La voz de un amor silencioso (Hurrem x Mahidevran)

Capítulo cuatro

—Sumbul,¿De qué estás hablando? ¡No juegues conmigo, o pagarás muy caro!

— Se lo juro por Alá, sultana. Eso es lo que escuché.

Daye y la doctora salieron con Hurrem tomada del brazo y se dirigieron a la sala médica. Por un instante pudimos mirarnos a los ojos. En ellos contemplé el miedo que tenía y escuché los gritos de auxilio que ahogaban. Tenía tanta ira por ver la forma en que la trataban, como si fuera un ternero listo para asesinarlo; yo solo quería tomarla de la mano y llevarla lejos de esa turba enardecida, quienes estaban celosas y furiosas por un posible resultado positivo... Aún así, no hice nada. Solo miré como la metían en el cuarto y cerraban las puertas tras ella.

La intriga del momento hizo que el harem quedara en un silencio tan grande, que se podía escuchar el latir de cada corazón. Después de un rato, las puertas se abrieron y todos nos acercamos. Daye salió con Hurrem para dar los resultados, aunque por el rostro de alegría y alivio que ella tenía, pude imaginar la respuesta.

—¡Atención, hagan silencio! Hoy la doctora ha revisado a Hurrem...—hizo una pausa y después de mirar a su alrededor, terminó posando su mirada en mi—... y ha dado resultados positivos sobre su embarazo.

Mis oídos y mi mente ya sabían la respuesta; mi corazón era él que no lo aceptaba. Con la cabeza baja y un nudo en la garganta, me retiré del lugar. Mi vista estaba nublada; el pasillo hacia mis aposentos se sentía eterno y mis ojos con todas sus fuerzas intentaban formar un muro para evitar que mis lagrimas cayeran.

—¡Salgan todas— le dije a las criadas y enseguida me dirigí a Gulsah— Gulsah, no permitas que nadie entre a menos que te lo diga y acomoda los aposentos de al lado para que Mustafa duerma esta noche ahí.

—Como usted ordene, sultana.— hizo una reverencia y le hizo seña a las criadas para que salieran con ella.

En el momento en que la habitación quedó sola, me tiré en el suelo; no entendía el porqué de mi ira. No era por la idea de perder a Suleiman y eso lo tenía muy claro; tampoco era odio hacia Hurrem, así que si no era ni una cosa ni la otra; ¿qué podía ser? No lo sabía y eso me frustraba más. Me negaba a creer que todas las cosas que llegué a sentir por alguien cuando estaba joven, surgieran de nuevo...yo misma había renunciado a esos sentimientos enfermizos que me apartaban del bien. Los golpes a la pared y los gritos ahogados por una almohada no eran suficientes para sacar todo lo que tenía dentro de mi; y por más que lo intentara, ¿Cómo sacar de mi interior ésta tormenta si ni siquiera era capaz de darle un espacio para que saliera? ¿Cómo aliviar años de dolor  en un solo llanto? Al parecer mi mente no era mi aliada, porque solo sacaba las raíces de amargura que había escondido mi corazón.       

                                                                           Flashback

—¡¿Padre, dime que lo que acaba de decir la maestra del templo no es cierto — le dije llena de ira y con lagrimas en mis ojos— ¡Por favor padre, contesta!

—Hija, es un hecho lamentable lo que le ha pasado a esa joven. Que Alá nos proteja y la tenga a ella en su paraíso.

No entendía que era lo que había sucedido; ¿por qué hizo tal atrocidad?, hace unas pocas horas habíamos acordado escapar juntas para librarnos de todas las normas y protocolos que nos oprimían; ¿qué había cambiado?

—Mahidevran...— mi padre puso su mano en mi barbilla y alzó mi rostro—...encontraron esto junto a su cuerpo.—Mi padre me entregó una carta y salió de la habitación a atender el llamado de guardias. 

Me senté en una de las sillas y abrí la carta:

Mahidevran

Esta es la carta que nunca pensé que escribiría; tenía esperanzas de un desenlace mejor, pero ha llegado el momento. Una conexión tan bella como la nuestra merecía un adiós en el punto álgido de lo mucho que nos queríamos: por lo que vivimos juntas, por lo que sentíamos, por lo que éramos.

Ambas sabíamos que esta historia de amor no podía tener un final feliz, sabes bien que las dos vamos a sufrir si continuamos con esto, y también sabes que mientras estemos vivas ninguna dejará ir a la otra; por eso pensé en despedirme.

Soy una cobarde al no hacerlo en persona y aún más por darte la esperanza de un futuro juntas apartadas de todo y todos, pero necesitaba verte por última vez. Al hacer este sacrificio, espero librarte del amor tan enfermizo que tenemos la una hacia la otra. Los dioses saben lo difícil que es esto para mi, pero al menos tengo la satisfacción de que al entregar mi vida al dios Hades, tu podrás seguir adelante; podrás casarte tranquilamente con aquel príncipe y podrás tener una vida normal.

No voy a ir vacía. Sé que no lo merezco, pero te pido perdón. Perdóname si me llevo tus besos, tus caricias y tus abrazos. Perdóname si tomo las risas y las confidencias. También puse en mis cosas el olor de tu pelo, el sabor de tu piel y el sonido de tu voz. Todo lo tomo para guardarlo como un tesoro en mi corazón. Puedes guardar el recuerdo de esta historia de amor que no pudo ser, pero que será, en otro momento, en otra vida, de eso estoy segura. Y espero que entiendas esta despedida precipitada pero inevitable, porque me gustaría quedarme para siempre en un rincón de tu corazón.

Fin del Flashback

—¿¡Por qué!?—grité enojada con todas mi fuerzas mientras lloraba—¿¡Por qué no compartiste tu dolor  conmigo!? ¿¡Por qué lo llamaste "enfermizo"!?.. ¡Yo nunca hubiera pedido tu vida a cambio de una "mejor" para mi!— mis lagrimas no cesaban. Me quedé acostada en el suelo a medio lado mientras abrazaba mis piernas— ¿¡Por qué decidiste por mi!? ¡Siempre me dijiste que debía hacer valer mi palabra y mis decisiones, pero incluso tu elegiste por mi!

No entendía que había hecho mal; día a día me esforcé para dejarla atrás. Me dediqué a mi educación y a mi imagen, fui obediente con mi padre y no reproché ninguna de sus decisiones. Me convertí en la favorita de aquel príncipe que no quise una vez por miedo a perder mi "libertad" e incluso le di un hijo, el cual se convirtió en la única luz de mi vida.

Si hice todo eso...¿por qué estoy así? ¿Cómo es posible que una simple concubina a la que apenas estoy conociendo, pueda alterar mi vida de esta manera? ¿Por que ella saca a flote estos recuerdos que habían sido enterrados?

— ¿Qué tiene Hurrem de especial?