Mi hermano sugirió que ocultara mi rostro para no mostrar mi identidad, por un momento lo pensé, pero sabía que nada en este mundo podía ocultarse y tarde o temprano se darían cuenta de que era yo detrás de una máscara, así que decidí enfrentar al mundo con la frente en alto.
Comentarios empezaron a llegar, las redes sociales y los medios de comunicación no habían tenido noticia de mí en cuatro años y después de hacer un video anunciando mi regreso todo colapso. Como era de esperarse, muchos empezaron a atacarme diciendo que yo era una delincuente y debía quedarme en prisión, aunque también hubo otros que me defendieron.
No importa lo que pasara, yo seguiría adelante al fin y acabo entre más comentarios y seguidores fueran llegando iban a ser bueno para así sea para difundir sus odios.
-Eres una rata, debías quedarte encerrada.
-No puedo creer que tengas el descaro en aparecer, ladrona.
-Se nota que en este país no hay justicia.
-Perra.
-Por más que lo intentes, no lo vas a lograr.
-Me alegra volver a verte, sé que eres inocente.
-Creo en ti, no importa lo demás.
-Yo te apoyo.
Cientos y cientos de mensajes fueron llenando mis primeros videos. Al principio solo hacía videos de mí haciendo bailes, los más populares. No era difícil aprenderse la coreografía, no después que tú fuiste que inventaste algunos de ellos. Luego llegó el acoso de los medios tratando de buscar mi ubicación, tuve que mantenerme encerrada y mis hermanos eran los que me traían las provisiones al departamento, puesto que mis padres estaban siendo perseguidos. Después de unas semanas las cosas se fueron calmando, varios intentos por bloquear mi cuenta fueron en vano. Mi hermano Alejandro me ayudó en eso y como no incumplía las normas para Facebook, Instagram y TikTok, era bueno mantenerse en línea con ellos.
Cuando había pasado tres meses de mi libertad ya había conseguido 1 millón de seguidores, parecía que todos querían saber de mis rutinas y fui contactada varias veces por mensajes privados para presentar una entrevista, aún no me sentía lista, así que ignoré y seguí con lo mío.
Pude contactarme con Yoli, la hija de Stefany quien fue mi compañera y amiga en prisión. Había prometido buscar a su hija y así lo hice, aunque no fue fácil encontrarla. No cuando publicas tu vida en Facebook. Al principio que le escribí y me dejó en visto, parecía ignorarme y cuando le expliqué que era amiga de su mamá y le hable todo lo que su madre me decía de ella logre llamar su atención. Le di mi número privado y nos empezamos a comunicar, la primera llamada ambas lloramos, ella dijo que su abuela le había dicho que su madre había muerto hacía algunos años en prisión y por eso ella nunca se dedicó a buscarla. La invité a mi departamento y aunque vivía en otra ciudad logró llegar. Nos hicimos amigas de inmediato, tiene el carisma y la energía pura de su madre que transmite confianza.
―Me alegra mucho tenerte aquí, no sabes lo sola que me siento.
―Sé lo que significa estar sola, por mucho tiempo creí que mi madre había muerto. Recuerdo el día que me defendió, ella logró salvarme sin importar ir a prisión. Mi abuela se la pasó diciéndome que ella era una criminal y que por eso estaba en ese lugar, yo sabía que no era así. Por más que quise ir a verla no podía por ser menor de edad, unos meses antes de cumplir los 18 mi abuela me dijo que había muerto y como tonta le creí. Me refugié en mi soledad, no tuve muchos amigos, me hice dura y después de que la abuela murió tuve que salir de casa y buscar trabajo. No ha sido fácil, no puedes aspirar a mucho y solo te queda ser una mesera cuando no tienes estudios, lo peor es que las personas se aprovechan de ti.
ESTÁS LEYENDO
Love Influencer
ChickLitTara, es una influencer que lo tenía todo. Fama, amigos, seguidores; todo lo que una chica sueña, pero de un momento a otro lo pierde todo. Paso de ser la chica más amada a ser la más odiada, ahora solo le queda volver a empezar. No va a ser, pero n...