dress

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Jennie estaba usando su mejor outfit para la noche. Un vestido corto que se ajustaba a cada una de sus curvas, dejando muy poco a la imaginación. Estaba consciente de todos los ojos que tenía encima y también de que parecía que era la única en el lugar.

Y eso no le estaba gustando a su novia.

Habían estado juntas por algunos años ya, y por lo general, Jennie era la que más celaba a su novia; tenía muy poca paciencia con ese tema, pero Rosé, por otro lado, era bastante relajada hasta cierto punto. La pelinegra podía contar con una mano las veces que Rosé la había celado por alguna situación.

Normalmente, la mayor siempre estaba pegada a su lado, así que no le prestaba atención a cualquiera que quisiera comérsela con la mirada cada vez que salían. Hace algunas semanas Jennie había encontrado algo que le activaba ese instinto celoso; aquel viernes habían tenido una discusión temprano y por primera vez en su relación, salieron del departamento en "malos términos", aún así, llegaron a la fiesta planeada, sin embargo, Jennie estuvo alejada de Rosé toda la noche. La menor estuvo al borde toda la fiesta y cuando regresaron al departamento, Jennie lo confirmó, la vio frustrada, apretaba los puños cada vez que hablaba, admitió que estaba un poco celosa, pero no pasó a más.

Verla celosa le pareció sexy, y es que ella no podía ser la única que sufría de celos en esa relación. Ahora Jennie quería saber que pasaría si no lo hablaban, si Rosé tomaba esa actitud posesiva y la descargaba en ella en vez de tragarse su frustración.

Así que esta vez fue muy a propósito, se inventó cualquier estupidez para pelear por la tarde y así no hablarle. Estaba funcionando muy bien, Jennie podía verla en un rincón, sus ojos casi en llamas, frunciendo el ceño y con los brazos cruzados sobre su pecho. Eso era exactamente lo que quería, quería que estuviera celosa, que se enojara y que tal vez, explotara ese lado posesivo que estaba segura de que tenía.

Jennie hizo contacto visual con su novia, mirándola de forma inocente.

Volvió a fruncir el ceño y empezó a caminar hacia ella, Jennie sonrió sin que se diera cuenta. Cuando llegó a su lado, abrazó su cintura y la atrajo a su cuerpo.

—¿Qué crees que estás haciendo? —le preguntó Rosé.

—Hablando con las chicas. —respondió inocentemente, abriendo y cerrando sus ojos.

—Sabes a lo que me refiero —ya sabía que estaba enojada. —Este maldito vestido que estás usando.

—¿No te gusta? —Jennie le preguntó, haciendo un mohín con su labio inferior, dándole show para que se sintiera mal.

El agarre en la cintura de la pelinegra se suavizó.

—Por supuesto que me gusta, me encanta. Y ese es el problema. —le dijo la más alta. —A todos aquí les encanta y odio que estés lejos de mi mientras todos están comiéndote con la mirada. Yo soy la única que puede saber lo que hay debajo de este vestido.

—Nadie más verá lo que hay debajo de este vestido. —se burló. —Lo estoy usando para ti, boba.

Rosé gruñó y se presionó contra su costado. Jennie lo sintió y sonrió.

—¿La estás pasando mal ahí, bebé?

—Estás haciéndote la graciosa ahora mismo Jennie, pero no me gustan estos jueguitos. —empezó a guiarla hasta la salida de la fiesta. —Soy muy paciente y lo sabes, pero estoy al borde.

Decir que Jennie estaba feliz era poco. Rosé aceleró todo el camino hacia el departamento, agarrando el volante con tanta fuerza que pensó que podía romperse bajo la presión.

dress [chaennie g!p]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora