PARTE ÚNICA: Aunque me lleves a mi muerte no voy a poder dejarte

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Erling nota que Julián está...diferente. No es como que si la actitud tímida del argentino sea algo nuevo, pero si el hecho de que últimamente se cierre tanto en sí mismo y ya no participe del grupo. Si bien cuando llegó al club era así, luego del Mundial volvió con una actitud más confiada y comenzó a interactuar más con el resto del equipo, ganando así su lugar. Lejos habían quedado las noches en donde todos se iban a algún bar y él se quedaba en la concentración pegado a su celular y sus auriculares.

Pero ahora no sólo eso volvió, sino que parece haberse profundizado.

Ahora cuando llega suele solamente saludar con un murmuro y escabullirse por los pasillos del Etihad hasta el vestuario antes que el resto. Sus entrenamientos son focalizados y una vez que terminan y Pep les dice que pueden irse -cuando no hay partidos seguidos- es el primero en retirarse del lugar, a veces sin siquiera saludar.

Y a Erling esto lo desespera. Porque claramente puede ver que algo muy malo está pasando con Julián y el argentino o no puede hablarlo o no quiere, pero eso no cambia que lo esté perjudicando.

Los mensajes que solían mandarse ahora ni siquiera quedan en visto y las charlas en la banca durante los descansos del entrenamiento parecieran que nunca hubieran pasado.

Julián lo evita como la plaga.

Y el noruego va a tratar de convencerse que esto lo hace 100% por Julián, por procurar que esté bien; y puede que por un momento así parezca y se lo trague, pero luego recuerda que Julián no es suyo, que tiene un novio que ama y que a Erling no lo ve más allá de un amigo y los celos lo carcomen. Sabe que ese novio debe estar relacionado con el comportamiento del argentino, y le enferma pensar que Julián pueda querer más a alguien que no es él, alguien que es menos bueno que él.

Entonces, un lunes frío de Octubre llega antes que nadie al vestuario y lo espera. Sabe que Julián suele venir primero a cambiarse y sabe que tiene que haber una razón por ello entonces lo espera.

Cuando escucha pasos acelerados acercarse a la habitación se hace el que está revisando su bolso mientras la puerta se abre.

Un silencio de ultratumba es lo que sigue.

Erling levanta la mirada simulando casualidad y se encuentra con la de Julián, su cuerpo rígido detrás de la puerta cerrada. Su cara es imposible de leer para el rubio, esos ojos que solían demostrar puro cariño y hasta a veces algo de picardía ahora solamente devuelven un vacío inexplicable, como si adentrarse dentro de ellos fueses a entrar en un uzumaki.

Pero él no la aparta , porque siente en su subconsciente que si no llega al fondo de esto ahora mismo, algo peor puede llegar a pasar.

"Good morning, Juli. How are you?". Es lento y suave con sus palabras, como si estuviese hablándole a un ciervo herido en la ruta más que a su compañero de equipo.

"I...Good morning". Su voz suena tronada, como si estuviese afónico y le doliera cada palabra que le sale de la boca. Acto seguido Erling nota como lleva su mano derecha hasta el pedazo de tela que rodea su cuello y la aprieta con fuerza, como asegurándose que todavía sigue ahí.

Julián jamás usó bufanda.

"Finally a sunny day, isn't it? After so many clouds, it makes it up for the cold"

El más bajo sigue parado ahí, como si su cuerpo se hubiese separado completamente del resto de su cerebro y no reaccionara.

"Do you want to change? Do it, I still have to patch my ankles", y hace como si no tuviese importancia pero dejando claro que no se va a ir de ahí. Vuelve a hacerse el que busca las vendas y pretende que no monitorea cada ruido que proviene de su compañero.

Texas Reznikoff {ERLIAN}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora