Único

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Decir que era vergonzoso tener que pedir ayuda para una situación de está índole es poco, pero Jimin ya no encontraba que hacer. Así que sin más remedio y mejillas sonrojadas, pronuncio esas –muy inesperadas y fuera de contexto– palabras.

—Quiero tener sexo, Kookie —solto sin tapujos ni anestesia.

El mencionado, que estaba tranquilamente bebiendo una deliciosa leche de plátano, casi se ahoga con la misma.

—¿Q-qué? —fue lo único que su garganta pudo pronunciar debido a la insistente tos que amenazaba con salir estruendosamente.

—¡No! B-bueno sí, quiero d-decir... —se apresuró a balbucear y Jungkook soltó una pequeña risa comprensiva, lo que hizo que continuará rápidamente— Es que ayer Mina se me insinuó descaradamente. Todo iba tan bien, nos estábamos besando hasta que ya no supe que más hacer.

El azabaches lo miraba con curiosidad e hizo un ademán para que el bajo prosiguiera con su relató.

—¡Entre en pánico! —subio un poco la voz –algo frustrado–, haciendo que los transeúntes que pasaban tranquilamente frente la casa del rubio los mirasen con muecas de desagrado.

Eso hizo que se sonrojara aún más y tapo su rostro con ambas manitas. Jungkook no pudo evitar sonreír, su mayor era tan tierno que lo descolocaba por completo.

—Minnie —hablo con voz gruesa, pero suave. Como un delicado gruñido, y quitó con delicadeza las regordetas manos del rubio para mirarlo a los ojos— Continúa, ¿sí? Pero tómalo con calma, sabes que te escucharé sin problema y no te juzgaré.

Este asintió con su cabecita, teniendo un pronunciado puchero en sus lindos y pomposo labios. El menor sintió que su corazón podía explotar por tanta ternura. Admitía que desde muy pequeños siempre tuvo un crush por el de baja estatura, pero al ser su mejor –y heterosexual– amigo, se guardaba esa admiración y disfrutaba de su compañía en silencio.

Decidieron que era mejor entrar al hogar de Jimin para continuar con la conversación sin pasar más bochornos, así que se pararon del columpio que adornaba el porche y entraron a la sala de estar.

—Bien —suspiro tirándose sin mínima delicadeza boca abajo en el sofá más grande— mi cabeza quedó en blanco, mis manos estaban tiesas y yo simplemente me alejé, me excusé con que me urgía ir al baño. Luego solo le dije que no me sentía bien del estómago y me fui.

Jungkook tuvo que reprimir una risa y no porque se estuviera burlando de su amigo, no. Solo le daba gracia lo adorable que podía ser cuando se ponía tímido, porque en su mente imaginó con lujos de detalles la escena narrada.

Se sentó en el sofá individual de al lado y acarició con dulzura los dorados ricitos del mayor.

—No pasa nada, tal vez solo no era el momento —menciono con tranquilidad para intentar calmarlo.

—¿Tú crees? —puso ambos codos sobre el acolchado cojín debajo de él y acunó sus mejillas entre sus manitas— Yo de verdad quiero hacerlo, pero cuando se me presenta el momento solo me bloqueó... Sinceramente ha pasado más de dos veces.

Definitivamente esto era demasiado para el rubio, por más confianza que le tuviese a su mejor amigo de toda la vida, esto lo superaba. Decirlo en voz alta era una tortura, pero ya estaba muy desesperado.

—Tengo una idea —dijo de forma pausada, dudoso— Pero no sé si te guste...

—Estoy desesperado —se sentó de golpe y acerco a Jungkook lo más que el descansa brazos le permitía— Cualquier opción es viable.

Jungkook quiso creer esas palabras, así que actuó sin pensarlo mucho. En un movimiento rápido, ya estaba en el regazo del rubio y tomó su rostro con suavidad para pronunciar en voz baja.

¿Heterosexual?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora