parte 1

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Y a dónde iba él con tanta belleza, me intrigaba saber que había en su cabeza cuando revoloteaba cerca de mi ¿Acaso intentaba llamar mi atención? ¿Para que? ¿No era ya lo suficientemente atento con el? Si le adoraba, le adoraba como a nadie en esta vida le cumplía cada capricho que  tenía cada pequeña cosa que quisiera yo se la entregaba, no había nadie que le amara más  que yo.

Pero por alguna razón queria más de mi estaba bailando a mi lado rozando suavemente mi hombro y pegando su cuerpo a mi a mi espalda.

—basta Bill

El sonido abrupto de la consola deteniendose le asusto un poco y tiro el micrófono al suelo

—¿Sucede algo malo?

Me miró como un pequeño que había hecho una travesura y no fui capaz de enfrentarlo

—estas desafinado...—mentí
—mmm que raro creí estar dando las notas perfectamente

La soledad y el silencio que reinaba en nuestro estudio eran abrumadoras, en ese lugar no había donde esconder mis sentimientos, podía jurar que mis latidos acelerados se escuchaban como una de esas  pelotas de frontón fuerte y clara retumbando en sus oídos.

Me miró a los ojos   como un felino acechando a su presa, suspiré y quise continuar

—No— me tomo la mano y la apretó contra el mástil de la guitarra — ¿No me vas a decir que pasa?
—No se de qué hablas Bill
— tu sabes perfectamente— se arrodilló ante mi y quedó justo enfrente de mi boca muy cerca, tan cerca que su aliento cálido y con un dejo de whisky y su costoso perfume Hermés me intoxicaron los sentidos

—para—cerre los ojos y murmure, rogando que no lo hiciera, y por fortuna no lo hizo...

Sus labios hicieron suya mi boca recorriendo  con pequeños besos toda mi cara mientras yo solo le correspondia y lo apretaba contra mi, acariciando su espalda.

Un escalofrío me recorrió el cuerpo al darme cuenta de lo que hacía. Y sin ganas lo separe de mí.

—Lo juramos, tu lo hiciste también, esto no pasaría de nuevo

—No lo resisto Tom , es que es más fuerte que yo, necesito estar contigo nadie más logra  hacerme sentir como tú lo haces

—No podemos seguir haciendonos esto ¿Cuánto tiempo Bill? ¿Cuánto tiempo pasará para que lo olvidemos? Y si seguimos así será un empezar de nuevo y no va terminar jamás.

—Entonces es verdad, es cierto lo que dicen, tu la amas eres feliz con tu esposa

Mi cabeza se llenó de todos los desagradables momentos fingiendo un amor que no me salía por ningúna parte sentí ganas de vomitar y me lleve las manos a la cabeza

—No...yo, tu sabes que no...— vacilé invadido por la indignación de sus dudas.

—Solo está vez Tom, solo hoy solo está noche que me siento tan cansado, tan triste tan enfermo y enojado, solo hoy que te necesito con locura con desesperación, solo hoy y volvió a besarme, un beso simple un contacto pequeño con mis labios.

Olvide como se seguía el ritmo normal de una respiración y por alguna extraña razón   comenzaron a castañear mis dientes como si un frío me invadiera el cuerpo y no lo pudiera controlar, me derritió  el corazón su mirada triste. Era tan débil cualquier resistencia o barrera que pusiera ante él.

Y se acercó de nuevo haciendo que perdiera el control....

Lo tome entre mis brazos y lo bese tan descaradamente tan sucio tan salvaje.

Y mi mente comenzó a volar creando los escenarios ficticios que siempre tenían lugar en mi cabeza altas horas de la madrugada, en mi fantasía estábamos delante de todo el mundo como dos animales en exhibición y todos los que nos miraban eran  como marionetas, con las bocas cocidas incapaces de decir absolutamente nada repudiandonos en silencio, pero con la maldita boca cerrada,con sus flashes y sus miradas de odio juzgando cada respiro cada pequeño movimiento de mi lengua en su boca y sin poder detenernos.

oh! ese pensamiento me puso más caliente que el infierno, seguro me corría pronto.

—No pares por favor— me sollozo mientras juraba que se había corrido, pero no, olvidaba que era jodidamente resistente

Lo tomé en brazos haciendo alarde de la fuerza que había desarrollado en los últimos meses de gimnasio, lo apreté con fuerzas contra mi mientras el se restregaba por toda mi hombría con movimientos francamente enloquecedores, estaba a punto de quitarle la ropa cuando un toquido de lo más molesto e inoportuno se escucho del otro lado de la puerta

—Cariñooo— una voz chillona y alegre me llamó y mi corazón primero se detuvo en seco y después volvió a latir alocado mire a Bill y le hice una seña para que se callara

—Arreglate...— le susurré y me dirigí a por una botella de agua mientras Bill se acomodaba en el sofá

— ¿le abrirás la puerta?— me dijo indignado y con la respiración entre cortada

Y me lo pensé un poco, recordé que la puerta estaba trancada y lo comprobé cuando ella seguía tocando insistente

—No quiero abrirla...

Ojalá estuviera mirando, ojalá esa maldita puerta fuera de cristal.

Sus gritos primero amables y luego confundídos se dejaron de oir al menos para mí cuando Volví a tomar a Bill en mis brazos le quite la ropa y lo bese mientras el me desnudaba y hacíamos el amor como nunca antes, con testigos.

Y no estabamos cohibidos, en especial Bill que disfrutaba cada penetración con un sonoro gemido de satisfacción podía ver en su rostro una sonrisa acompañada con unas casi imperceptibles muecas de dolor.

La imaginaba, si, podía verla cuando cerraba los ojos, aferrada a la manilla de la puerta escuchando en silencio incapaz de hacer nada por separarme de él, termine en ese momento sin pensar en ningún tipo de consecuencia y mi placer se elevó aún más cuando Bill se giro y se tumbó sobre mi, beso mi rostro y fue correspondido mientras le hundí la mano en el cabello y aspire el aroma que emanaba de el.

—Estamos en problemas— me dijo con un tono divertido y su preciosa sonrisa adornando su rostro

—Creo que si, probablemente mi matrimonio se acabó

—Eso creo— sonrió y me dio un largo beso en la boca

—hay que enfrentarlo mi amor— sonreí y le bese la frente

Mientras ambos nos vestimos pensaba en las palabras adecuadas para Heidi quien seguro estaría furiosa, mas aún pensaba en que de un momento a otro Bill también había conseguido acabar con este matrimonio, como lo hizo con el anterior y con cada chica que se cruzaba en mi camino.

Cuando abrí la puerta los ojos de Heidi me atravesaron con odio  pero sorprendentemente contuvo la rabia y la irá en una mueca de desagrado

—No quiero volver a saber de ti— fueron sus únicas palabras y decidí que lo mejor era guardar silencio, y no dar explicaciones que no me había pedido, ¿fui un cobarde?  Sí, totalmente, pero la sensación de libertad que sentí al atravesar la puerta de esa mansión con una maleta en la mano y en la otra sosteniendo la mano de Bill merecía la pena de los mil infiernos que había desatado esa noche.

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⏰ Última actualización: May 24, 2023 ⏰

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