I'm not Korean (Jenlisa Gip)

Capitulo 42

Min-hee

Siete años de Jennie

—¿No quieres decirle algo a mami? — pregunto, intentándolo una vez más.

Mi hija solo me observa, ni siquiera niega con su cabeza. Jennie siempre ha sido una niña habladora y con muchas preguntas para hacer, pero ahora solo es silencio. Mucho silencio.

Ella baja sus ojos hacia mi vestimenta oscura y se estremece antes de abrazarse a si misma.

—Por favor, cariño, habla con mami— imploro.

Ella mira hacia sus pies y yo respiro hondo ordenándome no llorar.

He perdido a mi hermana menor y estoy perdiendo a mi hija. No puedo tener dos perdidas en tan poco tiempo.

Jennie no ha hablado en dos semanas, exactamente el tiempo desde que Irene murió en ese lago. Me niego a perderla a ella también.

—¿Sabes que puedes hablarle a mami, ¿verdad? No estoy enojada contigo, por favor dime algo, Ruby.

El grito de mi madre nos sobresalta, no es la primera vez, se lo que viene después. Su llanto y gritos comienzan y siento mi corazón hacerse mas pequeño mientras tomo a Jennie y la abrazo. Ella no se mueve, pero me deja abrazarla.

—Mami siempre está aquí, Ruby.

—¡Mi niña! ¡Por favor! Traigan a Irene — continúan los gritos de mamá — ¿Por qué salvaron a esa niña inglesa? ¿Por qué no salvaron a mi Irene? ¿! ¿¡Por qué!? ¡La quiero fuera! ¡La odio!

Jennie se estremece entre ms brazos, en este momento yo desearía jamás haberle enseñado coreano a mi hija, me gustaría que ella jamás hubiese escuchado eso, por que ahora estoy teniendo una primera reacción de ella en dos semanas, y son sus lagrimas humedeciendo mi camisa mientras llora en silencio.

—No es tu culpa, Ruby — murmuro abrazándola con fuerza.

Nam-gil aparece entonces y llega hasta nosotras. Mi esposo siempre ha sido un hombre expresivo y sensible, no es difícil darse cuenta de que ha estado llorando durante mucho tiempo. Creo que todos estamos teniendo nuestra porción de culpa. Se que Nam-gil siente que pudo haber hecho más.

El se inclina hacia nosotras, besa mi frente y luego la cabeza de Jennie que sol se acurruca contra mí.

—Creo que es el momento de volver a casa, Min-hee.

—Lo sé — digo derramando mis propias lágrimas.

—Pero quiero dejar algo en claro — murmura — Jennie y yo no vamos a volver aquí.

Respiro hondo abrazando a mi hija con mas fuerza.

—Eso también lo sé. No vamos a volver.

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—¿Qué dijo el psicólogo? — cuestiona Nam-gil besando brevemente mi mejilla y viendo de reojo a Jennie que colorea un libro de dibujos.

—Dice que esta solo es la primera sesión para saber que pasa con Jennie.

Pero que, según lo que yo he explicado, puede tener un trauma con lo que presencio — respondo picando los vegetales — en la hora y media que ella estuvo con él, dice que no hablo, pero que le hizo dos dibujos especialmente para él.

—Ella es dulce— murmura Nam-gil sonriendo hacia ella — me gustaría que ella nunca hubiera tenido que presenciar algo como eso.

—Lleva dos meses sin hablar Nam-gil, eso no es normal. Estoy realmente preocupada.