KATHERINE
—Katherine... —me llama por octava vez Tanner.
Suelto un suspiro agónico.
—Como no te calles te juro que te voy a tirar lo primero que encuentre a la cabeza.
—Me parece muy bien que saques tu lado violento, pero prefiero que te levantes de la cama antes.
Suspiro de nuevo.
Dormir en la misma habitación que Tanner es como vivir con padres estrictos.
Me levanto de la cama y estiro la mano para mirar el móvil.
Son las 8:15 de la mañana.
Lo fulmino con la mirada.
—¿Se puede saber que haces despertándome un domingo tan pronto? Los fines de semana son para dormir hasta las doce de la mañana, no hasta las ocho.
—Créeme que el motivo te va a parecer muy válido.
—Más te vale.
—¿Recuerdas cuál era mi parte del trato si tú aceptabas fingir una relación conmigo?
Claro que me acuerdo. Llevo desde el sábado de la semana pasada pensando en ello.
Su parte del trato era ayudarme a encontrar información sobre mis padres.
La verdad es que al principio no creía mucho en que el me fuera útil de verdad, pero desde el descubrimiento de la foto que hice la semana pasada, creo que el demonio rubio me puede ser de mucha utilidad.
—Ajá.
—Pues si quieres que te ayude tienes que estar lista en diez minutos —dice y no se molesta en agregar nada más, ya que sale por la puerta.
Me paso una mano por la cara mientras intento despertarme,
Lo primero que hago al levantarme es ir hacía mi neceser y buscar ahí la foto y el pendrive.
A la mañana siguiente del día en el que descubrí las dos cosas, transporte algunas cosas de mi antigua habitación. Entre ellas mi neceser. Aún no he encontrado el momento para conectar el pendrive a algún dispositivo y ver que esconde dentro, pero no creo que tarde mucho más en hacerlo.
Los devuelvo a mi neceser y lo guardo.
Si quiero llegar a tiempo tengo que vestirme ya.
El hecho de tener esa foto y ese pendrive es un as que me voy a guardar bajo la manga, o por lo menos la foto. Tengo cierta curiosidad por saber cómo piensa "ayudarme" con el tema de mis padres.
Agarro la primera camiseta que encuentro y unos vaqueros.
☆
TANNER
Ve a la biblioteca.
Te estoy esperando.
Me contengo para no poner los ojos en blanco. Ni un sticker, ni un puto emoji. Este ser es uno de los más secos y bordes que he tenido la desgracia de conocer.
Salgo de la habitación —a regañadientes y con todo el asco del mundo — y me dirijo a la biblioteca.
Me intento contener, pero no soy capaz. Saco el móvil de mi bolsillo y abro el chat con Tanner.
Eres un borde hasta para mandar un mensaje.
¿Y a ti ahora qué te pasa?
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La nueva obsesión
Любовные романыCon dieciséis años creí tocar el infierno. Con diecisiete me enviaron a él. Y con dieciocho experimenté el placer de fundirme en llamas junto a la pareja de hermanos más hermosamente peligrosos que jamás he tenido el placer de ver.