🪷 𝟏 𝖉𝖊 𝖏𝖚𝖓𝖎𝖔 🪷

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Se hacía algo tarde aquel día, un hijo de la URSS nunca llegaba tarde. Rusia terminaba de alistarse para salir de su habitación para llegar al evento. Para ser sincero, temia perderse en aquel desconocido país. No dominaba el idioma, ni la cultura, no lo conocía en absoluto. ONU les había enviado un mensaje aquel día, quería que fueran de su color preferido, así que él iba vestido completamente de negro.

—Черт, уже 9:16 (Mierda, ya son las 9:16) —termino de ponerse su suéter de lana para salir al pasillo.

Caminaba apresuradamente, ni siquiera su desagradable vecino de habitación se encontraba ahí. Seguro ya estaba en el punto que dijo ONU. Le quedaban menos de 15 minutos para llegar, así que cuando salió a la calle pidió un taxi.

—Buenas, güero, ¿a dónde? —le dijo el chófer.

—Avenido Federalismo y Juárez —intento decirle con el mejor español que pudo pronunciar—. пожалуйста, пошли быстро (Por favor, vámonos rápido)

—Ah, con que no eres de por aquí, wey. Si, con gusto te llevo, mi güero —encendio el motor del taxi y comenzó a irse hacia la dirección indicada—. Vamos a buen tiempo, si hubieras llegado más tarde nos cierran la calle. Verás, hoy es la marcha...

Si Rusia dominara y entendiera el español, probablemente se daría cuenta del por qué se encontraba ahí. Y quién sabe, quizás habría dado media vuelta para ni siquiera molestarse en llegar. Pero no era el caso. Simplemente se dedicó a mirar por la ventana mientras el chófer le contaba un chisme de su suegra. Se detuvieron frente a un semáforo, otro taxi se encontraba en el carril vecino.

—¿Que pasa, Jesús?

—¡Primo! ¿Qué tranza, mi Luis? —Rusia se sorprendió, ¿acaso se conocían?

—¿A quién llevas ahora?

—Es un extranjero, yo creo que un ucraniano. Le iba platicando donde me encontré a doña Mari, aunque no creo que entienda ni una palabra de lo que le digo.

Una vez el semáforo cambio de color, ambos se despidieron y en un par de calles más, Rusia llegó a su destino. Le pago al taxi en rublos, no había tenido tiempo de cambiar su dinero a la moneda local. Tal y como dijo el taxista, las calles comenzaban a cerrarse. Rusia no tardó mucho en encontrar al resto de países y la ONU. No tuvo más remedio que pararse lejos de sus hermanos por llegar tarde, lo que significaba que junto a él estarían...

—¿Dónde diablos se metió? ¡Ya debería estar aquí! —ONU miraba impaciente su reloj.

De pronto paso un carro con fuerte musica y todos los latinos metidos dentro de este. Rusia no pudo evitar asimilarlos con una lata de sardinas, o un carro de payasos. Tenían musica fuerte y todos cantaban.

—Joder, más vergüenzas no podían darme —España tapó su rostro avergonzado y decepcionado—. Se comportan como un montón de niñatos.

—¡Ya llegó el alma de la fiesta, cabrones!—México bajó del auto vistiendo de amarillo.

—¡Apaguenme esa música inmediatamente! —exclamo molesta ONU viento impactada como seguían saliendo latinos del carro en donde iban—. México, ven acá en este mismo momento.

Rusia veía a lo lejos como ONU regañaba al país anfitrión. Él pensaba que los países latinos eran unos inmaduros y algo brutos. Unos pesados cuyo único objetivo era causar desorden y llamar la atención. No los detestaba, pero no le agradaban. Quizás por esos prejuicios no tenía demasiados amigos. Sintió como lo empujaba alguien un poco solo para darse cuenta de que era Chile, quién bailaba sin música junto a Colombia mientras sus hermanos Argentina y Venezuela discutían quién de ellos debía ser de primer mundo.

—Дерьмо (Mierda) —dijo Rusia en voz baja maldiciendose por no haber llegado más temprano para tener lugar junto a sus hermanos.

—Lamento las molestías, chaval —Rusia dio un brinco al sentir la mano del español sobre su hombro—. Créeme que yo también deseaba que fueran diferentes.

—No es justo, te llegó al hombro —sintio un golpecito en su brazo por parte de Guatemala, quién comparaba su estatura con la de él.

—Niños, dejad al ruso en paz.

De pronto comenzó a sonar musica y a pasar mucha gente por la calle hacia donde miraban. Rusia volteo hacia el frente abriendo sus ojos como platos. Se trataba de una marcha LGBT+. Miro a ambos lados dandose cuenta de que todos apoyaban, los latinos lanzaban silbidos. ONU sonreía satisfecha viendo a la mayoría de los países apoyar la marcha. Horrorizado, Rusia intento huir de la escena.

—Эй, как жизнь? (Hey, ¿qué pasa?) —ONU lo detuvo poco antes de que huyera.

—Ты... (Tú...) —el horror de Rusia paso a ira y enojo—. ты дал мне ловушку (Tú me tendiste una trampa)

—Я не... (Yo no...)

—Прекрати, я не хочу слышать твои оправдания по этому поводу (Basta, no quiero escuchar tus excusas al respecto) —Rusia apretó los puños—. Я выхожу отсюда (Yo me largo de aquí)

Rusia salió casi corriendo de aquel lugar. Todos los países se habían quedado callados ante tal escena. ONU estaba decepcionada, creyó que está vez Rusia había cambiado, quizás había malentendido el motivo de la reunión.

• ────── ✾ ────── •

Rusia termino en una calle buscando algo para comer, antes de regresar al hotel para empacar sus cosas y marcharse de aquel horrible lugar. De pronto vio un puesto que llamo mucho su atención. En la vitrina anunciaban porciones de pasteles que se veían deliciosas, así que paso a la tienda.

—Buenas tardes, jovén.

—Good afternoon (Buenas tardes) —Rusia miraba todos los deliciosos postres que había en existencia.

Debía admitir que era un amante de los postres y las cosas dulces. Le era muy difícil resistirse a un pedazo de pastel, una porción de helado o un rebanada de gelatina.

—Were you looking for something special? (¿Buscabas algo en especial?)

Not really. I was just wondering if you have chocolate cake. (No realmente. Solo me preguntaba si tenía pastel de chocolate)

De pronto vio en la televisión una imagen suya huyendo de la marcha, anunciando su homofobia y rechazo a la comunidad. Se maldijo a si mismo por armar una escena. La vendedora volvió con un pedazo de pastel dentro de un recipiente de plástico.

—So, you're that homophobic country (Así que eres ese país homofóbico) —lo barrio con los ojos de pies a cabeza.

—I'm not... Ugh, just forget it (No soy... Ugh, solo olvídalo) —pago lo que debía y salió de la tienda.

Caminando de vuelta al hotel comió aquel pedazo de pastel. Comenzó a sentirse enfermo, con incontrolables ganas de vomitar. Le costaba trabajo mantenerse en pie y caminar derecho. Cuando finalmente llegó a su habitación decidió no empacar sus maletas.

«Я больше не приду в это гребаное место (No vuelvo a venir a este lugar de mierda)»   se recostó de lado en la cama.    «Я надеюсь вернуться в мой милый дом завтра (Espero mañana estar de vuelta en mi dulce hogar)»

Sentía su cuerpo pesado, el estómago le daba vueltas. Abrazo su vientre bajo y cerro los ojos con fuerza sintiendo que se desmayaba del dolor. Mañana sería un nuevo día de vuelta en su país.

Женщины (RusMex)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora