Cuatro años antes, en la segunda fase de la Reunión Suyay qamaña.
—Por suerte no fue una herida más grande.
La pierna de Kumturi tenia unas tres rasgaduras provocados por algún Yuralqo.
Mientras Asiri lo inspeccionaba, Kumturi permaneció en silencio con los brazos cruzados y la mirada gacha.
—¿Tienes alguna otra herida aparte de esta?
Kumturi no respondió.
—Kumturiiii ¿Me estas escuchando? —insistió.
Kumturi cerró los ojos y sus mejillas se tiñeron en un suave color rojizo.
Asiri sonrió.
Te avergüenzas ¿eeeh?
—¿Es porque te cargue?
—...
—No tenía otra opción, tú no podías correr y necesitábamos apresurarnos, de lo contrario...
—No era necesario, lo hubiera logrado solo.
Asiri lo miró con incredulidad.
¿En serio? Cuando te encontré, estabas arrinconado por ese Yuralqo.
—Somos un equipo... —refunfuño Asiri—¿Sabes qué? mejor primero curemos tus heridas.
Sacó la bolsita de hierbas medicinales que Kapuli le había dado
—Mira, esto me lo dio Kapuli, dice que puede curar una herida en tan solo segundos, ¿No te parece genial?
Solo la mirada Kumturi decía que no confiaba en esas hiervas.
Asiri noto su expresión y ordenó:
—Extiende tu pierna te lo pondré yo misma.
—Yo puedo hacerlo.
—Ni lo digas, no hay mucho aquí y tus heridas son grandes además se nota que tu vista esta medio nublada por el dolor, si haces caer un poco de esto, sería un desperdicio.
Kumturi no quería discutirlo, no había modo, así que solo extendió su pierna y cuando Asiri tocó la herida con la hierba, una corriente de dolor recorrió su cuerpo.
—¡Agr!
—Aguanta, terminaré rápido.
Las tres heridas de Kumturi estaban completamente cubiertas de la hierva.
Al ver como Kumturi se retorcía de dolor por cada toque que le daba al aplicar las hiervas, Asiri se sintió angustiada, pero había algo mas que le incomodaba.
Un sentimiento de sentirse observado.
Inconscientemente, levantó su cabeza y sus ojos chocaron con los de Kumturi, quien tenía una expresión extraña de agonía y desconsuelo.
—¿Lo apliqué con mucha fuerza? —Asiri se vio obligada a preguntar y se distrajo con una flauta atado en la faja de Kumturi, añadió—, ¿Tú tocaste la flauta cuando te fuiste?
Kumturi la dejo de mirar y peinó su cabello hacia atrás.
—Sí.
—¿Le hiciste algo? ¿Algún hechizo? ¿Me la prestas?
Las preguntas lo marearon y solo le presto su flauta en vez de responder.
Una flauta color crema, adornada con tres líneas brillantes de color rojo y un zorro carmesí tallado en la parte superior.
Asiri lo observó con cuidado y apreció cada uno de sus detalles.
Me pregunto si....
—¡Toca una música!... toca esa que tocaste cuando nos vimos por primera vez.
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Inestabilidad Emocional
Acak¿Quién necesita las emociones? Obvio que todos lo necesitan para saber que están vivos. Pero ¿y que pasa con ella? Ya sea amor, odio, tristeza o felicidad, no podía controlarlos y se salían de control a una escala de gran intensidad. Debido a un i...
