Necesito respuestas y las necesito ya.
Ha pasado una semana desde que Tanner y yo fuimos a la biblioteca. El libro que le enseñé, desapareció en sus manos y no lo he vuelto a ver desde entonces.
Tanner está raro. Más de lo normal.
Y para colmo, ver a Ryden por los pasillos es una tortura constante.
Necesito resolver esta situación ya.
Y siento que el pendrive me puede ayudar bastante en esa tarea.
Es el único momento del día en el que no tengo a Tanner cerca mío, por lo que lo aprovecho para comenzar a ejecutar mi plan.
AMELIE
Oye, Amelie
Dimee, Kat
¿Por algún casual no sabrás de alguien que me pueda ayudar a ver los archivos de un pendrive?
Eso ha sonado demasiado extraño, pero no veo otra salida.
Claro, creo que yo misma te puedo ayudar.
Si quieres, ven a mi habitación por la tarde y te ayudaré con eso.
¿He dicho ya lo mucho que quiero a esta mujer? Me va a ayudar y no a hecho preguntas en ningún momento. Dios mío, tiene el cielo ganado.
A las seis estoy allí.
Muchísimas gracias, Amelie.
No es nadaa ;)
Bloqueo mi móvil y salgo de la habitación. Estoy en mitad de algo que tiene pinta de ser muy relevante y necesito despejar un poco mi cabeza.
No he dado ni siquiera dos pasos de la puerta cuando mi móvil vuelve a sonar.
TANNER
Hoy hay reunión en el sótano.
A veces me planteo con seriedad la hipótesis de que el demonio rubio haya implantado un chip en mi cabeza para saber que hacer o decir en el momento exacto para joder mis planes.
Pero lo peor de todo es que siempre se sale con la suya, porque desde que tengo el objetivo de averiguar la relación entre él y mis padres he tratado de tratarlo de una manera más "pacífica" para ganarme su confianza.
Y todo eso implica tener que aceptar todas sus propuestas.
¿A qué hora?
En treinta minutos.
Miro la pantalla con fatiga. No voy a tener tiempo ni de despejar la mente antes de ir con Amelie.
Vale.
¿Hoy no tienes ninguna pega?
No.
Y seguirá siendo así si no me escribes más.
No me creo que no quieras replicar algo.
Miro hacía mi móvil con una expresión incrédula. No me puedo creer lo mucho que le gusta joder.
Comienzo a teclear sin pensar mucho en las consecuencias.
Y yo no me creo que seas tan pesado.
Mierda, esa no es una buena frase para mantener la paz.
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La nueva obsesión
רומנטיקהCon dieciséis años creí tocar el infierno. Con diecisiete me enviaron a él. Y con dieciocho experimenté el placer de fundirme en llamas junto a la pareja de hermanos más hermosamente peligrosos que jamás he tenido el placer de ver.