Siempre Tú [RESUBIDA]

Capítulo 27.

Lorena

-Joder -susurra, sorprendido ante mi petición.

Guía su mano derecha con precisión a mi cuello y, con autoridad y ternura a partes iguales, me besa con una necesidad y una pasión, que me hace saber que he tomado la decisión correcta. Se separa un segundo para sonreír y vuelve a besarme lentamente.

-Te quiero -vuelve a susurrar antes de darme muchos picos seguidos-. Te quiero mucho -repite besándome toda la cara.

-Yo también te quiero -río al notar que no tiene intención de separar su boca de mi piel-. Y te he echado de menos, aunque me haya hecho la dura estas semanas.

-Yo sí que te he echado de menos, ni te imaginas cuánto -suspira, para volver a besarme-. De verdad que siento todo lo que ha pasado.

Sonrío mientras asiento con la cabeza y ataco sus labios con necesidad. Seguimos así durante unos minutos, hasta que alguien entra en la habitación.

-Bueno, veo que ha ido bien -dice Jesús entrando-. Pero, ¿es necesario que os lo montéis en mi cama?

-Menos mal, ya pensábamos que ibais a estar deprimidos y distanciados para siempre -suspira Lucía de buen humor-. Vamos a ir al cine a ver la nueva de Marvel, ¿queréis venir?

-No -niega Dani rotundamente-. Nosotros nos quedamos aquí a recuperar los besos que nos debemos.

-Qué cursilada, por dios -se queja Jesús haciendo una mueca de asco-. Pasadlo bien. Y por el amor de Dios: ¡iros de mi habitación!

Suelto una carcajada ante su comentario y abrazo a Dani mientras veo cómo Lucía y Jesús se marchan. De un momento a otro, me pongo de pie y le tiendo la mano a Dani, que la coge sin dudar y se acerca a volver a besarme.

-En realidad me apetece salir de casa, hace muy buen día -digo con una sonrisa-. ¿Llamamos a Lucas y merendamos en la cafetería de siempre?

-A mí me apetece quedarme aquí... -susurra comenzando a besarme el cuello.

-Pues a mí no -río separándome de él-. Venga, llámale y nos vemos allí.

Daniel

Cuando llegamos a la cafetería, más de media hora después, nos encontramos con que Lucas ya ha llegado y está sentado con una chica en una de las mesas del fondo. Siempre nos sentamos en el mismo sitio porque es el más discreto de toda la cafetería y así nos evitamos que nos reconozcan. En Mairena ya nos tienen muy vistos, pero nunca está de más tomar algunas precauciones.

-Buenas tardes -sonrío cuando llegamos a su lado-. Sí que habéis llegado rápido.

-Es que vosotros habéis sidos muy lentos -ríe Lucas dándome un abrazo, para después acercarse a Lorena y repetir el gesto-. Me alegro de que lo hayáis arreglado.

-Madre mía -susurra su acompañante mirándome emocionada-. Tú eres Daniel Oviedo. Y tú eres su novia, Lorena.

-Te lo he dicho -carcajea Lucas mirándola-. ¿Es que no me has creído cuando te he dicho que soy su seguridad?

La chica niega con la cabeza obvia y me acerco a darle dos besos con una sonrisa.

-Dani, Lore, ella es Miriam -nos presenta Lucas de buen humor-. Miriam, creo que a ellos ya les conoces.

Después de las presentaciones, nos sentamos con ellos en la mesa y pedimos lo que vamos a tomar antes de perdernos en una de nuestras múltiples y abstractas conversaciones. Durante horas, Miriam nos habla de ella y nos cuenta cómo conoció a Lucas. Nosotros ya habíamos oído hablar de ella, pero hasta ahora no la conocíamos. La verdad es que es simpatiquísima, una chica increíble.

-Voy a llamar a mi hermano para que se acerque con Lucía -decido levantándome de la mesa con el móvil en la mano-. Ya habrá terminado la película.

Todos asienten y le doy un beso a Lorena antes de alejarme de ellos y marcar el número de Jesús.

Lorena

-¿Ya estás más tranquila? -ríe Lucas cuando Dani se aleja-. Te dije que lo terminaríais arreglando.

-No era tan fácil, ya lo sabes, pero sí, ya estoy mucho más relajada con él -sonrío bebiendo de mi taza de chocolate caliente-. Oye, Miriam, ¿y tú a qué instituto vas?

-A uno cerca de Triana, yo no estudio en Mairena -contesta con una sonrisa tímida-. Vosotros vais todos al mismo, ¿verdad?

-Sí, estudiamos juntos -sonrío mirándola-. Ahora va a venir Lucía, la novia de Jesús y mi mejor amiga. Ya verás, te va a caer genial.