**Las Leyendas Olvidadas: Capítulo 1 - "Ella"**¿Quién era ella?
Era como un recuerdo borroso, una figura en la niebla del tiempo.
Una mujer de cabello largo y blanco, piel pálida y rostro hermoso, vestida con elegancia pero con un aire de guerra, así la encontró Daniel en aquella fotografía hallada en su ático. No tenía ni la menor pista sobre la identidad de la persona en la imagen ni conocía su nombre.
"—No logro reconocer a esta mujer, pero me resulta muy familiar", se susurró a sí mismo.
De repente, una voz resonó desde el piso de abajo, haciendo saltar a Daniel.
"—Daniel, ¿no has pasado ya suficiente tiempo en el ático?".- dijo de forma seca y severa
"—¡Ya voy!" —respondió mientras sostenía la fotografía con manos temblorosas.
Descendió las escaleras de su ático para encontrarse con su hermano.
"—Noah, ¿conoces a la mujer de esta foto? La encontré en el ático", inquirió a su hermano.
"—Es mamá", respondió con desinterés.
"—¿Mamá?" —preguntó Daniel, sorprendido.
Su hermano guardó silencio, la conversación se dio por concluida.
Después, en la cena, aún no se había abordado el tema. Fue Daniel quien finalmente reunió el valor para preguntar por qué nunca le habían hablado de su madre.
"—Mm, Dani", dijo titubeante.
"—¿Qué quieres ahora?" —respondió su hermano, visiblemente molesto.
"—Mm, ¿podrías hablarme más de mamá?", pidió Daniel, y Noah estira la mano como si fuera a golpearlo
Y el protegiéndose como si esperase un golpe.
...
Y de hecho, su hermano si le golpeó.
"—Te he dicho muchas veces que no hables de lo que está prohibido en esta casa. Si no, te irá aún peor",dijo enojado.
Daniel lloró, no solo por el golpe, sino porque tenía 23 años y aún soportaba este maltrato por parte de su hermano.
Era noche cuando Daniel se preparó para escapar de nuevo de la casa, a pesar de conocer las consecuencias. Pero, valía la pena
Saltó por la ventana y corrió hacia la calle. Luego, se dirigió a casa de un veterano de guerra que conocía.
"—Aquí es", murmuró antes de tocar la puerta.
Un anciano abrió la puerta y dijo "pase". Daniel entró. Hablaron un rato antes de abordar el tema de su madre. El anciano le contó que fue una leyenda y una guerrera espectacular. Cuando le pidió más detalles, le dijo que necesitaba descubrir una leyenda para saber más de ella.
"—¿Una leyenda? ¿Dónde encuentro a alguien así? Según usted, todos ellos fueron ejecutados o murieron en la guerra".
"—No todos, pero no creo que sea la mejor idea".
"—Vamos, dígame dónde está", suplicó Daniel.
Tras unos minutos de súplica, el anciano cedió y le dio indicaciones para llegar.
En el lugar indicado, encontró un callejón. Siguió adelante, tal como el anciano le había indicado, hasta que divisó una puerta.
La había encontrado.
Al abrirla, Daniel sintió un terror indescriptible. El ambiente estaba cargado, el pasillo parecía estirarse hacia la oscuridad infinita. Avanzó con dificultad.
Al llegar al final, se topó con otra puerta. Con esfuerzo, se acercó... y vio a una figura imponente. Era enorme, fácilmente medía dos metros. Su cabello oscuro con mechas rubias enmarcaba un rostro enigmático.
Daniel se desmayó. No solo por la figura, sino por la atmósfera inquietante.
...
Cuando recobró el conocimiento, se halló en una habitación sombría y fresca, aunque la cama emanaba calor.
"—¿Hola?", murmuró Daniel, con temor. De repente, un ruido en el exterior.
"— ¿¡Hay alguien ahí!?".
Diría casi gritando a lo que después se arrepintió, alguien había abierto la puerta del cuarto, era ese ente, era grande, daba miedo... pero esta vez era diferente, ya no sentía el aura aterradora.
"—¿Quién eres?" —balbuceó Daniel, temblando. El ente no respondió, pero se acercó lentamente. Daniel se alejó hasta tocar la pared fría. Cuando finalmente vio su rostro, descubrió una mezcla de humanidad y misterio.
"—¿Quién eres tú?".
La voz era profunda, casi sobrenatural.
"—Soy Emm, soy..." Daniel tartamudeó, nervioso y asustado. No tenía idea de en qué se había metido.
"—Dime... ¡QUIÉN ERES!".
El grito resonó, furioso.
Daniel se protegió como so fuera hacer golpeado y de hecho ...
No lo fue...
Continuará...