—Buena suerte— mi madre me tomó la mejilla y sonrió.
—La tendré— le di una sonrisa.
—Voy a extrañarte— susurró y después me dio un abrazo.
—No es como si fuera a irme para siempre.
—Pero te irás lejos, mi hijo estará lejos de su madre.
—Volveré el día de la cumbre, el día de la luna llena, no debes preocuparte tanto por mi— la miré —Recuerda que tu hijo tiene a un alfa fuerte y poderoso que lo cuide— reí ligeramente.
—Si, así es— ella me miró con una sonrisa.
—Adiós— miré a mis hermanos y di una sonrisa, mientras que las lágrimas se apoderaban de mi.
—Te extrañaremos— alegó Adel. —Suerte en tu nueva vida— sonrió y me dio un abrazo.
—Suerte en el camino— dijo Drago, con lágrimas en los ojos. Al igual que Adel, me dio un abrazo.
—Como sea— Elyan extendió sus brazos —Solo ven aquí— me rodeó y me abrazó fuertemente —Recuerda que siempre tendrás una casa a la cual volver— susurró —si algún día ese tonto alfa te hace daño no dudes en venir con nosotros y nosotros nos encargaremos de darle su merecido.
—También te extrañaré— dije una vez me separé de él.
Tomé a Nora y la abracé. Después Noah tomó a Lia y la abrazó. Los King’s Wolf se despedían de la manada que los había acogido y ayudado. Después, emprendimos nuestro viaje, en dirección a las tierras donde quedaba la manada de Noah.
El viaje fue largo, tardamos alrededor de cuatro lunas en poder llegar, el cansancio se había reflejado en el semblante de la mayoría, descansábamos cada que podíamos, así recobraríamos energías y se nos haría más fácil llegar.
Finalmente, después de cuatro lunas, logramos llegar a nuestro destino, a la manada de Noah, a mi nueva manada. El lugar estaba olvidado, la naturaleza se encargaba lentamente de devolver todo a su sitio, las casas tenían una estructura diferente a las casas de mi manada, estas eran un poco más grandes y se veían más acogedoras. El terreno era más grande y su plaza central también lo era. Que decir de la casa del Alfa, esta doblaba el tamaño de la casa de mi manada.
El olvidado lugar fue reconstruido por nosotros, nosotros nos encargamos de devolver este lugar a lo que era antes. Unidos todo era posible.
Solo fue cuestión de tiempo para adaptarnos a nuestra nueva vida, todos los que aquí nos encontrábamos éramos nuevos en este lugar, ya que, cuando atacaron a los King’s Wolfs, los que lograron sobrevivir, huyeron a la ciudad y ahí se establecieron.
En poco tiempo todo ya se había reconstruido. Entonces, ahora, nuestra vida siguió su curso.
(…)
Desperté y comencé la rutina. Esta había cambiado desde que vine a este lugar. Lo primero que hice fue tomar mi suéter y ponérmelo, me puse las pantuflas y fui a la ventana para recorrer las enormes cortinas. Esta habitación era aún más enorme que la mía y las ventanas estaban súper enormes, eran perfectas para que la luz del día entrara y aluzara por completo la enorme habitación.
Volví a la cama y desperté a mi Noah con un beso. Él abrió los ojos y me saludó, se puso de pie y se alistó para que fuera a hacer su trabajo como Alfa.
Me alisté yo también y luego salí de la habitación para ir a la habitación de mis cachorras, en donde mi madre ya se encontraba cuidándolas. Ella y mis hermanos llegaron a la manada hace una semana. Según ellos, fue porque querían visitar a su pequeño Robin, también para ver a mis pequeñas.
—Buenos días— saludé con una sonrisa a mi madre.
—Hola, hijo— ella se giró y me dio una sonrisa. —Tus hijas estaban llorando, así que vine a cuidarlas— dijo.
—Gracias por cuidar de ellas— dije y caminé hasta donde Lia se encontraba, me estiró sus brazos y yo la cargué.
Mi madre ya las había cambiado, así que ella cargó a Nora y salimos de la habitación. Bajamos al primer piso y después preparamos el desayuno juntos, lo había extrañado mucho.
Cuando estuvo listo ella subió a avisar a mis hermanos y ellos bajaron con ella un par de minutos después. Se sentaron a la mesa y me encargué de servir el desayuno. Comimos y cuando terminamos salimos a dar un paseo.
—No me cansaré de repetirlo— dijo Drago, levantando sus manos —Este lugar es muy agradable— sonrió.
—Puedes quedarte entonces— lo miré —Eres bienvenido a hacerlo.
—Lo sé— sonrió —Pero no puedo dejar mi manada así como así.
—Entonces puedes visitarnos cuando quieras y el tiempo que quieras— le di una solución.
—Entonces me tendrás aquí más seguido de lo que crees.
—Está bien— sonreí.
Estuvimos fuera por al menos dos horas. Al volver, la hermana de Noah se encontraba esperándonos en la puerta de la casa.
—Querido Robin— habló —Alístate porque saldremos a dar una vuelta— dijo con una sonrisa.
—¿A dónde iremos?— pregunté.
—Es una sorpresa, ya verás una vez lleguemos.
—Bueno— asentí y entré a la casa —¿Qué debo ponerme?
—El atuendo no es tan importante— dijo ella y miró a mi madre.
—Ella tiene razón— mi madre me tomó los hombros —Solo tomemos nuestras cosas y vallamos al lugar que Lea nos llevará— me hizo girar y luego salimos de casa.
—¿Mis hermanos no irán?— pregunté. —Tengo que llevar a mis cachorras también.
—No— ella negó —Al lugar que iremos no puede ir nadie, solo nosotros— me miró y dio una sonrisa. —Tus cachorras estarán bien, tus hermanos van a cuidar de ellas.
—Está bien— dije y comencé a caminar.
Después nos adentramos al bosque y caminamos por un largo tiempo, hasta que llegamos a una casa, la cual estaba hermosa. Lea abrió la puerta y los tres entramos a la casa.
Ahí dentro se encontraban los sabios de la manada original y los sabios de la manada King’s Wolf.
—¿Qué sucede?— pregunté mirando a mi madre.
—Nada malo— respondió mi abuela. Ella se acercó a mi y me rodeó con sus brazos —Solo queríamos ver a mi lindo nieto.
Yo correspondí su abrazo —Te extrañé, abuela.
—Y yo extrañé a mi nieto— dijo ella.
Nos separamos y miré a mi abuelo, el dio una sonrisa y extendió sus brazos, después yo fui hasta ellos y me dio un abrazo también.
—Ahora— habló mi madre y yo volteé a verla —Tenemos que alistarte.
—¿Para qué?
—Tu unión— sonrió feliz.
—¿Qué?
—Tu unión con el Alfa— dijo mi abuela —estamos aquí para presenciar la unión del Alfa y su Luna— me dio una sonrisa.
¿Cómo era eso posible?
Era mi unión con Noah y yo no sabía nada, ¿Acaso esto era una sorpresa? Si era eso, valla que si recibí una gran sorpresa.
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Alfa y Omega [EDITADO]
Manusia SerigalaEl alfa y el omega nacieron para estar unidos. La diosa luna así lo manda. El omega complementa al alfa y viceversa. Alfa y omega deben estar juntos. Ese es el régimen que los antepasados, guiados por la diosa luna, dictaron en las leyes. Pero ¿Y...