⌜Capítulo 32⌟

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•͟➳ Minho



"¿Qué debería hacer o decir en estos momentos?", me pregunté en silencio después de escuchar lo dicho por Christopher acerca de su tipo ideal. Un momento, es posible que él este bromeando al respecto, ¿cierto? Ah. Es tan difícil saber si él está diciendo tonterías sin sentido o está diciendo la jodida verdad y todo es a causa de que nunca se ha presentado la seriedad entre nosotros pues nuestra relación laboral solo se enfocaba en constantes insultos y desplantes.

Estaba tan perdido en mis pensamientos sin sentido y cuando volví al presente, fue gracias a que Bang decidió tomar mi rostro entre sus manos y acercó su rostro al mío para dar inicio a un suave beso que se tornó apasionado a causa del inmenso deseo por parte de ambas partes de ir más allá de besos, toqueteos y orales.

—Quiero hacerlo contigo— admití en voz baja tan pronto me dejó en libertad.

La penetrante y oscura mirada que me dirigió Christopher me dejó muy claro que se encuentra dispuesto a hacerlo conmigo también. Al menos, no se ha burlado o hecho un comentario sarcástico; es de mucha ayuda el hecho de que esté siendo serio en estos momentos porque me deja muy claro que ambos nos encontramos en el mismo barco.

—¿Estás completamente seguro? — me preguntó con tono serio.

—Lo estoy— respondí —¿Qué me dices de ti?

—No tengo problema alguno con hacerlo contigo, Minho— admitió.

Christopher me tomó de la muñeca de nueva a cuenta y me llevó hasta su habitación a pasos rápidos. Y tan pronto entramos, el pelinegro comenzó a desabotonar mi camisa para quitármela por completo; después, llevó sus manos hacia el cinturón y lo desabrochó.

Me fue imposible evitar sonreír al sentirme complacido con su iniciativa. El pelinegro me miró y sonrió de vuelta; está vez, ha sido una sonrisa honesta, cálida y más linda de lo normal. Una vez que terminó de desvestirme, Christopher miró con satisfacción mi erección que no dudó en hacerse presente. Y entonces, el pelinegro se desnudó y dejó al descubierto su miembro erecto.

Inesperadamente, Christopher me cargó en brazos para transportarme hasta la cama y me depositó en el colchón con cuidado, como si temiera hacerme daño. Acto seguido, se ubicó encima de mí y dio inicio a una lenta inspección por todo mi cuerpo que me hizo sentir bastante bien tan pronto visualicé auténtica satisfacción en la mirada del pelinegro que es demasiado transparente.

No puedo negar que me encuentro perdido por la excitación de ver al hombre que captó toda mi atención, desnudarme para hacerlo conmigo por primera vez porque estoy convencido de que no sería la única. Christopher se relamió los labios y después bajó su rostro hacia mi erección para saborearla. Me fue inevitable gemir y arquearme al sentir el contacto de sus labios en mi miembro.

Christopher no dudó en relamer mi miembro y acariciarlo con su lengua. Siento que estoy a punto de estallar. Y antes de llegar al orgasmo, el pelinegro retiró la boca y se incorporó en el colchón por lo que llevé mi mirada cubierta de súplica y deseo hacia él para dejarle muy claro que deseo acabar. Christopher simplemente me mostró una sonrisa antes de girarme con suavidad en la cama hasta que quedé boca abajo con las caderas elevadas. El pelinegro no dudó en mordisquearme las nalgas y eso me hizo estremecerme de placer y excitación.

—Christopher...— supliqué entre gemidos. Evidentemente, ya no puedo contenerlo más.

El antes mencionado, se levantó y caminó hacia un cajón, después de tomar un frasco, regresó y me susurró al oído después de lamerme la oreja—: Esto te encantará, conejito. 

No tuve otra opción más que asentir con la cabeza ya que no tengo fuerzas para siquiera hablar debido a que el placer y deseo, me han bloqueado por completo.

—Si en algún momento quieres detenerte o te duele demasiado, no dudes en decírmelo— dijo con tono serio.

—Christopher, por favor. ¡Hazlo ya!

El pelinegro no dudó en dirigir su dedo índice hacia mi agujero y lo acarició en círculos para que se dilatara. Mientras continuaba acariciándome con el dedo, se inclinó para besarme y no puedo negar que disfruté tanto el beso. Y sin separar los labios, Christopher empujó el dedo hacia el interior por lo que me sacudí suavemente y él me calmó con suaves besos. Una vez que Chris notó que el orificio estaba más dilatado, introdujo el segundo dedo y aguardó unos momentos para introducir el tercero.

Evidentemente, ya no puedo más. Son demasiadas sensaciones y necesito a Christopher dentro con urgencia. Chris retiró la mano con cuidado, se apartó de mi rostro y se montó encima de mí.

—¿Estás listo, conejito? — me preguntó con voz ronca.

—Sí...— susurré.

"Ya no hay vuelta atrás, Lee Minho", me dije a mi mismo en silencio y me dispuse a disfrutar al máximo el momento.

𝙳𝚒𝚛𝚝𝚢 𝙱𝚘𝚢 🦋 𝚌𝚑𝚊𝚗𝚑𝚘Donde viven las historias. Descúbrelo ahora