- ¿Qué vas a quererme mucho toda la noche?
+ Eso también.
- Le tengo miedo a esa frase.
Confiesa mirándome desconfiada.
- Los "tenemos que hablar" siempre son por algo malo.
Sus ojitos son un espejo que refleja con claridad sus sentimientos.
+ No tienes que asustarte.
La guío conmigo hasta la terraza donde he dejado el ordenador.
- ¿Estabas cenando?
Mira el bocadillo que aún no termino.
+ Sí, pero llegó una señorita muy fea a interrumpirme.
- Jo, nene, lo siento.
Me pide perdón, culpable.
- Con lo tarde que es.
+ Estás muy mal si piensas que prefiero un bocata que a ti.
Desecho sus disculpas besándola. Tenerla conmigo es todo lo que podría necesitar.
- ¿Qué ibas a decirme?
Se sienta a mi lado, acercándome el plato para que pueda terminar de cenar.
+ He estado mirando billetes para Miami.
No me voy con rodeos.
+ No puedo aplazar el viaje mucho más.
- Vale.
Suelta el aire que estaba reteniendo, lo que me da lástima. Aún no lo pilla.
- ¿Cuándo planeas que viajemos?
+ No, mi amor.
Acaricio su mejilla y tras un par de segundos en silencio me mira ojiplática.
- No.
Se niega rotunda.
- Te prometí que iba a acompañarte...
+ Ya lo sé, pero es imposible.
- ¿Por qué? ¿Cuánto tiempo pretendes ir?
+ Porque tú estás en medio de una gira preciosa.
Le recuerdo orgulloso de ella. Lo está petando en todas partes.
+ Y tienes conciertos todos los fines de semana hasta casi acabar el año.
- Pero puedo ir contigo.
Propone atropelladamente. Su cabecita ya maquina algún plan.
- Viajamos después de un concierto, y volvemos justo para dar el siguiente...
+ Eso no me da tiempo suficiente para hacer todo allí.
Explico dulcemente. Empieza a desesperarse y yo a morirme de pena y ternura a la vez.
- ¿Pero cuánto tiempo necesitas?
Insiste.
- Podemos hacer cuadrar mi agenda.
+ No lo sé, pero no creo que pueda estar aquí con Alex antes de tres semanas, y eso es demasiado tiempo para ti.
Me mira sin decir nada. Se levanta y enciende un cigarro.
+ Deja esto, anda, que te hace mal.
Intento quitárselo, pero forcejea de mala manera.
+ Cielo...
Busco abrazarla, aunque tampoco lo acepta.
+ Venga, Malú.
Narra Malú
Se me forma un nudo enorme en la garganta, y no sé si podré contener las ganas tontas que tengo de llorar. Yo deseando estar todo el rato con Mateo, y él planificando un viaje por tres semanas del que me deja fuera. Al final el amor si es una putada, y lo único que consigue es hacerme sufrir.
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Todos los secretos (Segunda parte)
RomanceUna historia en la que TODOS tienen algo que ocultar