Chapter VII ☁️

609 37 1
                                    

No podría explicar con simples palabras el asco y la repulsión que sentía ahora mismo hacia mi mente y sus creaciones.
Quería despegarme de mi cerebro, empezar una vida nueva sin defectos mentales tan aterradores.
Saber todo lo que había pasado por mi mente y lo que ésta podía crear, sustituir o incluso suprimir era una carga en el pecho para mí.
Pero no había decepción alguna capaz de compararse con la que sentí cuando Dana pronunció esas palabras. ''Aiden no es real''.
Que la única persona capaz de comprender a todos mis demonios viva no existía. Y que mi imaginación era capaz de crear cosas destructivas que irían persiguiéndome durante años.
Eso era el peor de los sentimientos que había experimentado.

Llevaba tres días encerrada en casa, metida bajo las sábanas, y consumiendo la poca comida que tenía en la cocina.
No había tocado el cuaderno para escribir sobre ello, todavía tenía la esperanza de que todo hubiese sido una broma pesada, de que Aiden estaría en su psiquiátrico contando los días para salir y localizarme.
Tenía muchas esperanzas, siempre las tenía. Pero, por primera vez, algo dentro de mí me decía que debía afrontar la realidad. Dejar el pasado y salir ahí fuera.
Una fracción de mi corazón gritaba que todos tenemos defectos y que esto era parte de mí. Y otra, simplemente no gritaba, porque sabía que si mi parte negativa pronunciaba algo de esto, iba a sumergirme en la tristeza, en la decepción y en la frustración, preguntándome por qué soy como soy.
Siempre creí que mis problemas mentales no eran relativamente graves. Y ahora ya podía sentir la locura en todas mis células.
No podía seguir mucho tiempo así...

Aquel día me había ido corriendo, dejando a Dana con la palabra en la boca. Unas horas después vi sus llamadas perdidas y hablé con ella para decirle que todo estaba bien, que sólo necesitaba tiempo para pensar y procesar todo lo que me había dicho.
Gran mentira.
A Niall le había dicho que estaba enferma y que no podría empezar esta semana el trabajo, por lo que él me dijo que la semana siguiente podría empezar si estoy mejor.
Pero, ¿sería capaz de mejorar?
No había mentido del todo a Niall, pues me sentía enferma, mentalmente enferma.
No me veía trabajando en la cafetería y que un ataque de ira repentino cayese sobre mí.
No quería hacerle daño a Niall o a Ali, y a pesar de que Dana casi me había asegurado que eso no ocurriría, no me sentía segura. Ni si quiera me sentía yo misma.
La única prueba de que estaba en mi cuerpo eran los espejos. Estaba tan fuera de lugar...

-Sabes que por ella no habrá ningún problema.
-Pues no, Dana, no lo sé, si solo ella supiera todo lo que ha pasado... Siento que no pintaría nada allí.
-Vamos, Jolene, Katherine ya lo sabe, he hablado con ella, no eres la primera persona que pasa por esto. ¿Sabes que la mayoría de los psicólogos tienen enfermedades mentales?
-¿Y eso por qué?
-Pues porque quieren comprender su mente, Jolene. No te sientas un bicho raro, no lo eres. ¿Tú veías a Danielle como tal?
-No, claro que no.
-Pues mírate como la mirarías a ella.
Tal vez Dana tenía razón. Tal vez estaba exagerando mi situación y no todo estaba tan mal como parecía. A lo mejor solo necesitaba un poco de tiempo, ya que yo estaba supuestamente curada.
-Dana, ¿tú eres de esas... psicólogas que quieren comprender su mente?
La respuesta tardó en llegar.
-Mi madre tenía esquizofrenia y a mis doce años acabó con su vida... Mi hija también la tiene, un poco más leve. Y, ¿sabes, Jolene? Hay padres que abandonarían a sus hijas por eso. Pero yo... yo la quiero tanto... ¿Comprendes por qué no te veo como una enferma mental, Jolene? Tú eres genial, con todo lo que tengas.
Las palabras de Dana habían hecho a mis ojos aguarse.
-Iré a la asociación -prometí-. Y también a la cafetería, lo haré.
-Estoy orgullosa de ti, Jolene -escuché por la línea telefónica.
-Entonces la máquina de batidos se apaga a las ocho, ¿no? -pregunté a Niall.
-Exacto. Pero la mayoría de los días saldrás a las siete, así que no estés muy pendiente de eso.
Mordí mi labio.
-Estoy nerviosa -dije y Niall rió.
-Yo lo estaba, luego te darás cuenta de que es una tontería, así que no le des importancia.
Entraron a la estancia una mujer con dos niños pequeños.
-Ve tú -le dije nerviosa a Niall.
-No, Len, así no vas a llegar a nada -sonrió-. Tienes que ganarte las propinas. Anda, ve -me animó y me guiñó un ojo.
Fui a atender a los recién llegados, y preparé con mucho cuidado sus pedidos. Las manos me temblaban y temía esparcir todos los zumos por el suelo de la cafetería.
-Lo estás haciendo bien -susurró Niall-. Ah, me toca -dijo.
Me volteé y vi a un joven de espaldas sentado en las mesas del fondo, con un libro en su regazo.
Más clientes empezaron a llegar.
-Jolene, ¿crees que podrás arreglártelas con esos de allí?, es que ha venido un amigo y quería charlar con él un poco -me dijo Niall.
-Claro -sonreí.
-Gracias. En seguida llegará Carter a su turno y te ayudará.
Hice un gesto de indiferencia.
En verdad acabó gustándome el trabajo. La mayoría de la gente era muy amable conmigo, y eso no era algo que acostumbrara a tener en mi vida.

Carter llegó unos minutos después y la cafetería estaba llena de clientes satisfechos.
-¿Un descanso? -me dijo Carter.
-¿Podemos? -pregunté.
-Claro, yo iré a fuera a fumar un poco, esos enanos del fondo me han estresado para toda la semana -suspiró- ve a charlar con Niall o con su amigo, está como un tren.
Dirigí mi vista al fondo y vi de nuevo al amigo de cabello rizado. No podía haberle visto la cara, pero tenía un pelo muy cuidado y una espalda ancha y musculosa.

El resto del día transcurrió así. Los tres trabajando, excepto algunas paradas que hacía Niall para mantener una charla con su amigo, y la cafetería llenándose.

Llegaron las nueve y estábamos cerrando. Yo me encontraba haciendo las cuentas del día mientras Niall limpiaba y Carter apagaba los aparatos.
Sentí frío en mi espalda y se me erizó el pelo del cuello. Vi como los pelos de mis brazos se ponían de punta. Me sentía observada.
Me volteé bruscamente. Pero no había nadie... La puerta se estaba moviendo ligeramente, como si alguien acabase de salir.

FILMS {Harry Styles, a.u}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora