22. Malfoy

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16:25 p.m


Me senté en la silla giratoria mientras me cogía la cabeza entre las manos. Le di una patada al suelo y bufé con frustración. Ana seguía hablando a través de Skype con Carlos y Blas, que estaban en la casa de David, preparando la decoración para recibir a David aquella tarde, por su cumpleaños.

Tranquilizate.–dijo Blas, poniendo una mueca tierna.

–¿Cómo me voy a tranquilizar? Esto está llegando a límites infranqueables.

Estoy contigo. No podemos tranquilizarnos.–dijo Carlos, asintiendo con la cabeza.–Podríamos ir a la casa de Brad e instalar una bomba. Nunca sabrán quién fue.

Loco.–dijo Blas.

Al menos doy ideas.

–¿Queréis callaros?– dijo Ana, interrumpiéndonos.– Tiene que haber alguna otra forma de contactar con ella.

–Su número de móvil ya no existe.– dije encogiéndome de hombros.

Sus cuentas en redes sociales han desaparecido.– afirmó Blas.

Y no podemos acercarnos a ella porque una puta pulsera de bisutería infantil pita cada vez que estamos cerca.–sentenció Carlos.

–Obviamente, si no salís de esa negatividad, no vamos a solucionar nada.– dijo Ana.

Poco hay ya que solucionar...

–Carlos, no, eh. Que tienes que ser tú el que aporte el plan loco que nos haga vencedores.–dijo Ana, intentando animarnos.

Ese Carlos quedó enterrado hace algún tiempo.

–Tiene que haber alguna forma...

–¿Cómo cuál?– pregunté.

–No lo sé...

Ana suspiró y se sentó en el suelo, al lado de la silla. Miré con pesadez el teclado del ordenador y negué con la cabeza. Estábamos perdidos.

Y es que, al parecer, la teoría de Álvaro de las distracciones era cierta; nadie en nuestro entorno podía contactar con María. Ni de manera hablada ni escrita. Y es que todos los medios de comunicación posibles se habían extinguido. Habíamos pensado en enviarla una paloma mensajera, pero habría sido muy medieval, a parte de que ya no hay palomas mensajeras y nuestro mejor recurso era Cheddar, y a María no le gusta Cheddar, así que no había demasiado feeling en esa idea.

–Oye–dijo Ana, rompiendo el silencio.–, ¿y Leire?

¿Leire?

–Podemos llamar a Leire, que se supone que estará con ella, y preguntarla.– dijo Ana, levantándose del suelo con una sonrisa en la cara.

¿Tenéis su número?– preguntó Blas.

Sin responder, saqué mi móvil y busqué en el listado de contactos. Encontré a la tía de María en la letra L, y con el pulso temblando marqué. Esperamos todos en un ambiente tenso y cortante un par de tonos, hasta que al final contestó.

¿Sí?–preguntó al descolgar.

Miré con pánico al móvil y de repente se me olvidó cómo hablar. Le tendí el móvil a Ana y esta me miró de la misma manera. Desde el ordenador, se veía a los chicos haciendo gestos para que hablásemos. Le encasqueté el teléfono a Ana y la di un puñetazo para que empezase a hablar.

–Esto, sí, Leire, soy Ana.– dijo intentando no tartamudear, mirándome con odio.

¡Hombre, cariño! Cuánto tiempo

Total disaster. /\- SDE3 ~ David (Auryn)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora