|One- Shot| Estaba encerrado, estaba perdido la estaba buscando. Todos los sentimientos negativos se mezclaron. Cuando por fin fue liberado, allí estaba esa persona que mentía de la peor manera pero al mismo tiempo sabía amarlo de una forma única...
Tan solo verlo le provocaba golpearlo, él estaba allí paseándose como si fuera un pavo real presumiendo su bello plumaje y no dudaba en molestarla.
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La mayoría de las veces que habían terminado juntos era por culpa de la bebida y porque Satoru tenía demasiada confianza con ella. Utahime siempre le llevaba la contraria, le respondía con tonos cortantes y hay veces gritando. El humor de ella era bastante calmado con los demás, pero cuando "El chamán más fuerte" de 1,90 metros de altura le dirigía la palabra a modo de burla, la calma de Utahime se iba por el precipicio.
Satoru adoraba picarla con comentarios muy directos y siempre le recordaba que por culpa de su carácter ella no tenía novio.
Antes de que Satoru quede encerrado en la prisión confinadora, él solía ser tipo más arrogante e insoportable con una ligera mezcla de burla. Era como fusionar a un payaso de circo con el asesino más cruel del mundo, el resultado daba "Satoru Gojo".
Antes era así, calmado y confiado se acercaba a Utahime y después de dos horas ya estaban enredados en las sábanas del departamento de cualquiera de los dos.
La última vez le había dicho tantas mentiras que al final después de la sesión más alocada y única de placer a su lado, Utahime admitió que le mintió. Ella lo quería a su modo.
──────•❥❥❥•────── Después
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Satoru fue liberado de la prisión confinadora e inmediatamente desafiado a pelear con Sukuna en una fecha específica, el "Rey de las maldiciones" se había apoderado de Megumi.
Las malas noticias no terminaban allí, el tipo más serio y confiable que conocía ya no existía. Nanami Kento estaba muerto y de Nobara no se tenían noticias.
Después de un breve descanso y chequeo médico realizado por su leal colega la doctora Shoko, Satoru se quedó solo pensando en varias cosas al mismo tiempo.
Salió del lugar quería despejar su mente y tal vez comer dulces, muchos dulces; hasta que apareció la persona más especial.
¿Por qué Utahime era especial?
Porque esa mujer solía apagar el fuego aumentando más gasolina. Estaba tan acostumbrado a sus rabietas que hasta llegó a extrañarlas durante el tiempo de su ausencia.
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A diferencia de su típico atuendo, ahora Satoru se veía con indumentaria blanca, sin la venda negra y tampoco sin sus gafas que las usaba siempre para esconder sus ojos.
