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CAPÍTULO 11:
REVELACIONES A LA LUZ
-¿Qué dijiste?-.
-Me gustas, P'Gun-.
Estas palabras dejaron completamente mudo a Gun. Aturdido, no supo qué responder.
-Yo...-.
Se levantó de su lugar y se sentó a un costado de la cama. Perth lo siguió y lo abrazó de la cintura, reposando su cabeza en el hombre.
-No quiero que me digas nada. Sólo permíteme coquetearte-.
-¿Y qué pasa con Mark? ¿No están saliendo?-.
-No, nunca salimos. Éramos amigos con beneficios y nada más. Pero hace unos días aclaramos nuestros sentimientos y está todo bien entre nosotros. Seguimos siendo amigos-.
Perth se aferró más fuerte a Gun mientras le hablaba con casi unos susurros que sostenían un toque de sensualidad.
-Por favor-.
Gun volteó su cabeza y miró a Perth porque quería ser honesto con el muchacho.
-Escucha, seré honesto contigo. Tú me gustas mucho, pero es por la forma en que me tratas en la cama. No quiero involucrar sentimientos profundos, prefiero que sigamos así-.
Perth oía con atención a su alumno, aún así no estaba de acuerdo y quería ir más allá.
-No quiero que andes buscando sexo en otro lugar que no sea en mis brazos, ¿es mucho pedir?-.
Gun se acercó y besó sus labios con suavidad, luego posó una de sus manos en la mejilla ajena acariciándola con ternura.
-No creo que estés enamorado. En realidad, no estamos enamorados, sólo nos sentimos atraídos sexualmente-.
Perth hizo notar su molestia ante las palabras de Gun quitando bruscamente la mano posada sobre su rostro.
-No, no es así-.
-Algún día llegará esa persona especial, te lo aseguro. Pero mientras eso no ocurra, aceptaré que me coquetees-.
Palabras suficientes que alegraron el corazón del oyente, quien no tomó en cuenta la primera oración. Sólo se quedó con un "aceptaré que me coquetees".
-Eso es suficiente para mí. Te garantizo que terminarás enamorándote de mí-.
Acabaron la conversación con otro beso, mucho más profundo que el anterior, sellando así un acuerdo que quizás nunca se llegaría a concretar, o al menos eso creía una de las personas presentes.
Perth soltó el beso y se levantó de la cama para mirar la hora de su celular.
-Bueno, ya me tengo que ir. Son casi las 6 de la tarde y debo trabajar-.
-Está bien-.
Se colocó los bóxers y los pantalones, luego tomó su mochila que yacía tirada en el piso y sacó un par de cajas de medicamentos. Caminó hacia Gun y se posicionó de cuclillas frente a él.
-Aquí tienes una pomada medicinal para que la uses sobre los moretones en tus brazos. Y estos antibióticos es para evitar cualquier tipo de problema que tengas-.
-Gracias, pero estoy bien. Ya estoy acostumbrado a estos tratos-.
-Descansa, ¿sí?-.
Gun asintió y Perth lo regresó hacia la cama, arropándolo con cariño. Se vistió rápidamente y se despidió del chico con un beso en la frente, pero antes de irse le aclaró un gran punto.
-Nuestras clases llegaron hasta aquí. No me tienes que pagar nada más, ¿de acuerdo?-.
-Entonces, ¿no seguirás viniendo?-.
-Por supuesto, pero vendré sólo para estar contigo y compartir-.
-Está bien. Ve a salvo a casa-.
-Sí, nos vemos-.
Sin más, se retiró.
El hombre acostado cerró sus ojos y durmió aproximadamente un par de horas, hasta que su mismo estómago lo despertó protestando por algo de comida.
Gun se levantó un poco más repuesto y se preparó algo de comer para recuperar algo de energía.
Esa noche, estuvo preguntándose la razón del por qué Mark lo había llamado antes de dormir. Nunca lo había hecho, ¿por qué ahora?
No halló respuesta para eso, sólo podía esperar a saberla hasta el día siguiente.
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A las cinco en punto, Mark ya se encontraba parado frente a la puerta a poco de tocar el timbre. Cuando se disponía a hacerlo, Gun abre la puerta sorprendiendo al chico.
-Oh, Mark. Ya estabas aquí-.
-Hola, P'Gun. Sí, acabo de llegar-.
-Iba a botar esta bolsa de basura, así que pasa y acomódate-.
Mark entró al departamento y se dirigió inmediatamente a la habitación. Al rato, llega Gun.
-¿Quieres algo para beber-.
-No te preocupes, tengo una botella de agua que acabo de comprar-. Respondió Mark mostrando el producto.
Se sentó en el escritorio y sacó su bajo eléctrico.
-Bien, ya estás muy avanzado. Creo que será nuestro último día de clases-.
-¿Último día? Pero no hemos practicado el bajo-.
-Así es. Hoy volverás con ello, no es difícil. Lo que haremos hoy, será tocar una canción completa, siguiendo el ritmo, ¿entiendes?-.
El alumno recordó que aquellas palabras eran las mismas que las de Perth el día anterior.
-¿Hablaste con Perth?-. Preguntó.
-No, ¿por qué?-.
-Por nada importante. Creo que puedo lidiar con el bajo, no será difícil para mí-.
-Bien, toma tu bajo y comencemos-.
Gun obedeció y tomó su instrumento acomodándolo en sus piernas. Mark encendió el computador y desde a página de Youtube, reprodujo una pista de AC/DC.
-Mira, aquí están los acordes que debes seguir-. Le dijo estirando su mano para darle la hoja con las notas musicales.
-De acuerdo. Comienza de nuevo la canción, por favor-.
-Primero, ponte de pie. Tocarás parado-.
Gun asintió y obedeció.
-Bien-, retrocedió la pista y en el inicio, lo pausó-, ¿estás listo?-.
-Sí-.
Mark dio play a la música y Gun inició al mismo tiempo. Iba al mismo ritmo que el bajo que sonaba a través de los parlantes, como si existiera un solo bajo tocando.
Mark miraba el cambio que tuvo su alumno en tan sólo un mes. De la persona amargada que no quería tomar aquel instrumento, ya no existía.
Gun estaba muy concentrado en lo que estaba haciendo, procurando no cometer ningún error. Estaba tan absorto en su labor, que apenas pudo darse cuenta cuando una de las cuerdas se soltó y golpeó la mejilla.
-¡Ay!-.
"¿Otra vez?" Pensó Mark, recordando los acontecimientos con su alumna la vez anterior.
Se levantó de su asiento y se acercó al accidentado para evaluar el golpe.
-Déjame ver. Golpeó en tu mejilla, ¿verdad?-.
-Sí-.
Su mano se deslizó por el rostro del chico sintiendo una piel suave y atractiva. De un punto a otro, cambió de ser una pequeña evaluación a unas pequeñas caricias, con sus manos un poco temblorosas y un corazón que aceleró sus latidos repentinamente.
Gun flechó sus ojos en el rostro cercano de Mark, grabando cada parte de él, pero luego bajó su rostro. En su pecho, el corazón comenzó a latir con mucha fuerza, diferente a la reacción cuando está con Perth. Más bien, era una fuerza extraña que lo estaba poseyendo, haciendo temblar fuertemente su cuerpo.
Sus ojos se volvieron sólo para mirar los labios de su profesor, y como si fuera un imán muy poderoso, se acercó ellos para sentirlos.
Mark, al ver este rostro tan cerca del suyo, se alejó unos milímetros, pero Gun se lanzó directamente hacia él y se apoderó de su boca.
El chico menor se impresionó bastante al inicio, pero aceptó aquellos labios, abriendo su boca e ingresando su lengua para explorar la ajena. Tomó al mayor de la cintura y lo atrajo hacia él para apegarlo a su cuerpo.
El beso parecía deseado y anhelado por aquellos dos hombres que se habían conocido hace un mes.
-Tus labios...-. Dijo Mark apenas soltó el beso por un momento.
-¿Qué?-.
-Eras tú-.
-¿...?
-Esa noche... en el baño... eras tú-. Mark había quedado pasmado ante esta revelación.
Gun recordó aquel momento y se acercó aún más al chico.
-¿Tú eras la persona a la que le hice...?-.
Se mordió el labio inferior intentando volver a atraer al chico. Pero no funcionó, pues Mark cada vez se apartaba un poco más.
Gun intentó evitar que Mark soltara su agarre de la cintura, por lo que se aferró al cuello y apegó su frente con la de él hablando despacio.
-Mark, he querido esto desde que nos conocimos. Quiero que me hagas tuyo, por favor-.
Depositó un beso que la otra persona no pudo rechazar.
-P'Gun...-.
El agarre fue soltado de todas formas, así que el mayor no tuvo más remedio que soltarlo.
-Realmente quiero esto, y algo me dice que tú también. Pero no puedo obligarte, así que tienes la posibilidad de irte-.
Dichas estas palabras, Mark se movió inmediatamente por detrás de Gun, quien no pudo voltear a ver la decisión que había tomado. Cerró sus ojos desesperanzado y decepcionado.
"Se irá. Él se irá de mi lado", pensaba.
Sólo escuchó el sonido del cierre el cual supuso que podía ser el de la mochila. Hubo un pequeño silencio y después la voz de Mark.
-¿Aló? Nong, ¿puedes pasar por tu guitarra mañana? Hoy estaré ocupado... sí... Nos vemos-.
Cuando Gun volteó a ver a Mark, este sin previo aviso, se alzó hacia su cuerpo y apresó sus labios.
-Este día será de nosotros. Sólo nuestro-. Dijo terminando el beso por unos segundos.
-¿Estás seguro?-.
-Sí. Yo también he querido esto desde hace un tiempo-.
No había más palabras que decirse en esos momentos. Sólo se dispusieron a entregarse el uno al otro.
Durante el último tiempo, Gun sólo se entregaba por placer y deseo carnal. Nada de sentimientos, menos pensar en dar su corazón. No obstante, todo aquello estaba quedando atrás con la persona que tenía a su lado, besando con suavidad y ternura.
Se sentía diferente, como si hubiera encontrado un lugar cálido donde refugiarse de la tormenta llamada destino.
Mark lo aprisionó de la cabeza, enredando sus dedos en el cabello, acercándolo a la cama hasta que este cayera.
No hubo apuro de ningún tipo, aprovecharon cada minuto y segundo que el momento les regalaba. Con detenimiento, Mark quitó la polera de Gun y lo lanzó lejos, depositando varios besos y caricias en su pecho, mientras que el mayor se aferró a la cabellera de Mark. Poco a poco ascendió hasta llegar a la cara, se miraron unos cortos instantes y luego iniciaron un beso tan profundo que ambos deseaban que durara una eternidad.
Gun bajó sus manos y tomó la polera de Mark quitándola en un solo movimiento. Tal y como lo hizo el otro chico anteriormente, la prenda fue lanzada lejos.
Paso siguiente: los pantalones, barrera que Mark quiso quitar inmediatamente para buscar con anhelo la conexión con Gun.
Al parecer, las mentes de ambos chicos viajaban en el mismo sueño, puesto que Gun no tardó en copiar el acto de Mark.
Ambas personas, desnudas en la cama, hicieron que la habitación se llenara de un sentimiento que no habían experimentado nunca.
Mark cambió de dirección de sus besos al oído derecho de Gun y susurró en tono casi inaudible.
-¿Puedes repetir lo de esa noche?-.
-¿Lo quieres?-. Respondió Mark en medio de sus jadeos.
-Quiero cerciorarme de que eras tú-.
Gun se giró quedando encima de Mark, comenzando a depositar besos en su pecho, bajando hasta el abdomen, luego al pubis y finalmente llegó a su objetivo.
Para iniciar, lamió la punta del miembro humedeciéndola por completo, siguió después con el cuerpo restante, pasando su lengua de arriba hacia abajo, incluyendo también ambos testículos como parte de su recorrido.
-¡Ahhh!-. Soltó Mark.
Con lentitud, Gun subió su lengua hasta la punta e introdujo toda la virilidad a su boca, succionando y chupando a su antojo.
Mark simplemente se perdió en los encantos de este hombre que lo tenía a su merced. Definitivamente era la persona de aquella noche, no hay duda.
Entraba y salía de su boca como si fuera un caramelo al que quería saborear hasta acabarlo.
Mark hundía su cabeza en los deseos mientras aferraba sus manos a la cabeza de Gun, incitándolo a continuar.
-P'Gun... voy a acabar-. Decía.
-Puedes hacerlo en mi boca-.
-¡No! Sube-.
Gun se alzó a la altura de Mark y lentamente recobró su postura inicial.
Yacía en la cama entregándose al otro hombre que, con mucha delicadeza, comenzó a ingresar por aquel pasaje estrecho.
-¡Ay!-. Gimoteó Gun.
-Lo haré despacio-. Le dijo acariciando su rostro.
-No importa. Para mí es normal-.
-Pero yo no quiero. No te haré daño-.
Sacó su miembro y volvió a acomodarlo, ayudándolo con un poco de saliva. Todo fue tan improvisado que no dio tiempo para preparar ni lubricantes ni condones.
Al humedecer su pene y el pasaje de Gun, volvió a ingresar, esta vez con más facilidad. Como si fuese una cera resbaladiza, el miembro pudo entrar por completo. En ese instante que sintió esta invasión, Mark comenzó sus movimientos de caderas de forma lenta y pausada.
-Ah... Ah...-. Gemía Gun con cada estocada que le propinaban.
A pesar de la baja velocidad, las vibraciones y el temblor en su cuerpo eran mayores a las veces anteriores. Se llenaba completamente de él, de su éxtasis y de sus deseos.
Gun buscaba dónde aferrarse, con los ojos cerrados, sentía cómo Mark lo envolvía de placer.
-¡Ahhh! ¡Aggghh!-.
Mark lo calló inmediatamente con un beso para alimentarse de los jadeos del otro. Podía adivinar que la persona temblaba con cada estocada lenta y agónica que le daba, y esto lo fortalecía por todo su ser, creyéndose acreedor del hombre.
-P'... Tu cuerpo es... delicioso-. Dijo apenas soltó el beso.
Inconscientemente, su velocidad aumentó un poco, pero siempre con el sello de la dulzura y suavidad.
Era un cuerpo delgado, blanco y muy frágil a sus ojos. Se merecía que fuese tratado como un cristal.
En ese momento, ni siquiera Mark se daba cuenta que estaba entregando mucho más que solamente su cuerpo. Estaba entregando su alma y corazón en demasía. Más comprometido que con cualquier otra persona con la que haya estado.
Los corazones de estos hombres, estaban coordinados a latir furiosamente. Y aunque no se podía decir a ciencia cierta que latían al mismo tiempo, intuitivamente lo predijeron el uno del otro.
-P'... voy a acabar...-.
-Igual quiero venirme-.
Mark sacó su miembro de Gun y lo aprisionó contra la otra virilidad, y con el mismo movimiento de cadera, inició un roce entre ambos para dar más placer.
-Haz que me hunda en ti. Hazme desear sólo tu cuerpo-. Dijo Gun perdido en el placer.
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Alumno para Dos
Fanfiction¿Qué pasará cuando dos amigos, que tienen una amistad que se enreda hasta las sábanas, se encuentren con un chico que les pide algo más que una simple clase de música? Uno de ellos se enamorará...