Capítulo 53.- Sin evidencia

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Con eso, Janet finalmente salió de casa.

Mientras observaba su silueta alejarse, Ethan no pudo evitar sentirse triste y decepcionado.

Aunque, después de pensarlo unos segundos, él soltó un profundo suspiro, agarró su chaqueta y decidió ir tras la joven.

Eran los últimos días de junio y hacía bastante calor. De vez en cuando, un ligero viento refrescaba y ondeaba la larga cabellera de Janet.

Pero, ¿hacia dónde se dirigía ella? Ethan no tenía la más mínima idea. A juzgar por lo indignado de su tono, quizás estaba diciendo la verdad y no había mentido respecto a que no había vendido el anillo de su madre.

El hombre se apresuró y siguió a su esposa de cerca. Pero con cada paso que daba, se sentía peor, pensando que tal vez la había acusado injustamente.

Después de pasar dos calles y un semáforo, Janet cruzó la carretera y entró a una tienda de segunda mano.

Entretanto, Ethan continuaba tras ella sigilosamente.

"¡Quiero ver a la gerente de esta tienda!", Janet exclamó al mismo tiempo que golpeaba el mostrador con la sortija falsa. Era innegable que tenía un rostro hermoso, aunque, en este momento, su expresión era más gélida que el hielo.

"Señora, ¿qué la trae por aquí tan pronto? ¿Necesita algo?", al escucharla, la gerente levantó la vista e interrumpió su conversación con un cliente, curvando sus labios en una brillante sonrisa.

Cruzando los brazos sobre el pecho, Janet espetó con desdén: "Le exijo que me devuelva mi anillo".

"¿Perdón? ¡Pero si lleva su sortija en el dedo, señora!", respondió la mujer, sin mover un ápice de su hipócrita gesto.

"Usted me engañó vilmente y reemplazó mi anillo, ¿cómo puede tener la audacia de negarlo?", Janet estaba tan furiosa que parecía que iba a abalanzarse sobre la gerente de la tienda en cualquier instante.

En cuanto la escuchó, la mujer se puso ligeramente nerviosa y replicó: "No sé de qué habla. ¿Acaso está tratando de chantajearnos con un anillo falso? Aquí somos una tienda honesta, ¡no es la primera vez que alguien intenta hacernos una mala pasada!".

Janet torció la boca en una mueca, y mientras hablaba, le dirigió una mirada llena de ira: "¿Por qué no revisamos las imágenes de la cámara de vigilancia? ¡Estoy segura de que este no es el anillo que dejé aquí ayer!".

Tratando de mantener la compostura, la gerente de la tienda se dirigió a uno de sus empleados y espetó: "Haz lo que dice".

Al ver lo tranquilo que estaba el personal de la tienda, Janet se dio cuenta de que cada uno de ellos se había puesto de acuerdo para engañarla. ¡Resultaba que toda esta artimaña era premeditada!

Por si fuera poco, la nitidez del video era terrible y estaba tan pixelado que no se podía ver la sortija con claridad.

Inicialmente, Janet se había preguntado por qué la gerente de la tienda seguía tan relajada después de hacer algo tan soez. Lo que no sabía era que la mujer tenía la certeza de que el video no podría demostrar su culpabilidad debido a su pésima calidad.

"Señora, le voy a pedir que se retire ahora mismo. Ya revisó nuestro video de vigilancia y usted misma comprobó que no cometimos ningún delito. Si sigue causándonos problemas, me temo que tendré que llamar a la policía", luego de decir esto, la gerente de la tienda le arrojó el anillo falso a Janet y esbozó una sonrisa victoriosa, sintiéndose satisfecha de haberse salido con la suya.

De hecho, varios de los empleados habían rodeado a la joven, como intimidándola para que se marchara.

Mientras tanto, Janet se estaba quebrando la cabeza en busca de una solución cuando algo se le ocurrió. Forzando una sonrisa, ella se acercó a la gerente de la tienda y volvió a colocar la sortija falsa en el mostrador: "Tiene razón, perdón por alterarme. Usted me ofreció ayer una excelente oferta por mi anillo y acabo de decidir que sí lo quiero vender. Tome, aquí lo tiene. ¿Me pagará con cheque o en efectivo?".

La Novia Más Afortunada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora