Cap. (07): Inmersión

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-Roy ¿Quieres que vayamos a la cubierta? Ya se va a hacer de día.

-No hace falta, estoy cómodo aquí. - respondí de forma automática con voz de recién despertado.

- ¡No puedes estar todo el día tumbado! ¡Levanta y haz algo! - me dijo Hermes regañándome.

En el momento en el que Hermes alzó ligeramente la voz mi cuerpo comenzó a temblar por reflejo.

-Lo sé, pero ahora no tengo ganas de nada, la verdad es que me gustaría estar aquí un rato más.

-Está bien, pero luego no te puedes negar a salir, no eres el primer dios que pierde a su pareja por culpa de sus poderes, tampoco vas a ser el último, si supieses que la noche que en la noche que engendraron a Perséfone la tía Deméter se enamoró de Yasión... pero papá no lo vio bien, dejó fuera de combate a su propio hijo y luego se acostó con Deméter.

-Cada vez que alguien menciona algo de él es algo horrible ¿Cómo pudo llegar a ser el rey del Olimpo?

-Es difícil de explicar, hace Eones el universo era muy diferente, los dioses somos los únicos resquicios de aquel pasado.

-Suerte que yo no pertenezca a ese pasado, incluso el presente me parece asqueroso, ni saliendo de la cueva en la que estuve tantos años encerrado me libro del dolor que siento emocionalmente, siento desde hace bastante tiempo que aún no he encontrado mi lugar.

- ¿Cuál crees que es tú lugar Roy?

-Ni lo sé, ni me importa ahora mismo, solo quiero poder manejar mí poder, es una carga.

-Veo que no eres el mismo Roy que conocí, parece ser que tu personalidad es una mezcla de tu poder y tu mente, al tener a Eric cómo marioneta fue la parte de tu poder la que lo manejaba, por eso tú no te enterabas de lo que hacías.

Me puse en pie y descalzo me acerqué a la ventana.

-Aun así, mi poder es mi responsabilidad, a más grande sea el poder más grande es la responsabilidad.

-Y a más responsabilidad más ayuda se necesita.

Lancé una mirada fulminante a Hermes cuando dijo eso, ya me estaba hartando de que solo se esforzará en criticar aquel ámbito y no entenderlo, pero como él mismo había dicho, los dioses como él vienen de un tiempo muy lejano, suficiente era que se esforzara en cuidar de mí y en entender el reto de mis problemas, todo sin pedírselo y por voluntad propia.

-Hermes... ¿Subimos a jugar un rato a la cubierta?

Dio un salto de la cama lleno de alegría y se puso su camisa la cual ni me había dado cuenta de que se había quitado, llevaba toda la noche con la cara puesta en su pecho desnudo, pero con lo suave que era ni lo noté.

- ¿A qué quieres jugar?

- ¿Qué te parece lanzarnos la pelota? Es que no conozco más juegos.

La pelota va a hacer mucho ruido, vamos a despertar a quien esté durmiendo... ¿Qué te parece si miramos a ver si las Yeguas están despiertas y damos un paseo por el cielo?

- ¿Para qué molestarlas? Podríamos usar nuestros poderes y volar sin más.

-No todos los dioses vuelan Roy, de hecho, muy pocos lo hacéis, hasta ahora creo que no has conocido a ninguno, Atenea y Hestia son capaces de flotar cortas distancias, pero sois muy pocos los que voláis como tal, es una habilidad casi única.

-Pensaba que todos podíamos hacer lo mismo.

-No, tú has heredado un set de poderes similar al de papá, puedes volar y transformarte en electricidad, si manipulas la electricidad sin necesidad del rayo de Zeus es posible que tengas también el poder del rayo, juntado con el Mjölnir eres el señor de las tormentas. - dijo sarcásticamente.

Desterrados: Los misterios de AsgardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora