¿Alguna vez has conocido a alguien de quien has tenido miedo de enamorarte?
¿Has tenido ese sentimiento de mariposas en el estómago?
Esa sensación tan peculiar de querer demostrarle a esa persona, aunque fuese un poco de tu cariño, pero con la incertidumbre de no saber si ese alguien siente lo mismo. Te quedas despierto en tu cama hasta tarde, viendo el techo de tu habitación con la mirada perdida mientras pasan las horas. Sin darte cuenta te has quedado dormido con tu puño en tu pecho y el rastro seco de unas lágrimas de impotencia pura, para que en la mañana del día siguiente te levantes sin aliento y con un nudo en la garganta.
¿Qué tanto estas dispuesto a hacer para tener ese romance ideal con el que fantaseas todos los días?
Un amor imperfecto es el de estos dos chicos desafortunados, que solo buscan la manera de poder estar juntos mientras parece que el mundo entero está en su contra.
Y yo el humilde narrador seré el encargado de contarles esta historia, les guste o no.
La mañana del 1 de agosto. Aquí es de donde hay que empezar. Lunes de regreso a clases, nuevo ciclo escolar, nueva escuela, nuevos maestros, nuevos compañeros. Esa era la situación en la que se encontraba Adrian. Su Madre acababa de fallecer y su padre no podía seguir cubriendo los gastos de su anterior escuela, así que no tuvo más opción que buscar otra que fuera más accesible.
Él nunca había destacado en nada y a su parecer no tenía por qué hacerlo, el sabía que era bueno en todo lo que hacía pero nunca quería sonar presumido, aunque en el fondo era bastante tímido y solo se abría con aquellas personas las cuales el consideraba adecuadas.
Estaba nervioso, no conocía a nadie y tenia miedo de no sentirse aceptado. Pero ya estaba ahí, parado en la entrada de la escuela. Así que tomo aire y se encamino a su salón.
Cuando llego a su salón observo a todos los demás alumnos que ya se encontraban ahí, y su mirada se quedo fija en una chica sentada en la esquina al fondo, Tenia el cabello corto de un hermoso color durazno, tenia unos lentes de color rojo y su mirada perdida en su celular mientras tenía sus auriculares puestos.
Pasados aproximadamente 20 segundos se dio cuenta de que no había apartado la mirada de ella y rápidamente busca un asiento, y sin percatarse quedo sentado justo enfrente de ella.
"¿Por qué me siento así? ¿Por qué estoy tan nervioso? ¿Es acaso esta chica? Mis manos están sudando y siento un cosquilleo en la espalda."
Adrian aun no lo sabe, pero se había enamorado de ella.
El primer día transcurrió con normalidad, todos en la clase se presentaron, y ahí Adrian tuvo la oportunidad de conocer su nombre: Noelia. Su voz era suave y con un tono tierno y dulce.
Pasaron las horas hasta que sonó el timbre del receso. Adrian no tenia idea de a donde ir ni que hacer, al final que decidió ir a sentarse a una banca debajo de un árbol aprovechando que el sol brillaba con intensidad y en la sombra soplaba una brisa agradable. Él estaba ahí, viendo fijamente a la nada.
Adrian era un chico tranquilo, se podría decir que era hasta cierto punto alguien introvertido, no le costaba hacer amigos, su carisma y amabilidad eran evidentes, pero prefería no estar rodeado de personas molestas. Era feliz así de cierto modo, a veces parecían ser solo él y su enorme bolsa de cacahuates contra el mundo.
Bueno creo que es hora de pasar con Noelia ¿Les parece?
Noelia Kuriyama es una chica que al igual que Adrian tiene 16 años y tiene una curiosa marca de nacimiento: El color de su cabello era el de un durazno rosado. Y sus ojos brillan al sol con ese color avellana tan dulce.
