𝙳𝚒𝚛𝚝𝚢 𝙱𝚘𝚢 🦋 𝚌𝚑𝚊𝚗𝚑𝚘

⌜Capítulo 42⌟

•͟➳ Minho

El pelinegro abrió la boca como pez tan pronto escuchó lo que le he dicho y eso me causó gracia por lo que solté una risita mientras retomaba mis pasos hacia el parque, pero está vez, Christopher está tomando mi mano con suavidad y gentileza, como si tuviera miedo de hacerme daño a causa de un fuerte agarre y gracias a ello, sé que él nunca me haría daño en ningún aspecto.

Christopher no tuvo otra opción más que seguirme en silencio mientras intentaba digerir lo que he dicho y realmente, me causa demasiada gracia su estado actual. La verdad es que, esperaba obtener una respuesta como la que se presentó pues conozco muy bien al extranjero debido a que es muy trasparente.

—Es una broma, ¿cierto? — el pelinegro detuvo sus pasos y me fue imposible continuar caminando ya que él lo impidió. Y tan pronto giré mi rostro hacia él, dijo con tono serio—: Minho, es el trabajo de tus sueños. ¿Lo olvidaste o por qué decidiste dejarlo?

—Creía que sería bastante feliz cuando obtuviera ese puesto, pero no me sentí ni siquiera un poco feliz al respecto— confesé —Sé que hemos pasado poco tiempo juntos, pero debo admitir que me hace más feliz estar contigo. El trabajo de mis sueños se convirtió en una pesadilla porque no tenía a cierto chico a mi lado para hacerme sentir la necesidad de sobresalir en todos los aspectos posibles y no, no dependo de ti para obtener éxito, sino que, eres una parte importante en mi vida que me incita a ser el mejor. Además, está el hecho de que tu padre me eligió porque tu rechazaste ser el gerente general.

—Sobre eso...

—Christopher, dejemos eso en el pasado— le interrumpí —Empecemos una nueva vida juntos, pero está vez, sin odio ni enemistad de por medio. ¿Qué dices?

—Te haré la persona más feliz de todo el mundo— me aseguró.

—No olvides tus palabras, Christopher Bang— dije con tono serio.

—Nunca las olvidaré— dijo con tono serio —Lee Minho, realmente deseo que confíes ciegamente en mí, así como yo confío en ti.

—Siempre he confiado en ti— admití —Pero tenía miedo de aceptar por completo que me atraías, sin embargo, eso ha quedado atrás y desde hoy, te demostraré un Minho que nunca has conocido y tengo la certeza de que te sorprenderás por completo.

Christopher sonrió con perversión antes de decir—: En ese caso, ¿por qué no vamos a nuestro departamento?

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Tan pronto entraron en la habitación, comenzaron a desnudarse con el objetivo de no perder más el tiempo pues anhelaban tanto sentir sus cuerpos desnudos uno pegado al otro. Y al despejarse de sus prendas, se abrazaron y comenzaron a besarse y acariciarse; con besos fogosos, mimos y alguna que otra sonrisita traviesa, lograron sentirse más deseosos de entregarse el uno al otro por segunda ocasión.

Christopher llevó al peligris hasta la cama y lo recostó en ella para después, ir por la botella de lubricante que había estado esperando por ese momento y entonces, volvió a donde se encontraba Minho y comenzó a acariciarlo con ternura que hizo temblar por completo al peligris mientras gozaba el añorado momento al máximo. Luego llegó el momento, Christopher se aseguró de preparar al peligris que no dudó en pedirle que se recostara para tomar el control.

Y entonces, Minho no pudo evitar montar a su ahora novio para comenzar a introducir el miembro del pelinegro en su interior poco a poco hasta que quedó completamente dentro y entonces, disfrutó de la intromisión por unos momentos hasta que decidió hacer movimientos circulares bastante lentos que causaron un gran placer en ambos y el placer fue en aumento cuando Minho optó por ir más rápido. Entre los chasquidos y gemidos ardientes, los dos se encontraban completamente cegados por el amor que sentían, el placer y por supuesto, la excitación.

—Mierda, no puedo negar que te mueves bastante bien, conejito— murmuró Christopher con tono ronco que le provocó un escalofrío a Minho.

—Yo todo lo hago bien— dijo el peligris con superioridad que se fue lejos cuando Christopher le dio una estruendosa nalgada que lo hizo soltar un gemido a causa del placer que le generó dicha acción.

Finalmente, alcanzaron el clímax y se llenaron de besos mientras se vaciaban. Húmedos de sudor y saliva, se miraron y rieron. Minho dejó de montar a su novio y se dejó caer de espalda a la cama para descansar un poco y Christopher no dudó en acercarse a él para besarlo en los labios.

—Debemos tomar una ducha— sentenció el pelinegro.

—No me quiero mover— se quejó Minho.

—Puedo llevarte en mi brazos.

—Me parece una excelente idea— dijo el peligris mientras extendía los brazos por lo que Christopher no dudó en levantarse de la cama rápidamente, tomó a su chico en entre sus brazos y lo llevó hasta la bañera.