Capítulo 92.- Le importas

779 46 0
                                    

"Bien. Olvídalo entonces", soltó Janet para enseguida levantarse y recoger su ropa del sofá.

"¿Qué sucede contigo?", cuestionó Ethan de ceño fruncido al tiempo que le agarraba la muñeca.

Y es que el cambio drástico en su reacción lo sorprendió.

"Nada", respondió ella mientras retiraba la mano del agarre de él.

De todos modos ella decidió mantener la calma y no revelar sus emociones.

Ella se había casado con Ethan solo para cubrir los gastos médicos de Hannah, y no tenía ninguna expectativa de él. Además, el divorcio siempre fue una opción en caso de que él descubriera que ella no era Jocelyn, la mujer con la que se suponía que se casaría.

No obstante, saber que él no se preocupaba por ella le llenó el corazón de decepción.

Tal vez, se había encariñado con él sin darse cuenta dado que se habían vuelto íntimos.

"Ya no puedes tocarme ni besarme. Solo somos una pareja de papel, Ethan. Si te atreves a tocarme de nuevo, me iré de esta casa", espetó ella, pues ya no estaba de humor para siquiera hablarle.

El rostro del hombre se oscureció en un segundo. "¿Dije algo malo? Lo siento si lo hice".

Él nunca había tenido la oportunidad de hacerle el amor, y ahora ni siquiera le permitía tocarla.

"No hiciste nada malo. Estoy bien", replicó ella, pero dio un paso atrás para mantener distancia, y ocultando su decepción, volvió a su habitación.

Ethan se dio cuenta de que Janet estaba molesta por algo, y aunque tenía una aguda intuición como hombre de negocios, no podía entender lo que estaba pasando por la mente de su esposa ni lo que la estaba molestando.

Ante eso, estaba abatido. ¿Cómo podía ella privarlo del derecho a besarla?

Él solo se había apoyado en su hombro, pero no hizo nada para ofenderla.

Cabe destacar que ya se habían besado innumerables veces en el pasado, y ella nunca se había resistido.

'¿Qué es ese repentino cambio en su actitud?', se preguntó.

Janet salió de su habitación durante la cena, y si bien una leve sonrisa adornaba su rostro, no era tan genuina como la de unos días atrás.

Ethan estaba molesto y confundido, pues la creciente distancia lo incomodaba.

Más tarde esa noche, él llamó a Garrett, y repicó varias veces antes de que este le atendiera.

"Estoy ocupado ahora. ¿Qué pasa? ¿No puedes chequear la hora antes de llamarme?", soltó Garrett en un gruñido de frustración. Como podía escuchar el viento al otro extremo de la línea, asumió que Ethan estaba parado en el balcón.

"Tengo algo que preguntarte. Después de eso, puedes continuar con lo que sea que estés haciendo", dijo Ethan con una botella de cerveza en su mano mientras miraba a lo lejos con sus ojos oscuros.

El apartamento estaba cerca de la playa, por lo que el aire tenía un toque salado. A pesar de que era refrescante, en el estado emocional en el que él se encontraba, parecía roer su corazón.

"Bien, adelante. Te acabas de casar, pero todos a tu alrededor no pueden estar tranquilos. Dios, qué molesto", dijo Garrett al tiempo que se rascaba el cabello porque su deseo de tener sexo murió en un instante, y tras palmear a la mujer en su cama, estuvo atento a lo que Ethan tenía que decir.

Después de escuchar la historia completa, se echó a reír.

"¡Felicidades! A tu esposa le importas".

La Novia Más Afortunada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora