Qué manera de desahogarse

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Llevaban un tiempo frecuentándose, aunque ni siquiera lo deseaban desde el fondo de su corazón, pero el despecho que creció entre ambos ante el pelirrojo que los rechazó era demasiado fuerte como para dejar pasar esta oportunidad. A esas horas el granero de las granjas tegridad parecía estar en aparente calma, el viento mecía los campos de hierba y lo único que hacía de compañía a la oscuridad eran los grillos y cigarras que, en esa noche, dejaban escapar sus suaves melodías y chirridos. Sin embargo, si nos adentrábamos a lo más profundo de aquel sitio, un par de jóvenes se encontraban "divirtiéndose" entre los costales de semillas de la marihuana escondidos detrás de las estanterías llenas de frascos de ese producto alucinógeno tan codiciado en South Park, del cual Randy Marsh estaba orgulloso de haber cultivado por sí mismo.

Iluminados apenas por una lámpara de mano, fumaban un pequeño churro de marihuana que cada dos o tres inhalaciones se rolaban entre ellos. Fue el turno de Cartman de fumar y en cuanto saboreó el sabor de la droga y sus pulmones se llenaron de aquel humo placentero, exhaló sacando todo por su nariz. El humo se dispersó entre ambos y ahora volvió a ser el turno del pelinegro.

Al inicio, hace como una semana atrás, el castaño no estaba muy convencido de si fumar lo haría olvidarse de su corazón roto, además de que también estaba la posibilidad de volverse aún más estúpido y cínico como el compañero a su lado; aunque, bueno, la curiosidad le ganó. Stan le invitó a fumarse unos porros a escondidas en el granero de su padre después de la escuela para quejarse de la vida, en un modo de desahogarse, y más por cómo Kyle los trató cuando, en distinto tiempo y forma, los rechazó. Las cosas eran simples, casi siempre Stan era el que fumaba, Cartman escuchaba y se quejaba; un día el castaño probó la hierba y, a pesar de que no le gustaba del todo, los efectos y las sensaciones que causaban en su cuerpo regordete de chico de dieciséis, lo hacían experimentar algo nuevo... como si tener el cuerpo aflojerado y la percepción alterada le ayudara a soportar su pesada realidad.

—Pero, ¿sabes qué es lo que más me molestaba de él? —decía Stan dejando escapar el humo de su boca y suspiró, resignado.

Cartman ladeó los ojos, era la cuarta o sexta vez (quizá, ya ni siquiera llevaba la cuenta) en que Marsh se quejaba de lo mismo.

—Yo siempre vi por él, amigo —negó. Sus ojos rojos lucían querer desmoronarse en lágrimas, pero solo era efecto de la hierba—. Aún así jamás le nacía hacer algo por mí —casi se golpeaba el pecho al decirlo.

El castaño rió y respondió arrebatándole el churrito que ya solo quedaba menos de la mitad, casi estaba del tamaño de su dedo meñique.

—Es patético, Stan.

—Deja de reírte —chasqueó la lengua y lo empujó levemente con su mano—. A ver, si tanto te ríes, ¿por qué Kyle te rechazó después de que lo besaste? ¿Eh? Ah, verdad, ya no es tan divertido para ti. Culo gordo.

Cartman frunció el ceño y se llevó la marihuana a la boca, solo alcanzó a morder la punta cuando escuchó de nuevo al estúpido de Stan.

—Para mí que te rechazó porque ni siquiera eres un buen besador, ¡no le vio futuro a su relación, marica! —declaró, golpeando su pecho con la punta de su dedo.

—¿Ah, sí? —se levantó y tiró el porro que salió volando hasta sabe qué rincón del suelo de tierra.

Los movimientos de ambos eran torpes. Con dificultad empezaron a "pelear" aunque lo único que hacían era tambalearse y empujarse apenas entre sí. Sin embargo, Cartman era el más avispado de los dos, Stan ya estaba en las últimas y reía por cada leve toque que recibía en su cuerpo. La verdad es que estaba sensible, tanto mental como físicamente.

—Te demostraré que yo sí tenía futuro, cínico de mierda.

—¿A quién llamas cínico? —escupió cada palabra, sintiendo la boca seca—. Solo eres una gorda psicópata que su idea de amor es molestar al que le gusta.

Ocasiones de medianoche (Stanman +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora