Aclaración:
Los representan animales a la pareja destinada. En mi historia estos se vuelven tangibles, no sólo se pueden ver sino que las parejas pueden acariciarlos además de que pueden derribar o tocar objetos.
Agustín se mantiene como el mayor.
Van a ser cortos.-----
Los papás de Marcos lloraban por la noticia recibida recién, tendrían un nuevo bebé, emocionados se dirigían a su casa.
Lo que no esperaban al llegar era encontrar a un pequeño gatito de raza birmano durmiendo con su barriga hacia arriba que no despertó apesar de los pasos acercándose y miradas que lo escaneaban delante de la puerta principal.
El entendimiento dibujándose poco a poco en sus rostros, ese minino era el espíritu animal de la pareja de su próximo hijo. Ambos se miraron con un brillo de dulzura y gracia ante la soltura del pequeño animal.
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Agustín era un niño curioso e inquieto, sus padres escuchaban las pisadas que daba al salir al jardín, y volviendo a entrar una y otra vez, las risas ocasionales. No prestando atención sabiendo que estaría jugando con algún juguete o cosa que llamo su atención. Pero se tensaron al oír el agudo ladrido, que fue acompañado de aún más escandalosas risas, dejando lo que estaban haciendo corriendo al encuentro del oji-azul.
Quedándose quietos ante la imagen del perrito Golden Retriever que lamía las regordetas y rojizas mejillas del infante.
Y ahí es cuando una tonta sonrisa se les dibujo, tanto tiempo había pasado, al fin el alma gemela de su hijo se hacía presente.
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Años después.
Agustín adoraba sentarse en la biblioteca de la universidad, con un libro, de preferencia alguna de fantasía. Sabía que a muchos le sorprendía, ya que tenían la impresión que él no podía mantener la boca cerrada, y sí, quizás era cierto pero ese momento sólo se dejaba llevar mientras con una mano sostenía el objeto y la otra acariciaba las suaves hebras doradas oscuras de su gran animal espiritual.
Sam, como lo había nombrado, era por su saga favorita.
Era el único que lo podía hacer sentarse y solo admirar alrededor mientras la calma lo inundaba aún con toda la energía que siempre lo caracterizaba, sin necesidad de palabras. Algunas caricias y miradas dulces.
Marcos por otro lado, desde que nació, siempre estuvo acompañado por un pequeño gatito birmano, de brillantes ojos azules, el cual permaneció de ese tamaño.
Aunque eso nunca lo detuvo, el oji-verde pudo dar fe de eso, aún que su tamaño no fuera imponente su energía sí.
Había sido testigo y un poco cómplice de los innumerables desastres que ocasionaba "Primo", como lo había llamado, no lo podía culpar era demasiado tierno como regañarlo. Pero en momentos como éste en donde debía ir a la biblioteca, un lugar en donde el silencio y la calma son esenciales, no veía como terminaría bien pero quería ser positivo.
—Portate bien, necesito conseguir algo de ahí, no podemo' ser echado de nuevo, Primo.— la voz suave teñida de suplica, los ojos verdes fijos en los azules, un maullido que entendió como "si, entiendo" o eso quiso creer él.
Dejo salir un bufido y decidió no alargar más el momento, y entró, poco duro el pedido.
Primo empezó a correr y saltar por el lugar, Marcos ya vio venir la nueva expulsión, empezó a perseguirlo tratando de atraparlo ocasionando más caos. El oji-verde no entendió que lo había puesto así, el gatito giraba por los pasillos, derribando todo lo que se cruzará en su camino.
Hasta que se detuvo abruptamente, Marcos observo desde la lejanía como un perro se acercaba con tranquilidad, parecía que cada paso lo daba con pereza. Y así fue como los dos animales espirituales se observaron, un brillo especial pareció rodearlos, el destino haciendo acto de presencia.
El hipnotizante momento fue arruinado por el maullido alto y patada en el hocico, una clara orden, el Golden entendió enseguida. Se recostó en el suelo con parsimonia, el birmino salto, sobre la espalda del otro, estirando sus patas masajeando en el proceso hasta que se acostó y se durmió, como si no hubiera arrasado el lugar, sabiendo que estaba sobre su lugar seguro.
Marcos sonrió, una emoción lo embargo, era tan intenso. Su alma gemela estaba cerca, era el único pensamiento que lo llenaba.
—No puedo creer que ese quilombero me represente che...— el oji-verde dirigió su vista a la persona que se acercaba.— yo entiendo que a veces, sólo a veces no lo niego, puedo ser...
Toda oración fue interrumpida, Marcos y Agustín quedaron mudos, pudieron sentir el tirón de sus almas llamándose.
El azul y verde volviendo uno, los corazones empezaban a latir sincrozadamente, las respiraciones se volvían una. No supieron tampoco cuanto tiempo fueron así, no les importaba, apesar que era muy hermoso de ver el encuentro de almas eso no evito que los echaran a los cuatro.
Agustín no sabía porque a él también pero no se quejaba y Marcos se sintió lo mismo al ver la sonrisa torcida del otro.
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Me cuesta mucho actualizar por wattpad así que suelo sentir más comodidad en AO3.
Trataré de participar en toda la semana, si puedo hacerlo en ambas categorías mejor, pero no prometo nada.❤️Espero que les guste.😍