𝐈𝐕.

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El de ojos marrones pasaba por los llenos y abrumadores pasillos de la escuela, donde todos los alumnos estaban emocionados por partir e ir a sus casas. Pero parecía que era el único al que no le gustaba la idea de irse a casa, especialmente porque un chico lo estaba esperando en la salida con su motocicleta, quien este le daría un aventón a su casa, porque después de todo, es su vecino y el único que conoce donde vive. Tampoco es como si tuviera otra escapatoria, ya que es demasiado asocial como para pedirle a alguien más que lo lleve a su casa; y por si fuera poco, Seo Joon se había ido con su otro amigo de un año superior.

Solo le quedaba rezar, esperando a que no pase algo fuera de lo normal para no hacer el ridículo, aunque ya tenia asegurado los sonrojos de por medio.

Vió de lejos a su vecino hablando con sus amigos, eran demasiados para que el pudiera recordar que tenía que llevarlo a casa. Tomaría ventaja de ello. Con una sonrisa oculta por su cubre bocas, salió y dio la vuelta opuesta hacia Jungkook, viendo que su plan estaba resultando. Avanzó a paso rápido para que el pelinegro lo perdiera de vista pero no contaba con la vista de águila de aquel.

— ¡Che, hyung, estoy acá! — automáticamente Kim detuvo su caminar, echando a perder lo planeado.

Seguidamente, Jungkook encendió su motocicleta y se dirigió hacia donde estaba el menor. — Lindo, ¿a dónde vas?

— A-A mi casa. — siguiendo con su caminata algo nervioso, sin dirigirle la mirada.

— Tu mamá dijo específicamente que vinieras conmigo. — su compañero bajo de su motocicleta y sacó un casco. — Ponetelo, un nene lindo como vos no se debe lastimar.

Kim presentía esto; es decir, sus mejillas comenzaron a picar y estas mismas tomaron un color rosita, adaptándose a su piel natural y aunque su barbijo cubría gran parte de su cara, aún así se notaba su sonrojo.

Agarró el casco sin quejas, tratando de abrochar bien el mecate para que este sea más seguro pero no teniendo éxito alguno. — Déjame ayudarte, hyung. — se inclinó para poder ayudarlo. Una vez terminado le dio un tierno beso en el cachete izquierdo, lo que causo instantáneamente que Tae sintiera de nuevo el calor en su cara, y ahora estaba más sonrojado que hace unos momentos, lo que le pareció tierno al pelinegro, pero debía disimular.

No supo cuando ni como, pero estaba sentado detrás del vecino, abrazando su cintura para sentirse más seguro y no caerse. Podía sentir como las miradas de los estudiantes lo ahogaban, no teniendo otra opción más que cerrar sus ojos para así evitar la vergüenza.

( . . . )

El transcurso del viaje era muy tranquilo, sintiendo la brisa acogedora de la primavera, viendo los árboles de cerezos que florecían hermosamente. Un hermoso paisaje que a Taehyung siempre le gustaba y Jungkook lo sabía, así que para joder un poco a su compañero y siendo época de primavera: se detuvo en una tienda de postres solo para comprar unas galletas. Algo que Tae no dudó en quejarse ya que, en palabras del contrario, era un "asunto de vida o muerte."

Y más tarde ya habían llegado a casa, el de tez blanca quién ya había venido un par de veces, dejó la bolsa con sus galletas en la mesa de centro para sentarse en el sillón de la bonita y acogedora casa.

Tae por su parte, con señal de internet, le llegaron las notificaciones a su celular, incluyendo los mensajes de su madre.

Tae por su parte, con señal de internet, le llegaron las notificaciones a su celular, incluyendo los mensajes de su madre

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estúpido jeon ⸺ kooktae.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora