Había un pueblo en Inglaterra bastante alejado de la vida urbana, donde aún las personas se comunicaban por cartas, las bibliotecas eran usadas con frecuencia, todos se conocían entre todos, donde no era extraño ver personas conversando en las puertas de sus casas y donde los apellidos seguían siendo realmente importantes entre familias, entre ellos, los Malfoy, los Greengrass, los Weasley y por último los Lovegood.
Al llegar a Hogsmeade, la gente te recibiría con una hermosa sonrisa, panecillos de chocolate caseros y la famosa cerveza de mantequilla de la taberna más conocida del pueblo, Las Tres Escobas. Usualmente, el encargado de dar la bienvenida al pueblo es el no tan pequeño adolescente de Neville Longbottom, después de mostrar los alrededores, dar recomendaciones y marcar algunos lugares importantes para instalarte en el encantador pueblo, comenzaría la charla de "advertencias", ya que según el, no todo en su querido Hogsmeade era hermoso. Había lugares donde no debías ir, como evitar entrar a los callejones e ir del lado contrario del bosque, no hablar demás con las personas equivocadas, jamás acercarte a la casa de los Malfoy y, por último, no menos importante, saber cuál era tu lugar.
A Harry Potter no le gusto la última recomendación cuando llego al pueblo con su familia hacia tan solo unos años atrás. En ese momento era pequeño, no entendía a que se refería con un "lugar" pero con el paso del tiempo, comprendió que lo que realmente quiso decir fue "si no apellidas importante no interesas". Los primeros meses fueron caóticos para él y su familia, habían decidido mudarse lejos de la urbanidad para tomar un descanso de la vieja empresa de la familia Potter, querían algo más tranquilo, una casa, muchos animales para que el señor Potter se entretenga, un espacio de cosecha para la señora Evans y una enorme biblioteca para el pequeño hijo único en la familia. Con el paso del tiempo, después de incorporarse en la sociedad del pueblo, todo se acomodó según lo planeado, realmente no podrían desear algo mejor. Los Potter eran conocidos como personas amables y de buen corazón, Lily era profesora en la pequeña escuela del lugar, James manejaba la empresa en Londres desde casa y Harry había conseguido un pequeño trabajo en la famosa tienda de los Weasley, gracias a eso había logrado conocer a esa hermosa familia que lo recibió como si fuera un hijo más. Todos amaban y conocían al joven Potter, no había anciana que no halagara sus modales, no había adulto que dudara de su inteligencia y todos eran conscientes de su gran belleza, ya que también Lily Evans Potter, era muy halagada por su belleza, el señor Potter también, pero no solía aparecerse mucho por el pueblo pues habían decidido mudarse a la casa más alejada de este, solo quedaba a diez minutos caminando y Harry adoraba aquello, en las mañanas siempre caminaba a su trabajo de medio tiempo y le encantaba apreciar el paisaje.
Por su trabajo, Harry conoció a Ron Weasley, unos meses después de llegar al pueblo, Ron volvió a vivir con sus padres después de meses estudiando en Londres junto a sus hermanos, por lo que tuvo que comenzar a trabajar también en la tienda y al primer instante de conocerse, se hicieron mejores amigos, ambos habían conectado realmente bien y con el tiempo, a su pequeño grupo de dos se les unió Hermione Granger, ella trabajaba en la biblioteca cerca de la tienda y Harry pasaba la mayor parte de su tiempo ahí, asi que fue inevitable que comenzaran una relación de amistad al compartir un mismo pasatiempo, los libros.
Había pasado casi un año desde que trabajaba junto a los Weasley, ese día tuvo que cubrir a Ron asi que se encontraba solo acomodando algunas prendas, realmente contaba los minutos internamente para que terminase su turno y pudiese regresar a seguir leyendo la vieja novela que encontró entre los libros de su biblioteca. El ruido de la puerta de la tienda lo distrajo e instintivamente fue a atender a los clientes. Y esa fue la primera vez que lo vio, supo desde el primer momento que era un Malfoy, jamás había visto al unigénito de la familia, si a sus padres ya que era imposible no conocerlos, los Malfoy eran reconocidos por contribuir de manera muy presente al sustento del pueblo junto a los Greengrass, también lo eran por su belleza característica, el señor Lucius Malfoy era un hombre muy apuesto y demasiado serio, la señora Narcissa Malfoy Black era de las mujeres más hermosas que había visto en su vida, su piel era tan pálida que parecía brillar cada vez que paseaba junto a sus hermanas por el pueblo, su pelo era negro con algunos mechones rubios en él, se veía dulce. Pero desde su llegada jamás se había cruzado con su hijo, tampoco se había interesado en hacerlo, nunca le importo las clases sociales y en ese pueblo, parecían ser muy importantes. Harry agradeció internamente la posibilidad de poder decir, que por fin había conocido al hombre más hermoso que vio en su ya no tan corta vida, el Malfoy Menor era totalmente rubio, incluso podría confundirse con blanco, su cabello era un poco largo, si crecía unos centímetros comenzaría a molestar sus ojos los cuales eran de un gris cristalino que jamás había visto en otros, tenía su rostro casi tan serio como el de su padre con la diferencia de que ese, era un rostro angelical según Harry. Toda seriedad desapareció cuando Malfoy noto su presencia, le dedico una leve sonrisa y el corazón de Harry pareció detenerse.
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Speak Now «Drarry »
FanfictionY el corazón de Harry dejo de latir al escuchar las palabras del predicador; "Habla ahora o calle para siempre." ›Fanfic basada en la cancion "Speak Now" de Taylor Swift. ›Fanfic del universo de Harry Potter, no mágico. El mundo y los personajes son...