1. Desesperacion

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Esa noche como cualquier otra me encontraba mirando el cielo nocturno, observando y tratando de contar cada estrella, es algo dificil de hacer pero no creo que sea imposible, me gusta observar porque se que alli arriba hay otro mundo, unos que muy pocos conocen y conocen, existen seres, que estan mas alla de nuestro entendimiento y tal vez nosotros somos simples titeres sus deseos y caprichos.


No tengo padres actualmente vivo solo en mi departamento, la soledad siempre me ha de acompañar eso pienso porque no tengo a esa persona a la cual amar, aunque se que mi alma anhela encontrarla y sentir ese sentimiento nuevamente a la que todos llaman amor. Tengo 19 años, mi nombre es Izumi, mi estatura es la de cualquier chico promedio, ojos verdes, con la mirada vacia, pelo castaño, y piel algo palida. Mi infancia no fue algo normal y aunque trate de olvidarla se me hace imposible, me crie en un orfanato, los administradores eran muy crueles con los niños, en especial ese viejo llamado Mikague, el cual era cruel y despiadado conmigo especialmente, recuerdo que habìan noches en la que Mikague aprecia en mi cuarto y me obligaba a desnudarme, para tocar mi esqueletico cuerpo, luego el se desnudaba, y me hacia lamer y tocar su horrible miembro todo arrugado y apestoso, luego de minutos de hacerlo, metida sus mano por detras mio y me hacia llorar y sufrir, mientras empezaba a preparar su verga para meterla en mi diminuto agujero, solo gritando de dolor hasta que mi garganta se irritara para que el muy bastardo se corriera dentro mio y me dejara tendido en el suelo de esa habitacion horrorosa, el dolor que sentia atras era inmenso y solo podia ver como chorreaba un liquido espeso y de un color rojizo de mi parte intima. Pasaba dias sin comer, las tripas chillando y doblandome de dolor, todo sucio y lleno de desagradables olores inmundos. Veia las ratas que pasaban cerca de mi y comence a devorarlas una por una, llenandome de sangre y llegando a la locura, solo oia una voz en mi cabeza, tal vez producto de mi hambre y sed y mi locura, pero esa voz me daba aliento para seguir viviendo, no se de quienes o que era, pero recuerdo que me decian que saldria de esa miseria y algun dia podre ser feliz, pero yo solo me reia de eso y me perdia en mi locura hasta quedarme completamente inconsciente y dormido por varios dias. En mis sueños habia una inmensa oscuridad la cual estaba yo completamente desnudo y acurrucado, temblando en ese mar oscuro, llorando del frio y la tristeza que sentia, mi cuerpo todo flaco y desnutrido, solo podia distinguirme a mi mismo, era tan solitario y desesperante que solo queria despertar y morirme, luego de unos instantes ese sueño cambia cuando en la inmensa oscuridad levanto mi mirada hacia arriba para ver una pequeña luz, es como una luciernaga que baja alumbrando de a poco hasta llegar hacia mi, quise tocarla y aquella luz se convirtio en una silueta humanoide y brillante, ella extiende su mano y me seca mis lagrimas, su mano era muy calida, la miro y ella acerca su rostro hacia el mio, trata de susurrar algo en mi oido, pero cuando lo hace me despierto. Trato de recordar lo que me trata de decir, pero no puedo.


De vez en cuando me lanzaban sobras de comida y yo las comia con gusto y desesperacion por querer mas, gritaba para que me dieran mas, pero solo conseguia que ellos vinieran y me golpearan, dejandome cicatrices en mi cuerpo. Estaba muy debil y mi cuerpo no tenia muchas energias solo queria salir de alli a como de lugar, ya no soportaba tanto dolor y hambre, cada dia que pasaba me iba desvaneciendo de a poco y sabia que no duraria mucho asi que me dispuse a escapar. No sabia como debia hacerlo asi que estuve pensando por dias y dias, comiendome las neuronas hasta que por fin pense en como salir. Sabia que la habitacion en la que me encontraba era la ultima del pasillo asi que si salia debia ser a traves de ella. La puerta de la habitacion tenia como unas rejas muy oxidadas, trate por dias de aflojar una hasta que logre hacerlo. La habitacion era completamente de madera, era una de esas casas antiguas y viejas con muchisimas habitaciones. Solo se oian lamentos de niños como yo. Saque una reja vieja de la puerta para tratar de romper el muro de la habitacion la cual me mantenia preso, pero era imposible no haber ruido asi que lo hacia lentamente. Despues de horas de tratar de romper la madera estaba exhausto y sin aliento, me senti tan impotente al ver que no cedia ante mi, luego me puse a derramar mis pocas lagrimas que me quedaban, cai desplomado en el suelo. Volvi a tener el mismo sueño de aquella luz secando mis lagrimas. Luego desperte y aun estaba en ese horrendo cuarto, volvi a oir una voz que me dijo que no me rindiera, pero esta vez la senti mas fuerte que de costumbre. Tome con mis manos el pedazo de metal oxidado y continue rompiendo la pared de madera. Asa estuve por varios dias hasta que por fin pude hacer un hoyo en esa pared la cual parecia que era de un grosor infinito. Observe por el pequeño agujero y pude ver la luz de la luna penetrando mis ojos, una sonrisa comenzo a dibujarse en mi pequeño rostro y mis ojos empezaron derramar lagrimas de esperanza y recuperar su brillo. Aun era pronto para alegrarse pero no podia contener mi emocion aunque el hoyo era muy pequeño para que yo pudiese salir aun. Sabia que para agrandar aquel hoyo y que yo pudiera salir iba a tener que hacer mucho ruido y tendria que escapar rapido. Aunque siempre lo tapaba con unos trapos viejos, era cuestion de tiempo para que se dieran cuenta asi que prepare todo y trate de recuperar energias para dar el golpe final, porque solo debia hacer palanca y salir de alli. Luego de unos dias ya estaba listo para salir, observe por el hoyo y vi que era de noche, la casa se encontraba oscura y silenciosa, aunque dudaba si mi esqueletico cuerpo iba a ser capaz soportar lo que estaba por hacer, pero tenia que hacerlo si o si. Los nervios me invadieron y comence a temblar pero logre juntar algo de coraje y valor, tome el viejo fierro que tenia y lo meti en el pequeño hoyo, haciendo palanca para tratar de reventar la madera vieja, mientras el ruido de la fuerza que hacia se hacia mas fuerte, comence a dudar y fue justo cuando oigo de nuevo esa voz, pero esta vez la escuche venir de afuera, y me dijo que saliera, era si como me invitase a salir, me colgue e hice fuerza con todo mi delgado cuerpo hasta que la madera hizo un terrible estruendo y cedia ante mi. De pronto empece a escuchar muchas voces y gritos de los malvivientes del orfanato, sin dudarlo rompi mas y por fin pude sentir el aire fresco y la libertad, la adrenalina comenze fluir y sentia que tenia que correr hasta el fin del mundo. Corri como nunca habia corrido asta alejarme bastante de aquel horrible lugar y luego de tanto correr me desvaneci y cai en el suelo. Recuerdo despertarme y ver a una extraña mujer sosteniendome, apretando mi mano y llevandome alzado a algun lugar. Por fin estaba libre, sonrei y me desvaneci. Empece a soñar con ese ser brillante nuevamente y justo cuando me esta por susurrar me despierto.

Seishin SakuranDonde viven las historias. Descúbrelo ahora