La Novia Más Afortunada.

Capítulo 74.- Se encuentra de nuevo con Elaine

Al día siguiente después del trabajo, Janet fue a un centro comercial cercano.

Este centro estaba en la calle comercial más bulliciosa de la ciudad. Había algún tipo de actividad divertida, y muchos niños actuaban en un escenario mientras la multitud los vitoreaba y aplaudía.

Cuando Janet quiso entrar al centro comercial, la multitud casi la atropella. De pronto, una mano fuerte la agarró del brazo y tiró de ella hacia atrás.

Cuando Janet se dio la vuelta, vio a Christopher que le sonreía. Vestía una camisa de mezclilla azul y jeans a tono. "Ten cuidado, de lo contrario, podrían arrastrarte al escenario para que actúes".

"Gracias, Chris", dijo Janet y sonrió con timidez mientras se alisaba el flequillo. "¿Por qué estás aquí?".

"Fui a la tienda de comestibles cercana a comprar algunas cosas que necesitaba", dijo Christopher y levantó las bolsas de compra para mostrarle. "¿Tú a qué viniste?", preguntó, arqueando las cejas.

"Vine a buscar un regalo para mi esposo". Janet miró hacia otro lado con las mejillas encendidas de rubor.

La sonrisa en el rostro de Christopher se borró en un instante y su corazón se hundió en la depresión. Sin embargo, forzó rápido una sonrisa, tratando de parecer normal. "¿Por qué no lo trajiste contigo? ¿Necesitas que te ayude en algo?".

Christopher rara vez tenía la oportunidad de estar a solas con Janet, por eso, quería quedarse con ella ahora, aunque tuviera que ayudarla a elegir un regalo para su esposo.

Temerosa de que a Ethan no le gustara su elección de regalo, Janet pensó que era una buena idea contar con la opinión de un hombre. Así que, después de pensarlo un momento, asintió. "Está bien, gracias, Chris".

Entonces, entraron juntos a una tienda lujosa de productos de cuero.

Christopher miró un poco a su alrededor y luego le entregó a Janet una billetera de cuero marrón rojizo. "Las billeteras aquí son de buena calidad. ¿Qué te parece esta?".

"Sí, me encanta el color", dijo Janet con ojos brillantes. "Tienes muy buen gusto, Chris".

El joven sonrió con amargura.

Ambos estaban muy ocupados examinando la billetera, por lo que no vieron a Elaine que los miraba a través de la puerta de vidrio.

Elaine acababa de salir de una tienda de ropa frente a la marroquinería y la sangre se drenó de su rostro al ver a Janet y Christopher interactuando con tanta intimidad.

'¿Están juntos?', se preguntó.

Elaine no había podido encontrar un buen trabajo después de que la despidieran del Grupo Larson. Se tuvo que conformar con trabajar para una pequeña empresa, para poder llegar a fin de mes.

Su patética vida solo aumentó su odio hacia Janet. Sentía que esa mujer había arruinado su brillante futuro.

Entonces, cuando vio a Janet y Christopher comprando felices en el centro comercial, la bilis subió a su garganta.

Pensó que Janet era una zorra que había seducido a Christopher después de unirse al Grupo Larson.

Janet y Christopher estaban ocupados eligiendo la billetera adecuada, cuando escucharon la voz de Elaine. "¡Hola! ¡Qué sorpresa encontrarlos juntos aquí!".

Después de una pequeña pausa, Janet se forzó a sonreír. "¡Elaine! ¡Tanto tiempo sin verte!".

El mundo era demasiado pequeño, después de todo.

Como Christopher no la conocía bien, saludó a Elaine con un cortés "Hola".

"¿Les gustaría cenar conmigo? Hace mucho tiempo que no nos vemos. Después de todo, fuimos compañeros de escuela. Y Lind, quiero disculparme por lo que pasó. Realmente malinterpreté las cosas".

Elaine sacudió la cabeza con tristeza y miró a su alrededor, sin intenciones de marcharse.

"No, gracias, pero me voy a casa a cenar". Janet la rechazó con una sonrisa cortés.

Sabía muy bien que Elaine era una hipócrita.

Además, no tenían una relación tan buena como para cenar juntas.

Christopher no se anduvo por las ramas y dijo sin rodeos: "Elaine, no creo que seamos lo suficientemente cercanos como para cenar juntos".

El rostro de Elaine enrojeció de vergüenza y se quedó callada.

Dicho esto, Janet y Christopher dejaron las billeteras, con la intención de irse.

Sin embargo, tan pronto como Janet llegó a la puerta, el sensor antirrobo se puso rojo y comenzó a sonar fuerte, sorprendiendo a todos.