Capitulo 1

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— Ya te dije que me dejaras solo, que no entiendes tu? — un pelinegro suspiro y se sentó en el sillón detrás de su escritorio

— Pero hijo tienes que entender que ya es momento que sientes cabeza — una mujer castaña con el pelo más abajo de su hombre y ni sin ninguna arruga estaba allí tratando, digo obligando a su hijo a buscar una novia y que le dé un heredero

— Pero yo no quiero.. que tu y papá se hayan casado a temprana edad por qué yo venía en camino es culpa de ustedes, bueno no culpa de ustedes pero las familias de antes se casaban jóvenes ahora estamos en el sigo veinte — tomo su agenda — Puedes irte dentro de unos minutos tengo una reunión

— Volveré y si tu no tienes conquien casarte te obligaré con la que yo elija — su madre había apretado sus puños

— No, no me gustan las mujeres así que vete — dijo más serio el pelinegro — No quiero verte por aquí

— Ash, está bien pero mañana ve a casa.. llegarán tus primos y quieren verte — la mujer se dio media vuelta y abandono la oficina. El pelinegro vio como su madre cerraba la puerta y pudo respirar tranquilamente, su madre lo tenía tan tenso y más si venía con el mismo tema

— Tu madre de nuevo? — El pelinegro dio un pequeño brinco

— Mierda, no vi que entraste —

— Ya me di cuenta — río — Así que tu madre, eh

— Ya me tiene asta la madre de que tengo que conseguir a alguien y esa mierda — el pelinegro puso los ojos en blanco — y tu que hace aquí?

— Nah vine a visitar a mí amiguis de paso a pedirte dinero — el pelirosa le guiño un ojo

— Ni lo pienses, idiota —

•••

El pelinegro salía de su trabajo hacia su auto, estaba bastante cansado y quería llegar a la casa cuanto antes para poder echarse a dormir, pero lo que no sabía era que si iba a pedir comida o dormiría sin comer.. Mejor comería y luego se acostaría en su preciosa cama

Luego de un largo recorrido por la carretera y pasar por una pizzería llego a casa, fue asta su cocina y abrió la caja de pizza para poder alzar una porción y llevársela hacia la boca

— Que delicia~ — dijo con satisfacción dándole otro mordisco a la porción

— Tío Kookie!! — La voz chillona hizo que el pelinegro se atragantara con la pizza, golpeó su pecho y se apuro en buscar agua

— Mierda, por qué me asustan así? — miro mal al pequeño que estaba allí

— Lo siento tío Kookie — hizo un puchero mirando al suelo

— Bien, Y que haces aquí? — levantó una ceja mirando al rubio

— Pues vine de vista — sonrió mostrando sus dientes y sus bellos ojos azules se escondieron bajo de sus párpados

— Pensé que vendrías mañana —

— Si pero le dije a papá que me trajera hoy — se encoje de hombros — no está feliz de verme tío kookie?

— Claro que lo estoy Minie pero me sorprendió verte aquí hoy — dio una sonrisa para seguir comiendo la pizza — Quieres?

— No gracias, comi antes de venir — se sentó a la par del pelinegro mirándolo

— Que pasa? Tengo algo en la cara? — Dijo y el pequeño negó su cabeza— y entonces por qué me miras tanto?

— Por que usted es muy bonito —

[Narra Jungkook]

Dios este niño va darme algo de lo tan tierno que es

— A si? —

— Claro, tío? Cuando yo sea grande quiero casarme con usted — eso me sorprendió mucho

— Claro, claro —

— Bien iré al cuarto, hoy dormiré con usted tío kookie — dijo feliz

— Está bien, ve — di otro mordisco a la porción digamos que última porción ya que no se en qué momento me había comido casi toda la pizza — Ya termino con esto y voy contigo

— Bien lo esperaré en la cama 

•••

Abrí mis ojos lentamente acostumbradome a la luz que entraba por la ventana, unos pequeño ronquidos me hizo poner en alerta y levantar un poco las cobijas y ver aquella cabellera me relajo, me aleje despacio para no despertarlo y poder levantarme. Me dirijo hacia el baño a hacer mis necesidades y luego hacer lo de siempre mí tratamiento facial con algunas cremas y mascarillas que tengo guardada

— Tio~ — la puerta del baño fue abierta dejándose ver a un pequeño rubio refregandose los ojos una típica imagen tienda para todos

— A qui estoy — dije para sacarme la mascarilla y cepillarme los dientes

— Olvidé mí cepillo de dientes — dijo, pude verlo por el reflejo del espejo que estaba sentado en el inodoro esperando su turno de lavarse su rostro

— Aquí tengo uno nuevo — abrí la puertita de un cajón que había allí en el baño, sa que un cepillo nuevo y se lo entregue — Úsalo, cuando estés aquí úsalo a ese

— Gracias tío kookie —

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