CAPÍTULO ÚNICO

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Recordaba cuando todo era perfecto, pero él no sabía que lo era.

Tenía a unos maravillosos padres a su lado que lo apoyaban en sus decisiones, un hermoso y comprensivo novio, amigos que siempre estaban ahí para él, un perro llamado Bam que era su incalzable compañero de aventuras.

Nunca —o al menos no hasta que se enteró de esa terrible noticia— había apreciado todo lo que tenía, porque simplemente las personas no suelen ver la belleza de lo que los rodea hasta que es demasiado tarde. Ahora se sentía un completo tonto por no haber apreciado todas esas maravillosas cosas que la vida le había dado, pero era imposible regresar el tiempo.

Él no era un mal chico, sino uno normal que iba a la escuela como todos los chicos universitarios, y, aunque sus notas no fueran excelentes o dignas del cuadro de honor, hacía lo que podía por ser cada vez mejor, por superarse para tener un futuro próspero, uno donde pudiera cumplir todas sus metas a lado de las personas que amaba.

Le era fiel a su novio, lo amaba a sobremanera y desde hace unos meses atrás tenían la intención de irse a vivir juntos cuando ambos consiguieran buenos empleos. El pelinegro no consideraba tener nada tan especial del resto de la población, él sacaba a su perro a pasear constantemente y no tiraba basura en la calle, era un buen ciudadano coreano.

Si todo era de esa forma, entonces no entendía por qué justamente él tenía que pasar por toda esa mierda. La primera etapa fue la negación, el coraje de ser precisamente él el elegido para que Dios lo pusiera a prueba.

No había hecho nada malo para merecerse ese castigo, pero simplemente la vida es así. A veces ganas, otras veces te toca ver como simplemente se te escapa de las manos sin poder hacer nada más de lo que ya haz echo, viendo sufrir a los que amas en el proceso.

Jeon Jungkook solía ser un joven risueño, soñador y lleno de vida, o al menos hasta que los médicos le dieron la dolorosa noticia que cambió para siempre sus días.

Jungkook había sido detectado con la enfermedad más espantosa del mundo -o al menos eso creía él-, ya que iba matándole lentamente ante la atenta mirada de sus seres queridos, ninguno de los tratamientos funcionaba porque se había llevado la lotería y aún ni siquiera encontraban una respuesta del por qué se desarrollaba tan rápido el cáncer que envenenaba su cuerpo.

"Jungkook, lo diré sin rodeos... se expresó el médico mirándolo fijamente, en ese momento el pelinegro tuvo un mal presentimiento. Siento decirte que los exámenes revelaron que tienes algunos tumores cancerígenos en la vejiga, por desgracia está muy avanzado, o mejor dicho, estás en etapa terminal. En verdad que lamento mucho esto, muchacho. Quizá podemos alargar tus días si..."

Y definitivamente dejó de escuchar, el shock emocional de lo que le había dicho el médico se quedó muy grabado en su mente, podía oírlo inclusive cuando cerraba sus ojos y se daba cuenta de que toda su vida había cambiado de un instante a otro.

Aún podía sentir la mano de su novio Taehyung apretando la suya fuertemente, a modo de darle fuerzas y hacerle saber que sin importar lo que sucediera estaría a su lado, pero a pesar que querer ser muy valientes y enfrentarlo con la cabeza en alto, ambos rompieron a llorar una vez que salieron del hospital. Estaban completamente aterrados.

Su madre y novio siempre le habían dicho que dejara el jodido vicio del cigarro, ya que fumar una cajetilla de cigarrillos al día no era normal en lo absoluto, pero nunca les había hecho caso, en un principio comenzó por querer verse interesante, pero luego descubrió que su cuerpo se había vuelto adicto a la nicotina. Fue una pésima idea empezar, ahora veía y sufría en carne propia las consecuencias de sus actos, al igual que las personas que le querían.

DEJARTE IR [KOOKV]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora