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—Señor Jeon, tenemos muchas preguntas para usted! — las luces de los paparazis le pegaban en la cara.

Camina mirando al frente con la cabeza en alto, mostrando orgullo.

El era un alfa muy famoso.

Había debutado como cantante, hace unos seis años, había sido trainee por cinco años, y durante todo el camino le han dicho "debes llegar a la cima" "no debes bajar nunca".

Y había escuchado a todas esas personas. Personas que lo alejaron de su familia, de su omega.

—Solo una pregunta más joven!

—Dígame

—Sus fans quieren saber si esta en una relación con la famosa Joy, se les ha visto juntos estos días —Dijo la entrevistadora mientras levantaba la ceja, como si se burlase de él.

Ignoro la pregunta y acelero su paso a la camioneta, le angustiaba que por cualquier cosa que hiciera le molestaran.

—Joven Jungkook, ¿ya arrancamos a su hogar? —Preguntó su chófer

—No es mi hogar.. —Susurro

—¿Disculpe?

—¡Dije que si Beomgyu! —Se lamentaba haberle gritado al beta pero estaba cansado y desesperado por llegar a su departamento.

Ese no era su hogar.

Su hogar estaba en los finos y delgados brazos de su amor, en los besos en la cocina y en contar y admirar las pecas en sus mejillas.

"Tan lejos de ti ahora"

Solo quería llegar a Busan y poder abrazar con todas sus fuerzas a su omega, solo deseaba poder salir del infierno en el que se había metido. Ya no pasaba tiempo en casa, ya no veía seguido a Jimin como en la adolescencia y envidiaba a su el del pasado por poder estar con jimin ahora.

Sentía como el dolor de cabeza aumentaba y las lágrimas caían por sus mejillas mientras miraba la luna en medio de la oscura noche por la ventana. La ansiedad de estar con el aumento en demasía hasta hacer aullar a su lobo por el dolor.

Cerro los ojos, esperando despertar en su humilde y pequeño hogar, en el cual no resibia críticas o miradas juzgadoras, solo comía los dulces pastelillos que su amor había preparado mientras sostenía su cintura en un dulce y suave abrazo.

Solo quería eso.

Abrazarlo y decirle cuanto lo amaba.

Nunca creyó que era posible extrañar tanto a alguien, su sonrisa, sus ojos, el olor a campo y cigarros de su casa y el de flores y un toque de pino de su omega. ¿Cuanto tiempo había pasado desde la última vez que le dijo te amo en persona?

Un año, dos meses y treinta y un días.

¿Valia la pena todo el sufrimiento por fama y reconocimiento? No, no lo valía, pero le habían convencido de que lo hacía y ya era demasiado tarde para arrepentimientos.

Sonrió al recordar cuando Jimin movía sus caderas con una canción de Taylor Swift y mantenía puesto un delantal de ositos de felpa. Pero su rostro cambió a uno de amargura al recordar que era solo eso, un recuerdo, que ahora estaba a cinco mil novecientas noventa y tres millas separado de el.

Las luces del carro se apagaron y bajo para entrar al edificio.

on the ground ; kookmin mini ficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora