Cuando unos padres reciben la noticia de que una nueva vida viene en camino, se encargan de manera exhaustiva de que sus otros hijos aprendan a ejercer de hermanos mayores, para así evitar los clásicos ataques de celos, entre otras muchas cosas.
Pero, y la hermana pequeña? esa personita que pronto nacerá en un mundo lleno de ataduras e incertidumbre; a ella no la preparan para nada de lo que le espera, tiene que enfrentarse sola a todas las adversidades que la golpean día a día, como una hoja movida por el viento que no sabe si caerá en un lugar agradable o en un manto de espinas.
Todo el mundo suele decir que ser la hermana pequeña es lo mejor, pues todos te miman y te dan siempre lo que pides. Pues se equivocan. La vida no es un cuento de hadas como muchos lo pintan, al contrario, ser la hermana pequeña hace que tengas que lidiar con un montón de cosas que hacen que acabes agotada mental y emocionalmente.
En mi caso, yo empecé a sufrir acoso escolar en el colegio desde muy pequeña; con el paso del tiempo, entrada ya en la ESO(Educación Secundaria Obligatoria) había gente que me decía "Tienes que contarlo", "Díselo a alguien"; como si fuera tan fácil. A los profesores ya se lo había comunicado unas cuantas veces, aunque no surtía demasiado efecto; pero créeme que cuando en casa te espera un bombardeo de expresiones por parte de tu madre, cada cuál más dura de oír, lo menos que quieres hacer es contar nada.
"Eres una inútil", "no sirves para nada", "te vas a quedar sola toda la vida", "no te va a querer nadie",... Esas eran algunas de las cosas que tenía que escuchar, tragando saliva y agachando la cabeza para que mi madre no se enfadara aún más y siguiera con su repertorio. Aunque a veces, cuando me daba la vuelta para irme a mi habitación, o simplemente salir de la misma habitación en la que se encontraba ella, sin decir ni una palabra, la escuchaba murmurar por lo bajo, como si todavía le quedase algo por decir.
También cabe mencionar la de veces que se nos compara a los pequeños con nuestros hermanos mayores, aunque después los padres no quieran admitir haberlo hecho. Frases como "mira a tu hermano lo bien que le va y tu no haces nada", "ojalá te parecieras un poco a tu hermano", "tu hermana supo salir adelante y hacer su vida y tu sigues aquí estancada"; son cosas que se deberían evitar, por que aunque parezca que con eso estás alentando a tu hija a que se esfuerce por conseguir sus metas, lo único que haces es terminar de hundirla en el pozo en el que estaba.
Como consecuencia de todo esto, yo crecí siendo una niña introvertida, a la que, aún hoy en día a sus casi veintiséis años de edad, le cuesta bastante relacionarse con los demás, y que tiene una autoestima muy baja y una dependencia emocional que está trabajando para mejorar.
Por eso puedo afirmar que la vida no es un cuento de hadas como nos lo quieren pintar, no todo es de color de rosa, y menos cuando creces siendo la hermana pequeña. A los hermanos pequeños también habría que prepararlos para lo que les espera.
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La vida no es un cuento de hadas
Non-FictionDesde que naces te hacen creer que la vida es como un cuento de hadas, sobre todo si formas parte de una familia numerosa y te ha tocado ser la pequeña de varios hermanos, pues vas a ser siempre la mimada a la que le van a dar todo y no le va a falt...