Prólogo

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...

Era una cena un tanto fría, ya que el Microondas no funcionaba y un regordete de cabello castaño le daba pereza cocinar o calentar una sartén para calentar su comida.

A lo que decidió tumbarse en su cama solo, comiendo su pizza fría, distrayendose con su teléfono los ruidos de gemidos y jadeos de la habitación de al lado.

Su madre, Liane Cartman, estaba teniendo la mejor noche de su vida, ya que era su luna de miel, hace algunos meses se había logrado volver a casar, esta vez con una persona un poco más joven que ella, pero que la amaba de verdad.

Esa noche se habían casado por legalidad, a lo que ya eran hombre y mujer respectivamente, Liane ya no se sentía sola sin solamente un hijo.

Mientras que Eric no apoyaba aquella decisión, a su criterio, su nuevo "papa" no era más que una simple excusa para robar todo de ella, algo así cuando te casaba con un anciano/anciana rico, esperabas que firmara el testamento, fallecía, y todo era tuyo.

Pero Eric creció inteligentemente, y aprendió a no confiar en nadie y en menos en buenas personas, ya que tarde o temprano sería apuñalado por la espalda, burlado o que traicionen su confianza.

Termino de comer su pizza, eructo como simplemente algo que hacía que su comida valiera la pena.

Se levantó para sentarse, y suspirar ante lo incomoda que era la situación, sus ojeras lo reflejaban, se sentía mal, no le gustaba esto, siempre ama cuando su madre está para el, no cuando se encarga de venderse así... 

....

Se asomó a la ventana tratando de que se escuchara menos el sonido consiguiéndolo, allí pudo ver un cielo despejado y con eso el frío era presente temblando un poco, pero el gordo ya estaba acostumbrado a las bajas temperaturas después de todo el tiempo que vivía allí.

Había estrellas más brillantes que otras, algunas parpadean, y otras eran de color verde extrañamente, allí Eric ...pensó...

"Desearia tener algo especial en mi vida..."

Dicho esto vio a la luna, estaba a la mitad, de repente se sintió como ella, sin nadie a su lado verdaderamente, sin su madre, sin amigos que lo aprecien...

Aquella impotencia hizo que cerrara con fuerza la ventana, abriendo un poco la madera y el vidrio agrietándose un poco.

Con algo de furia solo se acostó y arropó enteramente con su cobija mientras apretaba los dientes.

Estaría solo toda la vida por su egoísmo? Lograría escapar de aquello? Odiaba esa sensación agridulce...

Por su cabeza, paso algo de color rojo, rizos...de repente abrió los ojos.

En que mierda estoy pensando?

Las estrellas que conté sin ti || KymanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora