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Habían pasado exactamente tres días después de aquella salida al teatro, que terminó en la feria, spreen estaba cada día más envelezado por juan, mientras que este no lo veía más que amigos, pero claro que no negaría que spreen es muy atractivo y en un futuro le pueda llegar a gustar.

Aquel día hacia mucho frío, pues la tempestad era escandalosamente horrible, caían truenos, relámpagos y mucha nueve, era un tanto común que el clima fuera así de fuerte en esas temporadas de invierno.

Juan preparo un rico asado de verduras, había hecho mucho por lo que opto en regalar un poco pues era perfecto para estas épocas, repartió cinco platillos en total, uno para auron, biyin y axozer, otro más para zorman y el último para su querido amigo spreen.

Aunque este le fue un poquito difícil, pues su hogar quedaba en el bosque, un tanto alejado del pueblo.

Camino poco, ya que de vez en cuando usaba sus poderes y se teletransportaba, después de llegar al pueblo naranja se dirigió al bosque que estaba todo recto, no tardo más que hora impedía para llegar, pues sus piernas se hundían en la nieve.

Finalmente había llegado a su destino, toco un par de veces la puerta del hibrido, esperando a que este le habriera, pues siento sinceros se estaba congelando ahí afuera.

._¿quien será el pelotudo que viene a romper las pelotas, que no ve el clima como esta?_. Se dijo a sí mismo enfadado mientras caminaba en dirección a la puerta.

Spreen abrió la puerta y antes de que juan hablara este ya estaba tirando groserías al aire, aun sin saber de quien se trataba.

._puto mama huevos de mierda, no vez que esta de la put-..._. se interrumpió a sí mismo después de ver al de gafas parado como lo que parecía ¿comida?.

._hola spreen, ¿puedo pasar?_. Saludo el hechicero amablemente, mientras temblaba del frío.

._Juan, ¿que haces acá con el frío que hace boludo?, te podes enfermar, veni bonito, sentate_. Invito spreen, dándose vuelta para ir por una manta y tapara así al hechiero.

Este simplemente le sonrió y agradecio con un pequeño sonrojo, aún no se acostumbrará a los apodos lindos que le ponía el hibrido.

._yo venía a traerte un poco de estofado que hice_. Dijo Juan, dándole el frasco con aquella comida.

Spreen le pareció sumamente tierno el actuar de juan, además que le ilusiono mucho que viniera hasta su casa solo para alimentarlo, definitivamente el castaño robaba cada día más su corazón.

El hibrido tomó aquel frasco y agradecio con una li da sonrisa, la cual fue correspondida, ambos comieron de aquel estofado mientras hablaban de cosas triviales.

La tarde paso en buenas anécdotas por parte de los dos, ambos estaban sentados en el sofá, cubiertos con la misma frazada, ambos calentándose por aquella chimenea.

._ y el pendejo de auron se resbaló por las escaleras_. Juan contaba la vez que ambos fueron a una taberna, y auron por lo tomado que estaba se callo por las escaleras y rodó hasta llegar a la primera planta.

Spreen solo escuchaba y observaba al castaño hablar, su mirada estaba fija en sus bellos labios, los cuales se movían sin parar, y de ellos salía una magnífica sonrisa, la cual descubrió que era su vicio favorito.

._oye pendejo, ya deja de verme así, ¿estas bien?_. Paro de hablar el mayor para ahora centrarse en spreen, el cual desde que empezó a hablar no paraba de verle como si estuviera ido.

._me gusta tu sonrisa boludo_. Respondió el hibrido sin alguna pizca de vergüenza.

Juan no sabía que responder, pues no era muy bueno respondiendo cumplidos, solo atino a sonreír, dejando ver sus mejillas rosadas por la pena.

Spreen tomó el rostro del castaño, el cual ahora estaba un tanto confundido, pues veía como cada vez más el espacio entre ellos iba reduciendo, quedando a escasos centímetros el uno del otro.

._juan.. ¿puedo?_. Pregunto spreen antes de hacer lo que talvez ambos querían.

El hechicero no respondía absolutamente nada, estaba paralizado, tener al hibrido tan cerca lo hacía sentir de alguna forma extraña, relamio sus labios por aquel nerviosismo.

Spreen no pudo soportar más, necesitaba tocar aquellos labios gruesos y rosados que lo llamaban, era una vil tortura el tener al hechicero tan cerca de él, humedeciendo sus propios labios mientras lo consumían los nervios, definitivamente quería besar a Juan.

El hibrido se atrevió a acercarse más al hechicero, lo tomó por la nuca y lo fue guiando hasta que sus labios se juntaran en un lindo pero corto beso, un simple rose de labios que duró apenas unos minutos.

El menor se alejo del castaño el cual aún seguía con los ojos cerrados, sentía su rostro enrojecer.

Porfin pudo besar al hechicero, talvez no fue el mejor beso y más duradero, pero se vio la sinceridad con la que el hibrido se lo dio.
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¿Creen que van muy rápido?, si es así para retrasar todo JAJAJ, no quiero que el fichero se vea mal redactado :((

Me dicen cualquier cosa, chao♡

El arte de recordar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora