I told you it was okay, but i was lying (Kookmin)

Cap.8 -Recuerdos.

Los recuerdos pueden ser tan bonitos como horribles. Recordar cosas te puede hacer bien tanto como mal. Algunas personas dicen que es un privilegio poder recordar cosas de tu pasado y otras dicen que es lo peor que les puede pasar. Jungkook odiaba tener recuerdos, todos eran horribles y quería olvidarlos.

"Nos aferramos a los recuerdos, porque es lo único que no cambia cuando todo está cambiando."

Jungkook jamás se aferró a sus recuerdos, él quería soltarlos para poder seguir su vida, pero cada vez que olvidaba un recuerdo malo, otro nuevo aparecía.

Y es que cuándo uno sacude el cajón de los recuerdos, son los recuerdos los que terminan sacudiéndolo a uno.

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La noche anterior no fue muy diferente al resto, estuvo toda la madrugada sin dormir por si su padre aparecía. Para su mala suerte, si apareció y volvió a pegarle y a decirle cosas horribles.

Ya había sonado el despertador y Jungkook se levantó de la cama. Su cuerpo dolía por no descansar bien y su mandíbula dolía por los golpes. Caminó hacia el baño y se aseó, ésta vez no se tapó las heridas ni las ojeras.

Hoy nada le importaba.

Cuándo terminó agarró sus cosas y salió de casa lo más rápido que pudo. Aún quedaba 1 hora para entrar a clase, pero él no quería seguir en casa. Se puso sus auriculares y caminó a paso lento. Estaba a punto de cruzar la calle cuándo a lo lejos vió a Jimin salir de su casa, no sabía si acercarse o seguir su camino.

Él no quería meter a Jimin a su vida. Tenía miedo de que éste se alejara cómo lo hizo Félix y muchas personas más.

Antes de poder cruzar la calle, un bajito rubio corría hacia su dirección, Jungkook se quitó los auriculares y lo miró.

-Buenos d..-no terminó de hablar al darse cuenta del aspecto del contrario- Jungkook! t-tu cara, estás horrible.

-Lo sé. -su rostro no tenía expresión alguna.

-Vamos a mi casa, te voy a curar. -agarró la mano del pelinegro y caminaron rápido al hogar del rubio.

-No es necesario, Jimin.

-Sí lo es. -obligó a Jungkook a sentarse en el sofá y fue a por el botiquín.

El pelinegro lo esperó sentado y suspiró. Realmente no entendía porque ese chico lo ayudaba tanto, ni siquiera lo conocía del todo.

-No dormiste bien? -el menor volvió con lo necesario y se puso de cuclillas frente a él.

-No.

-Se nota en tu cara. -sacó algodón y agua oxigenada. -Si duele me lo dices, bien?

El contrario asintió y Jimin empezó a pasar el algodón por los pequeños cortes de su mandíbula.

Dolía un poco pero podía aguantar, el rubio era cuidadoso.

-Listo. -guardó las cosas y lo miró de nuevo. -Quieres que tape tus ojeras?

-No es necesario. -apartó la mirada del menor, no le gustaba tener contacto visual por tanto tiempo, se sentía observado.

-Está bien. -se levantó del suelo. -Vamos a clase, ya queda poco.

Jungkook se puso en pié y ambos salieron de la casa.