⌜Capítulo 22⌟

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•͟➳ Christopher



Me gusta tener el control de todo y no hay duda sobre ello, sin embargo, cuando me encuentro con Lee Minho, no puedo evitar ceder ante lo que él me pida porque es tan jodidamente lindo que me hace entregarle hasta lo que no tengo con tal de verle sonreír; es bastante evidente que una sonrisa sincera de Minho, te reinicia la vida y te hace suspirar porque es tan pura, natural y hermosa que me deja sin palabras. No cabe duda de que debo atesorar cada sonrisa que me regale pues es bastante difícil obtener una con facilidad.

—Entonces, ¿ustedes son muy amigos?  — me preguntó la abuela de Minho tan pronto nos quedamos a solas. Dirigí la mirada hacia la mujer y al parecer, ha comprendido a la perfección mi desconcierto con tan solo mirarme pues no dudó en agregar—: Minho es bastante peculiar. Él no suele presentarme a sus amistades a menos que confíe ciegamente en la persona. Es un chico muy centrado e independiente que nunca piensa en nada más que cuidar de mí y su trabajo.

—Él es un buen chico y a pesar de que siempre estamos discutiendo, considero que Minho es bastante agradable— dije sin pensarlo —Es agradable cuando se lo propone. Y siempre hace bien su trabajo.

La abuela Lee sonrió antes de decir—: ¿Son solo amigos?

—Sí, solo somos amigos— aseguré.

—Cuida mucho de él— me pidió al tomar mi mano entre las suyas —Yo no tengo mucho tiempo de vida y he estado alargando el tiempo que me ha sido prestado porque no había encontrado una persona que me genere la confianza necesaria como para dejar a mi nieto en sus manos. Se que puede ser difícil tratar con él, pero cuando ama, lo hace en verdad y se entrega por completo.

Tengo la certeza de que Minho no me dejará cuidarle pues él no quiere ayuda de nadie, sin embargo, eso no tiene que saberlo la abuela Lee ya que deseo que se sienta tranquila y no al contrario.

—Me haré cargo de él— le aseguré —Puedes estar tranquila al respecto, abuela Lee.

La mujer sonrió abiertamente al escuchar mis palabras y en sus ojos, se mostró paz y tranquilidad.

—Eres muy guapo— dijo.

—¿Más que yo? — preguntó Minho al entrar a la habitación.

La abuela Lee dirigió su mirada hacia el pelinaranja y dijo—: Quizá solo un poco más.

—¡Abuela! ¡Yo soy tu nieto, no él! — se quejó.

Minho se acercó a su abuela y pude visualizar la felicidad y comodidad que siente junto a su ser querido. Se ven tan auténtico y eso, le hace ver más atractivo de lo que ya es.

—Ambos son bastante guapos— dijo la abuela Lee en un intento de disminuir el drama de su nieto. —Tengo la certeza de que, si pudieran tener hijos, fueran demasiado perfectos.

—¡No diga eso, abuela! — exclamó Minho —¿De dónde saca esas ideas?

La mujer sonrió abiertamente mientras se encogía de hombros—: No preguntes cosas de las que no te gustarían las respuestas, Lino.

Minho se giró hacia a mí y me pidió—: No prestes atención a lo que dice mi abuela. 

Fruncí el ceño antes de preguntarle—: ¿Qué pasa? ¿No te gustaría tener hijos conmigo?

—Creo que los dos comparten la misma neurona— refunfuñó el pelinaranja.

Debo admitir que me gusta demasiado verle sonrojado porque se ve bastante lindo y tengo el deseo de apretujarle sus hermosas mejillas ahora mismo, pero debo abstenerme porque de lo contrario, Minho no dudaría en darme un puñetazo inolvidable en el rostro.

—Eres un chico muy agradable— me dijo la abuela Lee —Ayúdame a endulzar la vida de mi nieto.

Minho rodó los ojos tan pronto escuchó lo dicho por su abuela por lo que no dudé en decir—: Será un placer, abuela Lee.

—Abuela, ¿ya se tomó su medicina? — le preguntó el pelinaranja.

—No intentes cambiar de tema.

—...

De pronto, la puerta fue abierta y entró la enfermera.

—Chicos, ¿podrían dejarme a solas con la abuela Lee? Necesito llevar a cabo unos procedimientos...

Minho y yo, salimos de la habitación y caminamos hacia las puertas que nos dirigen a un agradable jardín. Y tan pronto salimos del edificio, el viento fresco nos golpeó y me percaté de que Minho tiene frío pues su nariz se ha puesto demasiada roja por lo que no dudé en quitarme mi abrigo para dárselo a él.

—¿Qué haces?

—Es bastante evidente, ¿no lo crees?

—Deberías de ser menos amigable conmigo.

—¿Por qué?

—Somos enemigos.

—Quizá eso es lo que nos hace ser más cercanos.

—¿Eso crees? — me preguntó.

—Puede ser— respondí y no dudé en agregar—: Minho, tu abuela se pondrá bien.

Minho se giró hacía a mí y no dudé en extender mis brazos; es una invitación silenciosa que aceptó sin pensarlo dos veces. El pelinaranja colocó sus brazos alrededor de mi cintura y recostó su cabeza sobre mi hombro.

𝙳𝚒𝚛𝚝𝚢 𝙱𝚘𝚢 🦋 𝚌𝚑𝚊𝚗𝚑𝚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora