capítulo 4

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Sus palabras me habían helado la sangre... ¿Mate? No...eso era irreal he imposible, yo no podía ser el alma gemela de ese desconocido... Era una pesadilla!
-Te han hecho algo? Te han siquiera tocado!? -gritó el desconocido haciéndome estremecer.
-N-no-dije entre tartamudeos... Este chico la verdad es que me daba bastante miedo....-A-alejate de mí-dije lo más firme posible, logrando una fuerte carcajada de su parte lo cual hizo que me enfureciera.
-Alejarme? De tí?-dijo burlándose de mi "tonta" exigencia.-Eso nunca amor-dijo de manera fría y dura. -Saquenla de aquí -le dijo a los hombres que estaban justo detrás de él, mirándolo sorprendido, por primera vez separándose de mi.

-Si, señor -dijo uno de ellos con temor en su voz.
-Llévenla a mi habitación, iré pronto, me voy a encargar de esta intrusa -dijo de manera escalofriante mientras dirigía su mirada a Natali con una sonrisa perversa, podría jurar que los ojos de la muchacha se cristalizaron.
-NO! -grité de pronto imaginándome lo que le harían a Natali, sé que no la conocía mucho, en realidad sólo unos minutos, pero nadie, nadie se merecía ser torturado solo por romper una simple regla... Además que la tal chica me había agradado muchísimo... No podía permitir que el "jefe" le hiciera algo.-No le harás nada-dije de manera desafiante mientras le sostenía la fría mirada al guapo desconocido. Escuché sonidos de sorpresa de los presentes, al parecer nadie se había atrevido a hacerle algo a tal sujeto...

-Que dijiste? -dijo de pronto borrando su sonrisa, debo admitirlo su brusco cambio de actitud me asustó pero no sé lo iba a demostrar.
-Que no le harás nada, es mi amiga-dije lo más firme posible, mientras trataba de controlar mi voz.
Sus hermosos ojos antes azules se tornaron rojos intensos.
- Me importa poco lo que sea tuyo, yo le haré lo que me de la gana-su fuerte gritó resonó en las cuatro paredes en que nos encontrábamos...
-No! Sea lo que sea que ella te haya hecho no se merece que la tortures! -dije alzándole la voz tal y como el lo había hecho desde un principio, puede ver cómo sus mandos se hacían puños y de un momento a otro con una velocidad irreal estaba una vez más contra la pared con él encima mío.

Seguimos mirándonos, es como si ninguno de los dos quisiera bajar la mirada, como que se trataba de un juego que ninguno de los dos estaba dispuesto a perder
Luego de unos minutos que me parecieron horas puede ver resignación en sus ojos aunque por un lapso muy corto de tiempo y dijo:
-Esperame en la habitación
-No hasta saber qué ella estará a salvo- Dije refiriéndome a Natali.
-Mantuvo su mirada en mis ojos por varios segundos más... Soltó un suspiro para luego decir-bien, lleven a la chica con ella -le dijo a los guardias, los cuales se apresuraron a hacer lo que su jefe les decía...
Le dediqué una última mirada a el chico, antes de que los corpulentos guardias nos arrastraran a Natali y mi hacia quién sabe que lugar. Nos condujeron por un largo pasillo oscuro y frío... Luego de algunos pasos llegamos a una puerta de mármol, muy fina he de decir ... Con un movimiento rápido uno de los guardias abrió la puerta y quedé completamente impresionada... No era ni remotamente perecido al tétrico y espeluznante lugar de antes, era una mansión gigantesca, con largas paredes blancas y un piso que al mirarlos podías ver tu propio reflejo... Era algo impresionante, nunca había visto nada igual. Continuamos el camino subiendo unas elegantes escaleras
-No debiste haber hecho esa estupidez -susurró de pronto Natali que se encontraba justo a mi lado.
-No iba a dejar que te hicieran nada-repliqué
-Ni siquiera me conoces... Como pudiste defenderme?
-Soy así, no voy a permitir que te hagan algo... Y mucho menos por esa absurda razón...
-Gracias -dijo sinceramente
Le sonreí -no hay de qué.

El resto del camino lo pasamos en silencio, hasta que nos detuvimos en una puerta color blanco. Uno de los guardias la abrió dejando ver una hermosa y grande habitación, ni siquiera se comparaba con la asquerosa celda en la que nos encontrábamos con anterioridad, esto era mil veces más mi casa... Tenía unos hermosos ventanales justo al lado de una gran cama matrimonial, la habitación entera estaba pintada de blanco, con un gigantesco armario he incluso una pequeña estantería con varios libros de diferentes géneros....
-El jefe vendrá pronto, por favor esperelo aquí -dijo uno de los guardias mientras hacían una exagerada reverencia y seguido de esto, cerraban la estancia.

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