Decir que Brake estaba sorprendido, era el eufemismo del año.—Es mi hermana menor, sin embargo, soy la única madre que conoce y que siempre estará a su lado.
Sintió la mirada amenazante de Harper incluso antes de devolverle la mirada.
—No me mires así, no soy quién para juzgar y tampoco me meto en problemas familiares ajenos.
Aunque algo le decía, que ese problema en específico, requería de su inmediata atención.
—Bien, porque soy la madre de Hannah, pese a quien le pese y le duela a quien le duela.
—Como digas—asintió al espacio que los separaba—. Pero eso no cambia el hecho de que ya estamos casados.
Esta vez fue el turno de Harper de gemir.
—Dios mío, firmaste también el papel. ¿Y no esperaste a confirmar con tu esposa alquilada?
—¿Por qué?—Brake casi se puso a la defensiva, hasta que recordó que ella era alguien que no estaba allí de buena voluntad—. Generalmente las mujeres que vienen aquí a postularse para ser esposas, no tienen ningún inconveniente y como estaba tan emocionado por al fin haber encontrado a alguien compatible…
Era la primera vez desde que era un adulto hecho y derecho, que una mujer lo hacía sentirse avergonzado. Y ella tenía toda la razón.
Él no es así de impulsivo de forma normal.
—¿Por fin?
El CEO sabía que todo era una balanza y aunque él no lo había pedido, ella tuvo la suficiente confianza de revelarle un secreto suyo. Un gran secreto al parecer.
Mínimo el tenía que hacer lo mismo.
—Sueño con una familia grande. Sabes—comentó algo soñador—. Una esposa valiente y amable, con mucho amor para nuestros doce hijos, una casa grande, tres perros, dos gatos…
Harper soltó una tos nerviosa.
—Vaya, guau, es la primera vez que escucho a un hombre decir que quiere formar una familia tan emocionado sin tener segundas intenciones detrás.
El CEO entrecerró los ojos en su dirección.
—No sé si me estás halagando u ofendiendo.
Harper sonrió y se encogió de hombros.
—A quien le quede el saco…
—¡Angel brillante!
Edu venía con una gran sonrisa, agarrado de la mano de su hija que también traía un papel en la otra mano.
—¿Angel brillante?—repitió la mujer—. No Edu, mi nombre es Harper…
Edu negó, testarudo.
—Un angel brillante me salvó—le mostró el dibujo que traía en la mano. Definitivamente la había dibujado como un ángel, con muchísimo brillo alrededor y bajando del cielo. Harper tuvo que admitir que el niño tenía talento para solo tener cinco años de edad—. Y por eso quiero darte esto.
Le entregó un pequeño llavero de un dibujo animado que su hija también solía ver, antes de que Mark llegara del trabajo.
—Uh…—no sabía que decir. Era la primera vez que alguien le obsequiaba algo. Le alborotó el pelo al pequeño y le regaló una sonrisa agradecida—. Muchas gracias, Edu. Es un hermoso llavero, pero…¿Estás seguro de dármelo? Tiene escrito tu nombre en un zapato…
El niño asintió vigorosamente.
—Te lo quería dar cuando me salvaste, pero estaba llorando y…—bajó la cabeza, avergonzado por haber llorado.
Harper estaba a punto de consolarlo, cuando vio a su hija tomar de la mano a su compañero y estrecharlo entre las suyas.
—No debes avergonzarte por llorar, mi mami dice que lo que uno siente, debe mostrarlo o sino puedes enfermar.
—¿Enfermar?—Edu no parecía entender, sin embargo, a ella, se le encogió el corazón—. ¿Así como tú? ¿Enfermar de la panza?
Hannah negó suavemente, mientras dejaba el dibujo sobre las personas de su madre. Tocó con su dedo índice el lado izquierdo del pecho del niño.
—Aquí. Puedes enfermar aquí y no ser feliz.
Harper casi lloró allí mismo. Su niña, su dulce, dulce niña.
Sin embargo, susurró algo que el niño no escuchó pero que ambos adultos sí lo hicieron.
—Y no ser feliz, así como mami…
La mujer saltó de la silla, como si tuviera repentinamente un resorte en el trasero.
—Muy bien, amor, es hora de despedirnos, debemos ir a casa, mañana tienes escuela de nuevo y…—carraspeó, para sacarse ese nudo en su garganta y volteó a ver al hombre, que miró absolutamente toda la escena en silencio y prestando atención hasta al más mínimo detalle—. Muchas gracias, Brake. Eres muy amable pero tenemos que irnos y…
Muchas emociones por un solo día. Muchas emociones que amenazaban con desbordarla.
—No puedes dejar el trato de esa manera, Harper. No sin llegar a ningún acuerdo y en la nada…
—Lo sé, lo sé, ¿De acuerdo?—Casi sonaba desesperada—. Te llamaré o vendré mañana para poder seguir hablando, pero no hoy, ya no hoy.
El hombre la dejó libre, porque algo le decía que si presionaba un poco más a esa temerosa mujer, ella saldría por la puerta de Blindex y nunca más la vería.
—Voy a llamarte a un taxi, así podrás llegar…
—No es necesario, podemos caminar.
El CEO bajó la mirada a esos maltratados zapatos que antes eran zapatos altos. Ahora sabe a quién pertenece ese tacón alto que tiene guardado en uno de los cajones de su escritorio.
—Por favor, Harper—le encantaba decir su nombre. Tenía un sabor tan dulce como la miel y distraídamente se preguntó si ella tendría un sabor igual—. Si no quieres hacerlo por mi, hazlo por Edu—el niño miraba la interacción de los adultos, en silencio—. Él te dice ángel brillante por haberlo salvado. Déjame compensar el hecho de que le hayas salvado la vida a mi único sobrino.
¿Sobrino? Harper se sorprendió. ¿Entonces Edu no es su hijo?
Brake al ver que la mujer aún tenía dudas, suplicó: —. ¿Por favor?
Edu también la miró con esos grandes e inocentes ojos.
—Por favor, angel brillante. Deja que títo mande al chófer con ustedes, así tú no caminas—miró a Hannah, que ya estaba entre sus brazos—. Y a Hannah no le dolerá la pancita otra vez.
Black quiso besar a su sobrino por su inteligencia.
—Eso es cierto. Si no quieres subir a un taxi, entonces deja que mi chófer te lleve. Por el bien de Hannah.
Harper miró a los tres. Es cierto que Hannah se veía algo cansada y somnolienta a causa de las pastillas para el dolor de estómago, sin embargo, el verdadero motivo por el cual no quería aceptar el taxi que iba a llamar Black, era porque no tendría dinero para pagar la tarifa.
Pero, ahora que dice que tiene un chófer, puede ceder en eso.
—Está bien, vamos.
De todas maneras, debe llegar temprano a su casa, antes de que Mark llegue.
Hoy es el día en el que sale de ese infierno de casa.
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Esposa por alquiler//BUENOVELA
Storie d'amoreEl CEO de Pure Wealth Corporation lo único que busca es crear una familia para finalmente ser feliz, tener hijos por docenas, una esposa amable, fuerte y valiente. ¿El problema? Vive en un país con déficit de natalidad y nadie es compatible con él...