨𝐤𝐨 𝐤𝐢𝐫𝐢𝐠𝐢𝐫𝐢]

血─── Capítulo 6.❞

Capítulo seis: Beso de Medianoche.

...•Habitación de Kyoko Kirigiri.

Pasé la yema de mis dedos con detenimiento por aquél suave, y seguramente caro, vestido. Lo alcé frente a mí mientras mi mirada asombrada recorría cada pliegue y volante de aquella prenda, mis manos se perdían entre la tela morado claro que junto a aquellos volantes blancos solo conseguía verse aún más increíble.

Aún sosteniendo con delicadeza el vestido pasé mis ojos a unos tacones bajos bañados del mismo color que mis guantes, que se encontraban reposando fuera de una de las bolsas que Sonia había traído. Reposé el vestido sobre la cama para acercar los zapatos hacia mis ojos, y con ellos, una tarjeta blanquecina recubierta con un sutil marco dorado que adornaba las letras oscuras en el interior.

"Escogidos por Sonia Nevermind para el uso exclusivo de Kyoko Kirigiri."

—Oh, lo siento, es una tontería —La rubia me arrebató la pequeña tarjeta de la mano con una risilla nerviosa. Mis ojos viajaban del vestido a los zapatos y luego a la pequeña tarjeta que Sonia estaba sosteniendo contra su pecho. Estaba sin habla por completo, nunca había tenido frente a mi una ropa tan cara y ni hablar de recibir algo así como regalo, de hecho, esta era la segunda vez en mi vida que recibía un regalo.

—¿Por qué? —Las palabras se escurrieron de mi boca sin que pudiera detenerlas, mis sentimientos revoloteando dentro de mi pecho como si fueran mariposas. Esta situación, una princesa en mi cuarto, sonrojada sosteniendo una pequeña tarjeta con timidez en la cual estaba mi nombre, el ambiente adorable y cálido. Ahora mismo me sentía como si estuviera en otro mundo, hasta yo misma estaba sorprendida ya que hacía tan solo unas horas estaba llorando en el baño de este mismo cuarto rogando marcharme de aquí. 

Miré fijamente a Sonia, sus ojos me miraban con un cariño y una felicidad que nunca antes había recibido de nadie. Me gustaría poder decir algo, aunque fuera una pequeña frase para poder expresar mi gratitud hacia ella, pero nunca he sido precisamente buena con las palabras.

—Creí que sería una buena forma de acercarme a ti y de... —Sonia comenzó a responder acompañando sus palabras de una pequeña risa cálida, pero se detuvo me vio dar un paso hacia ella, seguido de otro y otro. Antes de que incluso yo pudiera pararme a pensar en profundidad sobre lo que estaba haciendo ya había reposado mis manos en la espalda Sonia con suavidad, me acerqué más a ella, apoyando mi cabeza ligeramente en su hombro mientras la abrazaba levemente.— ¿Kyoko? ¿Qué haces?

La rubia soltó una carcajada mientras sacudía levemente mi pelo con una mano. Me separé de inmediato ante ese gesto, tocando acomodando la zona que Sonia había revuelto. Ella pareció tomarlo a buenas, porque soltó otra risilla antes de dirigirse hacia el vestido de vuelta.

—Si de verdad quieres agradecerme el gesto entonces pruébatelo —Alzó el vestido con delicadeza y lo movió hacia mi. Tomé el vestido con ciertos nervios, hace bastante que no me pruebo nada así, y mucho menos algo tan caro y brillante. A pesar de mis dudas, terminé cediendo ante los ojos expectantes de Sonia, quien se veía verdaderamente emocionada por verme usando su regalo.