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Una boda se celebra en el centro de la cuidad, se podía escuchar a las campanas sonar, a la gente platicar afuera y adentro de la iglesia, por último a los pájaros cantar. La alegría y la emoción del novio se miraba a kilómetros por fin iba a unir su vida con la mujer que tanto ama, no sabe en que momento logró estar con ella pero lo que sí sabe es que la cuidará y amara como si el mundo fuera acabarse y espera que ella también lo haga.
Rusia me alegra que hayas venido -dijo con un sonrisa el canadiense mientras se acerca a la chica- ¿Alemania y tu arreglaron sus problemas? -preguntó- Estuvo muy triste desde aquel día que se pelearon
-La rusa miró al canadiense con pena y sonrió por obligación- No, aún no hemos arreglado nuestras diferencias pero no puedo dejar a mi mejor amiga en un día tan especial como este
Oh -dijo el canadiense algo apenado- no sabía, creí que sí, espero que arreglen sus diferencias, tuvieron que ser bastante grandes para que dejaras de ser su dama de honor
No te preocupes -dijo con una voz tranquila Rusia- Te miras muy bien, de seguro Alemania se enamorara de ti como la primera vez
Canadá no pudo evitar avergonzarse por el comentario de la contraria, continuaron platicando hasta que comenzará la ceremonia, que no faltaba mucho.
Por otro lado, la novia se estaba dando los últimos retoques para partir a la iglesia y llevar acabo su unión con su "Futuro esposo, Canadá" por estar perdida en sus pensamientos no se dio cuenta que la chica que se encargaba del maquillaje había términado y la había dejado sola, volvió a su realidad cuando una mano toco su hombro la alemána se dio vuelta de inmediato notando a su padre quien la miraba con una sonrisa en su rostro y Alemania no tuvo de otra que devolvorle la sonrisa aunque no estuviera tan feliz
Que linda te vez Alemania -dijo con un tono melancólico Reich al ver a su retoño por última vez antes que se mudara al continente americano- me recuerdas mucho a tu madre cuando nos cansamos ¿estás nerviosa?
Más que eso -le contesto- Papá ¿tuviste dudas de casarte con mama? -preguntó nerviosa-
-Reich miró con duda a su hija, ese tipo de preguntas eran raras pero de seguro eran los nervios de Alemania que la estaban traicionado- No recuerdo la verdad, puede que si pero una vez que yo vi a tu madre entrar por la puerta de la iglesia toda duda se fue porque sabía que la amaba y que quería vivir el resto de mi vida con ella
-Alemania guardo silencio y sintió como un nudo en su garganta se formaba, todo esto estaba mal- Papá yo-
Cuando Alemania iba hablar tocaron la puerta y era ni más ni menos que Francia la madre de Canadá anunciando que ya era hora de partir, no sin antes comentar lo hermosa que se venía. El transcurso hacia la iglesia fue silencioso Alemania miraba atravez de la ventana viendo como los edificios cambiaban a cada segundo. Muy en el fondo de Alemania espera que un inconveniente se presentará para no llegar a la iglesia pero jamás sucedió. Ahora se encontraba afuera de la iglesia escuchando como las campanas sonaban más fuerte anunciando que la novia había llegado. Su padre estaba a la par suya extendiendo su brazo para que lo tomará y así dar inicio a la boda, sin más ambos comenzaron avanzar por el pasillos de la iglesia todas las miradas de los invitados se dirigieron en Alemania pero la mencionada solo miraba al novio quien la miraba perdidamente enamorado. Reich dejó a la novia frente al altar junto al novio quien tomó las manos de Alemania cuando el sacerdote empezó a hablar la mirada de Alemania estaba concentrada en Canadá hasta que entre los invitados miro a Rusia quien la miraba con una sonrisa y una mirada triste, algo en su estómago se revolvió. Los recuerdos de aquel día se hicieron presente:
