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ADVERTENCIA CONTENIDO +18
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Después de tan maravillosa charla el día siguió como de costumbre Navier seguía con su rutina al igual que Sovieshu y Rashta, la noche llegó y el duque estaba ansioso... se vería con Navier, si otra vez, solo que él se preguntaba qué diría Navier con respecto a la propuesta.

[...]

Kaufman caminaba de un lado a otro no estaba ansioso, el reloj marcó la media noche, espero unos minutos y sin más salió de la habitación silenciosamente.

Llego al jardín y se ubico en la fuente, esperando ansioso, pronto oyó a alguien acercarse, oculto su mano derecha atrás de su espalda mientras ésta rebosaba de magia, al ver que era la emperatriz se colocó en su anterior postura y la magia se esfumó...

-Kaufman... buenas noches- mencionó Navier al verlo a los ojos

-Buenas noches, emperatriz- dijo el respetuosamente mientras ofrecía su mano para que Navier la tomara, esta así lo hizo, caminaron en silencio, Kaufman suspiro y nervioso mencionó -Sobre mi propuesta...-

-Lo pensé... y... si usted lo desea, será mi concubino- Navier se detuvo y lo miraba fijamente, esperando una respuesta.

A Kaufman las palabras no le salían, así que en un impulso tomo el rostro de la emperatriz acercandolo a el suyo, plantando un beso en estos, Navier abrió los ojos sorprendida, no sabia como reaccionar, sin mas se dejo llevar y correspondió ese beso, era un beso diferente, como decirlo simplemente la sensación era hermosa, los gruesos labios de Kaufman no la dejaban respirar, su respiración se torno errónea, el beso era apasionado, se volvió necesitado hambriento, como un animal en celo... pronto se separaron por falta de aire.

El duque la miraba a los ojos, unieron sus frentes y este la pego más el, poso sus manos en la cintura apretándola, como si nunca fuera a soltarla, él no dijo nada, tan solo su mirada era capaz de hablar, Navier lo entendió perfectamente sin más sonrió dulcemente y beso al duque por iniciativa propia, el duque felizmente correspondió el beso, entre sus labios había un deseo, ese deseo recorría sus venas, pronto el beso era mucho más intenso, de un momento a otro Navier abrió sus labios y Kaufman introdujo su lengua en su boca, exploraba su cavidad minuciosamente, se sentía tan bien... se separan por el aire.

Navier acarició el rostro del duque, un tanto sonrojada le susurro al oído -Podemos ir a su habitación...- él sonrió y se mordió el labio, la tomó de la mano y la acarició, Navier se agacho un poco para retirar los zapatos -Hacen mucho ruido- el la observo luego le volvió a tomar la mano y corrieron hacia su habitación, se escondían por los pasillos esquivando a los guardias, pronto llegaron a la habitación.

[...]

El cerro la puerta, y volvió a besarla, beso tras beso, y cada uno era más intenso que el otro, el duque llevó las manos a la espalda de Navier y poco a apoco fue desabrochando el vestido, bajo suavemente las mangas del vestido, y sin más el vestido cayó al piso.

Ella tenía un corsé del color del vestido, rojo, Kaufman la abrazó cariñosamente, Navier correspondió y en un movimiento le quitó la estola, dejándolo un poco más accesible, la tomo al estilo princesa y la recostó sobre la cama delicadamente, se desabrocho el traje quedando entre abierto, dejando ver el torso bien formado de Kaufman. Este se abalanzo sobre Navier besándola lujuriosamente -Kaufman...- gimió Navier al sentir sus besos en el cuello.

Este la dejo de besar por un momento y sin mas retiro sus prendas quedando únicamente con el pantalón blanco que llevaba puesto, Navier estaba sonrojada y excitada, sentía su cuerpo arder, Kaufman volvió a besarla amorosamente, en eso introdujo su lengua en la boca de la emperatriz, llevando a cabo una lujuriosa guerra, mientras esto ocurría el duque llevaba sus manos a su espalda desatando el molesto corsé de la emperatriz.

Navier al quedar expuesta instintivamente se cubrió con sus manos, un tanto avergonzada, el duque sonrió ante tal acción, cuidadosamente retiro las manos, dejando asi al descubierto sus hermosos senos, beso la frente de Navier y fue descendiendo entre besos hasta llegar a sus senos, aspiro el dulce aroma de la piel de Navier, entonces metió un pezón a su boca, chupándolo cariñosamente, Navier se retorció del placer, Kaufman parecía un bebé tomando la leche de su madre... saco el pezón de su boca e introdujo el otro, mientras apretaba y pellizcaba el otro seno. Saco el rosado pezón de su boca y un finito hilo de saliva conectaba su boca con este.

Al dejarlos beso de nuevo a la emperatriz, Navier sonrió en medio del beso, ella toco suavemente su cabello, y fue bajando sus manos hasta llegar a su pantalón, introdujo su mano en este acariciando el miembro del duque, lo acariciaba de arriba y abajo, el duque soltaba gemidos y uno que otro gruñido, su pene estaba tan duro y el pantalón le apretaba demasiado

-Basta- dijo el mientras recuperaba la respiración Navier sacó la mano de ahí, y trago en seco, se quedó callada, Kaufman se reincorporo y se deshizo de su molesto pantalón, estaba totalmente desnudo, a Navier se le cerró la garganta, eso cabría en ella, su miembro era mucho más grande que el de Sovieshu, era más largo y grueso, Navier se sonrojo abruptamente al percatarse de lo que estaba pensando, Kaufman rio -¿Que esta pensando mi emperatriz?- menciono mientras la miraba juguetonamente, Navier tan solo giro la cabeza avergonzada.

Kaufman sonrió y se acercó a su oído -Ahora soy suyo, le pertenezco...- el la beso, sus partes intimas se rozaron y Navier gimió.

Él ya no podía contenerse, ya no, la poca cordura que le quedaba se había esfumado, la necesitaba, la miro a los ojos esperando su aprobación para hacerlo, ella asintió levemente, se relamió los labios, poco a poco se introdujo en ella, primero la punta, y luego se introdujo completamente, el placer invadió a la emperatriz, hace mucho que no tenía sexo, y las pocas veces que lo hizo con Sovieshu, no era nada lindo, aparte de que su miembro era pequeño, a comparación de Kaufman, el duque la llenaba por completo, se sentía tan bien...

El interior cálido de Navier, era exquisito, tan estrecho y apretado, simplemente era hermoso, pronto empezó a moverse, primero lento y luego rapido, joder que bien  se sentía, aquella sensación era hermosa, tan excitante.

Navier clavo las uñas en la espalda del duque, su intimidad penetrada por su miembro, sabia a gloria, el placer era tanto que sentía que iba a explotar.

Navier gemía su nombre.

Sus gemidos lo excitaban, lo llevaban a otro mundo.

Se sentía feliz, se sentía en el cielo, se sentía en la gloria... la gloria era Navier, saber que ella lo había elegido a él y nadie más, simplemente no podría sentirse mejor, y una vez que la emperatriz lo hiciera su concubino el seria suyo oficialmente, ante el reino, ante el emperador y ante el príncipe Henrey.

Una vez llevada acabó esta ceremonia no habría marcha atrás, el sería suyo y ella sería suya...

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Espero que les haya gustado, me tarde mucho en escribir esto, es que... quería que el momento fuera mágico :p y aja la cosa se me complico, voten si el cap les gusto, de esto habra parte 2 porque falta mucho mas, esperenlo con ansias.

ᴮᴵᴮᴵ se despide

𝐄𝐥 𝐂𝐨𝐧𝐜𝐮𝐛𝐢𝐧𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐄𝐦𝐩𝐞𝐫𝐚𝐭𝐫𝐢𝐳 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora