Cena 夕食

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Camilo no dejaba de pasar de un lado a otro con cierta felicidad, acababa de escuchar la llamada que Hiro había tenido de su esposo y no había ningún poder humano que le quitara ese ánimo. Miguel había invitado al mitad japonés a una cena en el penthouse, claro que a petición de Marco, le pidió dijo que llevara a un acompañante; si lo pensamos bien, Hamada terminaría llevando dos acompañantes Kyle, y su ahora inseparable Madrigal.

Y el simple hecho de volver al que siempre fue su hogar junto a su amado le hacía demasiada ilusión, extrañaba tanto aquel lugar al cual no había ido más que una sola vez desde su fallecimiento, así que pensar en estar ahí otra vez, el sitio donde paso tantas cosas con Miguel era como un alivio para su herido corazón que había tenido que renunciar a su felicidad de un día a otro.

Así que no pudo evitar estar tan alegre y flotando de aquí para allá mientras que Kyle y Hiro se arreglaban en la habitación, le parecía muy curioso que ambos tuvieran la suficiente confianza como para cambiarse en la misma habitación, era como si fueran hermanos o algo así, el momento le recordaba bastante a cuando él ayudaba a Toñito a alistarse para las fiestas familiares en el encanto. También recordó que Hiro tenía un hermano, quien fallecio al igual que sus padres hace unos cuantos años, pero gracias a algunas fotos de su departamento pudo ver como era, y al inicio pensó que se trataba del chico chino, Tadashi era igual a Wang-Takachiho, así que por un segundo creyó que lo entendió todo.

Dentro de su emoción e impaciencia por irse pronto a la reunión que los esperaba con los chistes malos de Marco y la deliciosa comida casera de su esposo, se acercó hasta el reproductor de música al cual Hiro tenía conectado a su dispositivo echo para cambiar la música sin pensarlo mucho. La subienda de Gabriel Romero comenzó a sonar con un volumen medio pero apenas pasaron unos segundos Camilo ya le había subido un poco más, haciendo notorio el cambio del rock de fall out boys a una increíble cumbia colombiana que le hacía recordar su infancia al Madrigal.

— ¿eso es... cumbia colombiana? — preguntó Kyle al escuchar el cambio de ritmo.

— ah... si, supongo que si.

Su mirada fue directo a buscar al moreno, quien de inmediato le guiño el ojo sin pensarlo mucho, estaba disfrutando de la música y los recuerdos, no le importaba nada más.

— ¿desde cuando la escuchas? — preguntó — creí que solo te gustaba el rock y esas cosas.

— ay Kyle, yo también pienso que mi parce debería de darle a otros géneros ¿si o que?

A pesar de su apariencia, Kyle era alguien muy versátil en sus gustos musicales,  además, su profesión lo había llevado a distintos restaurantes alrededor del mundo y eso ponía a colombia en la lista, no era algo para sorprenderse que el motociclista tuviera un gran conocimiento de distintos países.

— ah... bueno, desde hace poco, me recuerda a un amigo.

— ¿un amigo?

— si, de colombia.

— ¿qué amigo? — preguntó — Hilaria no es de colombia.

— sabes que a Honey no le gusta que nosotros la llamemos Hilaria. — contestó.

— lo sé, solo lo digo para molestar — habló el mayor — pero no cambies el tema.

— Hiro, oiga, ya se nos hace tarde — dijo Camilo interrumpiendo la conversación — no es por presionarlo, parce. Pero a mi Miguel le gusta la puntualidad, y a Marco mejor no lo haga enojar.

El asiático miró al rizado por unos segundos y suspiro, solo asintió y terminó de colocarse la chaqueta de mezclilla, permitió que los últimos segundos de la canción sonarán para disfrute de Camilo y apago el reproductor.

Ghost ゴーストDonde viven las historias. Descúbrelo ahora