Tras ir de viaje a Red line , nuestra protagonista conoce las consecuencias de pasear sola por dicho lugar , pero recibirá la ayuda de un enigmático y poderoso hombre.
Una simple habitante de Dressrosa y algo que la une al hijo de Big Mom.
A la mañana siguiente , luego de una increíble noche con Katakuri , desperté. Eran casi las ocho de la mañana. Apoyé mi mano en mi estómago , sintiendo la presión que su longitud me género.
Katakuri dormía boca abajo , con una pierna flexionada , la que permanecía recta sobresalía de mi cama.
Que hermoso es.
Tomé una refrescante ducha , tenía que consultar conmigo misma si me iría o no a vivir definitivamente con Katakuri. Establecerme allí , con el.
Me puse a recordar todo ese mes sin verlo. La simpatía con la que se acercó a mí la primera vez en su barco...
Cerré los ojos y una punzada atravesó mi pecho.
¿Qué es esto? ¿Qué es esta angustia?
Era como si el aire no llegara a mis pulmones.
¿Por qué quiero llorar?
Tengo miedo. Quiero estar cerca de él.
Apurada, me dispuse a finalizar la ducha , me puse una remera suelta y un pequeño short y me acurruque a su lado.
Aun quiero llorar.
No me dejes.
No sufras por mis errores o por la envidia de mi hermana.
Estoy enamorada de ti , Katakuri Charlotte.
• • •
No lograba dormir.
¿Por qué imaginar no verlo nunca más me destroza de este modo?
Aunque intenté detener ese episodio angustiante , mi cabeza estaba siendo carcomida. Quería preguntarle si él se sentía del mismo modo.
—¿Ocean? ¿Estás bien?
No estábamos mirándonos a la cara , permanecí aferrada a su cuerpo con mis manos sujetas a él.
—Katakuri...no quiero separarme de ti. Ah...tengo miedo. —¿De qué? ¿Por qué no me miras?
Aun no me dignaba a explicarme.
—Sabes , no quise decir que no iría a vivir contigo... esta casa la compro mi madre. Es importante para mi.—hice una ligera pausa— aun así , si me prometes que podre venir a ver la casa ... —Claro , Ocean. ¿Tu madre esta...? —Desaparecida...hace casi dos años.—Katakuri guardó silencio esperando la continuidad en mi relato , pero eso sería todo.—No estoy segura de querer hablarlo a fondo... —Lo lamento.—me observó compasivo y una reconfortante caricia paso por mis hombros. —Quiero estar así contigo...abrázame por favor.—le pedí hundiéndome en su pecho.
Sus brazos me envolvieron de un modo protector y reconfortante.
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En dos o tres días partiríamos hacia el castillo de Katakuri , me sentía aliviada al contarle sobre la casa de mi madre , tenía la ligera sensación de que él se sintió rechazado cuando no mostré entusiasmo en su invitación.
