-Nos encontramos nuevamente preciosa.
-Ladybug, ¡me llamó Ladybug! -Se cruzó de brazos.
-¿Por qué te molesta que te llame preciosa? -Le pasó un brazo por los hombros. -¿Has visto lo perfecta que luces en tu traje de heroína? -Se sonrojo. -No puedo solo llamarte Ladybug. ¡Eso seria faltar a mis principios de caballero!
Ambos chocaron sus miradas y ella lo alejó un tanto sonrojada. No le gustaba Chat Noir, pero se sentía halagada por sus palabras.
-Estoy aquí por el temblor. Supongo que también lo sentiste.
-Si, pero lo que es más extraño es que no haya sido precisamente por la tierra. Algo lo provocó. -Vio en ella cierto miedo. -¿Tienes miedo? -Ella bajo el rostro. -Vaya -Colocó sus manos detrás de su nuca. -Pensé que eras mejor superhéroe.
-¡No te burles! -Se molestó. -Hablas demasiado, pero seguro jamás has luchado contra un villano.
Se colocó frente a ella y le sonrió para tocarle la punta de la nariz.
-Tú tampoco -La tierra volvió a moverse y ambos se observaron. -Iré a investigar. -Agarró su bastón cuando un kwami desconocido para ellos apareció.
-Ladybug, Chat Noir, el guardián de los miraculous los esta esperando.
Los dos jóvenes se miraron entre sí y pronto se vieron en un apartamento pequeño con un hombre algo mayor.
Adrien lo reconoció instantáneamente porque lo había salvado en su firma de autógrafos.
-¿Lo conoces? -Le preguntó a la chica y ella aceptó.
-Lo vi hace un año, cuando me dio el miraculous.
-Soy el maestro Fu, el guardián de los miraculous. -Sonrió -Me alegra ver que finalmente se conocen.
-Disculpe maestro Fu, ¿puedo preguntarle algo?
-Claro Ladybug...
-¿Por que nos hizo venir hasta aquí? Nosotros... quiero decir, en París no hay villanos... llevo más de un año con el miraculous y-
-Hace un año, dos de mis miraculous fueron robados. Para ser más precisos el miraculous del pavo real y la mariposa. -Se entristeció. -Por esa razón te entregue el miraculous esperando un ataque de quienes los tienen. -Miro a Chat Noir -Y estuve esperando por ti durante todo el año desde que supe de tu existencia.
-Hay algo que me pone inquieta... nosotros somos inexpertos... no sabemos nada...
-Deben conocerse mejor. -Sonrió -Entre ustedes debe existir un lazo irrompible -Chat Noir se sonrojo. -No hablo de un interés amoroso, si no algo mas profundo.
-No creo que entre nosotros se forme ese lazo. -Miro mal a su compañero. -Me has dado al peor compañero del mundo.
El gato también observó mal a Ladybug y se levantó.
-Ella tiene razón -La señalo -No hay forma de que entre nosotros haya algo. -Camino hacia la ventana. -Trabajaré por mi lado, no quiero a una chica como ella conmigo. -Se fue.
-¡Ya lo vio! -Camino hacia la ventana. -¡Largate! ¡No te necesito! -Cruzó sus brazos.
-Ladybug no puede luchar sin Chat Noir. -Ella observo al guardián. -Durante siglos a sido así. -El maestro Fu se acercó a la caja. -Los lazos de los que hablo son más que tener confianza. -Volvió su vista hacia la chica. -Es dar todo por el otro. Saber lo que quieren hacer con solo una mirada. Conocerse tanto como nunca pensaron conocer a nadie. -Una sonrisa triste apareció en sus labios.
-No se puede tener una conexión así de fuerte con alguien a quien no amas. -Le dijo ella. -Solo el amor por esa otra persona puede darte esa unión de la que habla.
-Confío en ti y en Chat Noir para que me devuelvan mis miraculous. -Se giro y sonrió. -Y confío en que esa conexión entre ustedes existirá.
Ella no sentía lo mismo.
Solo sintiendo algo por el podría suceder algo así. Pero ella no sentía nada. Sus sentimientos estaba tan aferrados a Félix que no podía ver más allá.
Vio la torre Eiffel ante la hermosa luz de la Luna y pensó en que jamás podría ser una buena heroína.
Tenía miedo, miedo a fallar, a no poder protegerse a ella ni a nadie. Quería ser fuerte, confiar en su fuerza para lograr cualquier cosa. Pero cuando pensaba en su vida como civil, todo se desmoronaba.
-Vamos Ladybug -Golpeo suavemente sus mejillas. -¡Tu puedes!
Tenía que lograrlo. Debía encontrar esos dos miraculous y vencer a quienes los habían robado.
Así que obligatoriamente debía llevarse bien con Chat Noir. Para bien o para mal era su compañero y nada de eso cambiaría.
-A ver... -Saco su yoyo y buscó en el su contacto. -Es cierto, no lo tengo. -Volvió a colocar el yoyo en su cintura. -¡Eres un idiota Chat Noir! -Exclamó furiosa.
-Garras fuera -Se tiró a la cama mientras veía el techo de su habitación. -No entiendo porque le caigo tan mal. ¿Tu lo entiendes Plagg?
-Yo no entiendo a los humanos Adrien. -Tomó su queso en sus manos. -Pero creo que tu actitud coqueta no le gusta mucho. A mi me parece genial. -Se trago su queso.
-Solo quiero ser dulce con ella. -Sonrió -Expresarle que me parece la chica más hermosa del mundo. -Sus mejillas se colorearon de rojo. -No puedo creer que le moleste eso.
-Eres un desconocido para ella. Se acaban de conocer. Dale un poco de tiempo.
Quizás Plagg tenía razón, él debia darle su tiempo a Ladybug. No podía solo ir y decirle bellezas sin conocerla bien. También debía respetar los sentimientos de ella como siempre lo había hecho con todos.
-¡¿Por que no me contaste antes?! -Grito Alya. -¡Te le confiesas a Félix y soy la última en enterarme!
-¡Pasaron muchas cosas! -Se sonrojo. -Félix me dijo que sólo siendo amiga de su primo puede siempre conmigo. -Jugó con sus dedos. -Y... ahora tengo esa responsabilidad...
-Si, y la de ser Ladybug también. -Vio a su amiga. -Es peligroso que te involucres tanto con ellos. No sólo pones en riesgo tu identidad si no que puedes enamorarte de los dos al mismo tiempo.
La chica de coletas nego con su cabeza.
-No sucederá. Porque yo solo tengo ojos para Félix. Ha sido así por más de un año y no cambiare eso. -Dijo determinada. -No hay forma de que puede amar alguien más que no sea él.
-¿Y tu compañero? -Marinette hizo una muñeca de desagrado.
-Podría enamorarme de Adrien antes que de ese tipo.
Aunque de cierta forma, muy dentro suyo, Chat Noir le parecía un poco, solo un poquito atractivo. Nada más.
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Sentimientos Confusos - LadyNoir / MariChat × Felinette [Fanfic] 🐞
Fanfiction¿Félix o Adrien? Marinette obtuvo el miraculous de la creación gracias al maestro Fu. Y a pesar de ser una heroína jamás ha salvado París de ningún villano. Su corazón le pertenece a Félix. Un chico popular dos años mayor que ella pero que es suma...