CAPITULO 12

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Taehyung paseó de un lado al otro del salón, palmeando suavemente la espalda de Jisoo mientras caminaba. Iba a volverse loco. Después de tres noches en el hospital, se suponía que hoy le daban el alta a Seokjin. Hyungsik y Seojoon habían ido al pueblo a recogerlo y traerlo al rancho.

No le habían permitido ir al hospital como quería hacer. Decidieron y no él, que el lugar más seguro en el que podía estar era el rancho. Había hablado por teléfono con Seokjin, pero eso era todo. Taehyung no sería feliz hasta que pusiera sus ojos en Seokjin y supiera seguro que estaba a salvo.

Cuando escuchó un vehículo detenerse en la entrada de la casa, eso fue todo lo que Taehyung pudo hacer para evitar correr y apartar la tela oscura que había sido colocada en la ventana para evitar que otros miraran dentro. Sólo tenía que sentarse y esperar. Se sentía como un prisionero en su propia casa y estaba atrayendo a todos a su propio infierno personal.

—Ahora sería mejor que me dejaras tenerla.

Taehyung se giró para ver a Ma de pie junto a él, sus brazos estirados por la bebé. Sintió su rostro sonrojarse cuando supo que Ma sabía exactamente lo que estaba pensando. En el segundo en que Seokjin atravesara la puerta, Taehyung estaría sobre él.

—Hoy está un poco quisquillosa Ma —dijo Taehyung mientras le pasaba a Jisoo. —Creo que le están creciendo los dientes.

—Claro —rio Ma—. Y no tiene nada que ver con que sienta tu estrés o que eche de menos a su otro Pa.

Taehyung parpadeó. ¿Su otro Pa? Taehyung se sentía como si un tren lo hubiera golpeado por las palabras de Ma. Nunca había pensado en ello de esa manera. Tan pronto como se casaran, Seokjin sería el otro Pa de Jisoo. Taehyung empezó a sonreír, de repente sintiéndose mejor.

Ma sólo sacudió la cabeza y sonrió a Jisoo. —Voy a darle el biberón y a acostarla para una siesta en mi habitación. Tómate todo el tiempo que necesites.

—Seokjin querrá verla. —Taehyung sabía que querría.

—Y puede —contestó Ma—. Sólo consigue que se instale primero, luego ve a buscarla. Imagino que Jisoo también quiere ver a Seokjin.

Taehyung frunció el ceño preguntando. —¿Crees que eso es posible Ma?

—¿El qué hijo?

—¿Que Jisoo se sienta unida a Seokjin tan pronto?

—Por supuesto que sí. Seokjin la ama tanto como tú. Los bebés saben esas cosas. Pueden sentirlo cuando la gente los abraza, sentir sus intenciones. Las únicas intenciones de Seokjin son amar a Jisoo y mantenerla a salvo y lo sabe.

Taehyung rezaba para que Ma tuviera razón. Asustaba un poco juntar a dos familias. Los sonidos de pasos en la puerta hicieron que la respiración parara en la garganta de Taehyung. Giró, su corazón acelerado en su pecho, y esperó a que la puerta se abriera. Probablemente era la espera más larga de toda su vida. El rostro pálido, deteriorado que entró era más hermoso que nada de lo que Taehyung hubiera visto nunca.

—Jin —soltó la respiración y corrió a través de la sala para agarrar las mejillas de Seokjin entre sus manos.
—Oh dios, te he echado tanto de menos.

—Tae.

Los brazos de Seokjin envolvieron a Taehyung, su rostro enterrado en su pelo. Taehyung podía sentirlo temblando. Sólo se quedaron allí por varios minutos, Seokjin sosteniendo a Taehyung como si nunca quisiera soltarlo. Taehyung finalmente se echó atrás y alzó la mirada al rostro de Seokjin.

—¿Cómo te sientes?

—Mejor ahora.

Taehyung sonrió. Podía sentir lágrimas picando en sus ojos. —Nunca me vuelvas a hacer esto de nuevo. No puedo soportarlo.

LA FAMILIA (Libro V)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora