AMANTES | Hyunlix

[ 004 ]

Los dos omegas y su novio se encontraban en la cafetería almorzando como siempre, pero esta vez sin Felix, que no había asistido a la universidad.

—¿Saben por qué no a venido Felix hoy? —Jeongin preguntó mientras le daba una mordida a su sándwich.

—Ayer me dijo que su celo había comenzado, pobrecito —susurró Jisung en el oído contrario, pero no pareció ser tan cuidadoso por qué el alfa alcanzó a oír lo que el castaño había dicho.

Supo que tenía que ayudar al pequeño, ni se quería imaginar el dolor que debe estar sintiendo, así que ideó el plan perfecto para huir de "su Omega", que su lobo siempre le indicaba que no era el indicado, pero ¿a él le gustaba? Ni lo sabía, tal vez sólo lo atrajo su olor a chicle de fresa.
Fingió revisar su celular y leer un mensaje para luego hablar.

—Cariño, lo siento, pero tengo que irme, mi hermana parece necesitar mi ayuda, ¿te veo mañana? —beso los labios de su novio antes de salir corriendo de la cafetería.

Estaba apunto de salir directo hacia la casa de Felix, cuando recordó que no sabía dónde vivía, sabía que él Omega se negaría a dársela y ayudarle. Pero como Hwang era alguien inteligente, fue hacía la oficina del director y le pidió que le diera la dirección de el rubio.

—¡Dame la puta dirección! —luego se lamentó internamente por haber usado su voz de Alfa. Pero gracias a eso la consiguió, salió corriendo hacía el lugar indicado.

En cuanto estuvo en la puerta sus fosas nasales se llenaron de un dulce y fuerte aroma a vainilla, era delicioso.
Tocó insistentemente la puerta hasta que apareció Felix vestido solo con una camisa que llegaba hasta sus muslos.

—Uh, ¿q-qué s-sucede? —su voz sonaba rota mientras hablaba, luchando para no ir a restregarse contra Hyunjin como su Omega se lo pedía a gritos, que siempre pasaba sus celos solo.
Fue entrando lentamente en el departamento haciendo al otro retroceder.

El Alfa acorraló a Felix contra la pared, posicionó una de sus piernas entre las del rubio, colocó una mano en su delgada cintura, haciéndolo gemir por el roce con su miembro y la cercanía.

—¿Me permites ayudarte, pequeño? —dejó un beso en el cuello del omega, quien poco a poco comenzó a frotarse contra el muslo de Hyunjin.

—Mhg, si~ —claramente no quería hacer esperar al menor, se tardaría bastante encontrando la habitación, y lo más cercano era la sala, a la que se dirigió junto al otro, segundos después de haber echo los cálculos.

Recostó a Felix en el sofá, quitó su propia ropa rápidamente al igual que la única prenda que llevaba el rubio, sabía que no necesitaba prepararlo, así que entró en él de una manera suave, se movía lento pero haciendo que él Omega rodara los ojos, disfrutándolo, si ya era muy sumiso, ahora estaba lo triple y Hyunjin amaba eso.